La Medicina Veterinaria, desde sus inicios a mediados del siglo XIX, estuvo ligada al cuidado del caballo, principalmente por su importancia militar. Sin embargo, la evolución social ha transformado las necesidades de esta profesión, y con ello, el rol de la mujer. En México, este cambio se ha visto impulsado por el trabajo colaborativo y el empoderamiento femenino dentro del gremio veterinario.
Según Laura Olivia Arvizu Tovar, presidenta de la Federación de Colegios y Asociaciones de Médicos Veterinarios Zootecnistas de México A.C. (FedMVZ), la discusión ha pasado de la perspectiva de género al empoderamiento, un logro significativo en el país. Su propia trayectoria sirve como ejemplo de este camino.
Retos y Triunfos: Historias de Mujeres en la Veterinaria Mexicana
Para la Dra. Arvizu, el primer obstáculo fue comunicar a su familia, en un entorno patriarcal, su deseo de estudiar Medicina Veterinaria y Zootecnistas. Después de graduarse, enfrentó otro: ofertas de trabajo exclusivamente en puestos operativos, excluyéndola de roles directivos y de toma de decisiones. A esto se sumó una creencia errónea, propia de la sociedad, de que las mujeres son incapaces de trabajar en equipo. Sin embargo, su experiencia le demostró lo contrario: “De los mejores equipos que he tenido, tanto para trabajar como para construir, ha sido con mujeres”, afirma.
La Dra. Arvizu también describe el desafío de ir en contra del “deber ser”: “Ves que se hacen cosas que no deberían ser y tú no puedes ir en contra de tus convicciones, y el hecho de que quieras enderezarlas hace que te tachen de conflictiva y demás; comienzan a ponerte etiquetas”. Esta lucha por la equidad y la justicia dentro de la profesión ha sido una constante en su trayectoria.
Otras profesionales compartieron experiencias similares. Ruth Vironchi Luján, vicepresidenta del Colegio de Médicos Veterinarios Zootecnistas de Nayarit, habló sobre el síndrome del impostor: “Es un sentimiento de duda o inseguridad que pueden sentir algunas mujeres, se sienten incapaces de trabajar y que no están dando el potencial que tienes que dar, cuando sin embargo lo estás dando porque estás trabajando y lo estás demostrando”.
Maricela Reyes Cruz, presidenta del Colegio de Médicos Veterinarios Zootecnistas de Hidalgo, añadió que siete de cada diez mujeres sufren de este síndrome. Para ella, la búsqueda del reconocimiento profesional une a las mujeres en la profesión, y esto la llevó a superar su propia experiencia como alumna en un aula dominada por hombres, donde solo se le asignaban tareas administrativas.
Leticia Pichardo Rico, presidenta de la Asociación Nacional de Médicos Veterinarios Especialistas en Abejas, recuerda las comparaciones con su hermano y la dificultad de acceder a puestos laborales fuera del ámbito administrativo. Sin embargo, su perseverancia la llevó a convertirse en la primera directora de ganadería de Puebla, la primera presidenta del colegio de veterinarios del estado y directora de acuacultura. “Nosotras nos hemos ido ganando el reconocimiento poco a poco”, afirma con orgullo.
Reyna Osuna Chávez, presidenta del Colegio de Médicos Veterinarios Zootecnistas de Sonora, contrasta estas experiencias, agradeciendo el apoyo que ha recibido tanto de hombres como de mujeres que vieron en ella una fortaleza que en ese momento ella misma no percibía. Esto la impulsó a romper barreras y paradigmas.
Liderazgo y Sororidad: Claves para el Éxito
Para la Dra. Arvizu, el liderazgo requiere visión, compañerismo, y la capacidad de enfrentarse incluso a situaciones de abuso, como lo describe: “He tenido que asumir el liderazgo para el que nunca se está preparado, porque de verdad la realidad rebasa la ficción”. Su compromiso la llevó a formar un grupo de académicas organizadas para apoyar a estudiantes que sufren acoso o abuso, una iniciativa que se replicó en la federación.
Ella enfatiza que, en lugar de verse como víctimas, deben buscar la oportunidad para generar una cultura de prevención. Su rol como presidenta de la FedMVZ implica no solo responsabilidades técnicas, sino sociales y gremiales. Su mensaje: “Todo liderazgo conlleva una responsabilidad”.
La sororidad emerge como un factor fundamental, según Yurixi Sarai González Romero, presidenta de la Asociación de Especialistas en Pequeñas Especies de Michoacán. “Si hay otra mujer apoyándote, impulsándote y dándote ese valor que tanto necesitas, se puede lograr lo que tú quieras; ahora no estamos solas”, declara.
González Romero enfatiza la necesidad de construir redes de apoyo con mentoras, pero también la importancia de la autoevaluación y el crecimiento personal: “Muchas veces no queremos soltar, tenemos que deconstruirnos para construirnos”. El legado de las generaciones pasadas es clave, como ella misma destaca: “Gracias a mujeres como mi madre y sus madres hemos crecido, ellas labraron un camino para que a nosotras se nos facilite”.
Maricela Reyes Cruz refuerza la importancia del empoderamiento femenino para el ascenso profesional, aconsejando a las nuevas generaciones ser auténticas, valientes y perseverantes en sus objetivos.
Leticia Pichardo Rico invita a las mujeres a ser protagonistas de sus vidas, a innovar, proponer y unirse ante los desafíos del mundo actual. Adicionalmente, hace hincapié en la importancia del concepto de bienestar animal, frente a otras visiones del activismo animal.
Finalmente, Marina Guadarrama Olhovich, presidenta de la Asociación Mexicana de Oncología Veterinaria, hace hincapié en la necesidad de cuidar la salud mental y encontrar un equilibrio entre las responsabilidades profesionales y el cuidado personal: “Tengan un espacio para sí mismas, porque a veces nos descuidamos mucho a nosotras mismas en el afán de ser las mejores, trabajar y buscar las mejores oportunidades”.
Un Futuro con más Mujeres Liderando
Las historias de estas mujeres veterinarias mexicanas son un testimonio de la perseverancia, la sororidad y el empoderamiento femenino en un campo que tradicionalmente ha sido dominado por hombres. Sus luchas y logros nos inspiran a continuar trabajando por la equidad y la justicia dentro de la profesión, así como a fomentar una cultura de apoyo y colaboración entre las mujeres.
El futuro de la Medicina Veterinaria en México depende, en gran parte, del fortalecimiento del liderazgo femenino y la construcción de redes de apoyo sólidas. El mensaje es claro: el éxito es posible, pero requiere coraje, perseverancia, y la confianza en que juntas, las mujeres pueden lograr mucho más.