En la búsqueda incesante de la felicidad, a menudo nos encontramos con un sinfín de consejos y fórmulas mágicas que prometen la llave a la plenitud. Sin embargo, la psiquiatra Marian Rojas Estapé nos invita a reflexionar sobre un enfoque diferente: encontrar el sentido de la vida como la verdadera clave para alcanzar el bienestar. En un mundo que nos impulsa a la inmediatez y la satisfacción instantánea, la propuesta de Rojas Estapé nos invita a detenernos, a reflexionar y a conectar con preguntas más profundas que nos permitan construir una vida con propósito.
El vacío existencial: La trampa de la satisfacción inmediata
Rojas Estapé argumenta que, en momentos de crisis o incertidumbre, es crucial redescubrir el sentido de nuestras vidas. De lo contrario, caemos en un vacío existencial que intentamos llenar con placeres superficiales y efímeros. Las compras compulsivas, el abuso de sustancias o la búsqueda constante de validación externa se convierten en sustitutos del sentido, generando una espiral de insatisfacción y ansiedad. La experta señala que “al ser humano no le gusta vivir en el vacío”, este genera vértigo y angustia, llevando a la búsqueda de sensaciones que tapen esa falta de sentido.
La sociedad actual, con su ritmo acelerado y su enfoque en el consumo, nos empuja a menudo hacia esta trampa de la satisfacción inmediata. Nos bombardean con mensajes que nos instan a comprar, a consumir, a aparentar, pero rara vez nos invitan a reflexionar sobre lo que realmente nos llena. En este contexto, la propuesta de Rojas Estapé de buscar un sentido profundo se convierte en un acto de rebeldía, una invitación a nadar contracorriente para encontrar nuestro propio camino hacia la felicidad.
Más allá del placer: El poder de la contemplación
La psiquiatra no desestima la importancia de disfrutar de los placeres de la vida, sino que los contextualiza dentro de un marco más amplio. Un buen vino, una cena con amigos, un masaje relajante… todas estas experiencias pueden enriquecer nuestras vidas, pero no deben ser el único motor de nuestra existencia. Si el placer se convierte en el objetivo último, corremos el riesgo de caer en la hedonismo y la superficialidad, perdiendo de vista la búsqueda de un propósito que nos trascienda.
Rojas Estapé nos invita a cultivar la contemplación como una herramienta para conectar con el sentido de la vida. Observar una flor, disfrutar de un rayo de sol, maravillarnos con la naturaleza… estos pequeños actos nos permiten apreciar la belleza que nos rodea y nos conectan con algo más grande que nosotros mismos. La contemplación nos ayuda a ‘reactivar nuestra corteza prefrontal’, la parte del cerebro encargada de la reflexión y la toma de decisiones conscientes. Al cultivar la contemplación, nos abrimos a la posibilidad de encontrar respuestas a las grandes preguntas de la vida y de construir una existencia con propósito.
Encontrar el sentido: Un camino de preguntas y reflexiones
Para Rojas Estapé, el camino hacia el sentido no está trazado de antemano, sino que se construye a través de la reflexión y la introspección. No se trata de encontrar respuestas definitivas a las grandes preguntas existenciales, sino de atreverse a formularlas y de embarcarse en un viaje de autodescubrimiento. La psiquiatra anima a sus pacientes a conectar con las grandes preguntas de la vida, a buscar soluciones y a no tener miedo al dolor que a veces produce la búsqueda de sentido. Es en este proceso de búsqueda donde reside la clave para encontrar un propósito que nos permita vivir una vida plena y significativa.
La experta destaca la importancia de “parar y reflexionar” para activar nuestra corteza prefrontal, la región del cerebro asociada con la planificación, la toma de decisiones y el pensamiento complejo. En un mundo que nos empuja constantemente a la acción, la pausa y la reflexión se convierten en herramientas esenciales para conectar con nuestro interior y descubrir qué es lo que realmente importa. El método que propone Rojas Estapé es simple pero profundo: hacerse preguntas. Preguntas que nos inviten a reflexionar sobre nuestros valores, nuestras pasiones, nuestras aspiraciones y nuestro lugar en el mundo.
Lo importante es no dejar de hacerse preguntas. A veces las respuestas son más fáciles y otras menos, pero para hacerse preguntas hay que parar y reflexionar.
Encontrar el sentido de la vida no es un destino, sino un viaje. Un viaje que requiere valentía para enfrentarnos a nuestras propias dudas e incertidumbres, y para asumir la responsabilidad de construir una vida que esté alineada con nuestros valores más profundos. La felicidad, según Rojas Estapé, no es un objetivo que se alcanza, sino una consecuencia de vivir una vida con propósito.
El impacto del sentido en el bienestar
Numerosos estudios científicos respaldan la idea de que encontrar un sentido en la vida tiene un impacto positivo en el bienestar físico y mental. Las personas que tienen un propósito claro tienden a experimentar menores niveles de estrés, ansiedad y depresión. Además, el sentido de la vida se asocia con una mayor resiliencia, la capacidad para afrontar la adversidad. Cuando tenemos un ‘por qué’ que nos impulsa, somos más capaces de superar los obstáculos y de encontrar la fuerza para seguir adelante.
El sentido de la vida también se relaciona con una mayor longevidad y una mejor salud cardiovascular. Al tener un propósito, cuidamos más de nosotros mismos, tanto física como emocionalmente. Nos alimentamos mejor, hacemos más ejercicio, dormimos mejor y cultivamos relaciones más saludables. El impacto del sentido en el bienestar es tan profundo que incluso se ha observado que las personas con un fuerte propósito tienen un sistema inmunológico más robusto y una mejor respuesta al tratamiento de enfermedades.