El Congreso de la República de Guatemala ha aprobado un aumento significativo en la beca de estudios para los estudiantes de medicina que realizan el Ejercicio Profesional Supervisado (EPS) en hospitales y servicios de salud pública. Este incremento, que equipara la beca al salario mínimo no agrícola (Q3,634.59), busca reconocer la importante labor de estos futuros médicos y aliviar la carga económica que implica su formación.
Un respiro económico para los futuros médicos
El aumento de Q1,134.59 mensuales representa un cambio sustancial para los epesistas, quienes actualmente reciben Q2,500. Este incremento les permitirá cubrir gastos básicos como alojamiento, alimentación y transporte, especialmente para aquellos asignados a áreas rurales con acceso limitado a recursos.
Marlon Alejandro Chúa Velásquez, estudiante de sexto año de Medicina de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), compartió su experiencia realizando el EPS en una comunidad rural de Alta Verapaz. Según Chúa Velásquez, la beca actual apenas cubre el costo del alquiler, sin considerar los gastos de transporte, alimentación y otras necesidades básicas. “Es más complicado entre más lejos de áreas urbanas se encuentre el centro asignado”, afirma, destacando las dificultades de acceso y la intermitencia del transporte público en muchas zonas rurales.
Más allá de la renta: los costos ocultos del EPS
La realidad que describe Chúa Velásquez ilustra los desafíos que enfrentan muchos epesistas en Guatemala. Además del transporte, la alimentación representa un gasto considerable, especialmente en comunidades sin mercados locales. La falta de acceso a recursos básicos obliga a los estudiantes a viajar a las cabeceras municipales para abastecerse, incrementando sus gastos.
Un catedrático de la USAC, quien prefirió mantenerse en el anonimato, señaló que la beca anterior era insuficiente para la responsabilidad que asumen los epesistas, quienes realizan tareas cruciales bajo supervisión médica. “El aumento salarial, por supuesto que es positivo. Algo es algo”, comentó, aunque reconoció que la cantidad sigue siendo limitada considerando la carga laboral y las responsabilidades que enfrentan.
Un paso adelante, pero aún queda camino por recorrer
Si bien el aumento de la beca es un avance significativo, persisten desafíos en el sistema de salud pública que requieren atención. Los epesistas han denunciado reiteradamente atrasos en los desembolsos de la beca, lo que dificulta su subsistencia. Además, señalan la necesidad de mejorar el proceso de firma y registro de contratos para la práctica en servicios de salud.
El Ministerio de Salud ha anunciado que realizará estudios para evaluar el impacto presupuestario del aumento y se comprometió a realizar readecuaciones internas para cubrir el incremento. En caso de déficit, se solicitará apoyo financiero al Ministerio de Finanzas. Se prevé que en 2025 habrá 1,602 epesistas, lo que implicaría un desembolso mensual de Q5.8 millones para cubrir el incremento.
Retos en el camino hacia la salud rural
Los estudiantes que realizan el EPS rural se enfrentan a retos adicionales, como la barrera lingüística en comunidades donde se hablan idiomas mayas, la dificultad de acceso a servicios de salud y la limitación de recursos en puestos y centros de salud. La falta de medicamentos, insumos y una infraestructura deficiente son problemas recurrentes que afectan tanto a los epesistas como a la población que atienden.
Otro desafío importante es la falta de preparación del personal de enfermería en los puestos de salud, quienes a menudo se ven sobrecargados con tareas administrativas. La escasez de material didáctico y la falta de actividades de involucramiento social y educación en salud en las comunidades también limitan la capacidad de los epesistas para brindar una atención integral.
El aumento de la beca, aunque no resuelve todos los problemas, es un paso importante para mejorar las condiciones de los estudiantes de medicina en práctica y, en consecuencia, la calidad de la atención médica en las áreas rurales de Guatemala. Sin embargo, es crucial abordar los desafíos estructurales del sistema de salud para asegurar que los futuros médicos cuenten con las herramientas y el apoyo necesarios para brindar una atención de calidad a la población.
Es fundamental que el gobierno, las universidades y la sociedad en su conjunto reconozcan la importancia del EPS y se comprometan a fortalecer el sistema de salud pública. Esto implica no solo asegurar el financiamiento adecuado para las becas, sino también invertir en infraestructura, recursos humanos y programas de capacitación para mejorar la calidad de la atención médica en todo el país.