Cinco horas varados en una pista de Ezeiza. Un vuelo de Flybondi con destino a Córdoba se convirtió en una pesadilla para decenas de pasajeros este viernes. Lo que debía ser un viaje rápido y cómodo, terminó en un aterrizaje de emergencia y una espera interminable, cargada de angustia, incertidumbre… y gritos desesperados.
El vuelo del terror: De Aeroparque a Ezeiza, entre la alarma y la desesperación
Eran las 4:40 AM cuando el avión despegó de Aeroparque, ilusionado con la promesa de un amanecer cordobés. Pero el destino tenía otros planes. A los treinta o cuarenta minutos de vuelo, una luz de alarma se encendió en la cabina. La calma de los pasajeros se transformó en consternación cuando el piloto anunció un aterrizaje de emergencia en Ezeiza.
Según un comunicado oficial (luego del evento, claro…) la compañía se refiere al aterrizaje como algo “sin ningún inconveniente”. ¡Sin ningún inconveniente! Que se lo cuenten a los pasajeros que vivieron el calvario.
El relato escalofriante de una pasajera, que se contactó con Cadena 3, dibuja un panorama desolador: pasajeros encerrados durante horas en el avión, sin información, sin agua, sin comida, con niños llorando, con adultos al borde del colapso nervioso. Un auténtico infierno, con un final que demoró 5 largas horas.
La pesadilla de la espera: Gritos, llantos y promesas incumplidas
Imaginen la escena: Decenas de personas, apretadas en un avión sin aire acondicionado, con el estómago vacío y el corazón en la garganta. La falta de información, como siempre sucede en estos casos, agrava la situación. Las horas se extendían como si fueran eternas, mientras que los pasajeros recibían respuestas contradictorias del personal de tierra. Prometes de despegue inmediato, motores encendidos y apagados, intentos fallidos… una crueldad.
Los nervios se tensaron hasta el límite. Gritos desesperados, súplicas por agua y comida, llantos inconsolables… la angustia colectiva se apoderaba de la aeronave varada. El clima era tan tenso que una pasajera describe la situación como “un espanto”. ¿Acaso Flybondi no contaba con planes de contingencia para situaciones de este tipo?
Por fin, el tormento terminó a las 8:50 AM. Casi cinco horas después del aterrizaje forzoso, los pasajeros, exhaustos y traumatizados, fueron finalmente trasladados a otro avión. El que esperaban desde hacía casi medio día.
Flybondi: ¿Negligencia o simple falta de protocolo?
La versión oficial de Flybondi contrasta fuertemente con los testimonios de los pasajeros. La empresa minimiza el incidente, mientras que los afectados hablan de una experiencia traumática marcada por la negligencia y la falta de comunicación. La pregunta queda en el aire: ¿Fue una simple falla técnica, o la compañía carece de protocolos adecuados para atender situaciones de emergencia?
La imagen de la compañía, conocida por sus bajos precios y sus controversias previas, queda nuevamente en tela de juicio. ¿Cómo es posible que una aerolínea permita que sus pasajeros se sometan a tal sufrimiento en lugar de implementar medidas de contención y brindar información oportuna y clara?
Este incidente no es sólo una anécdota. Es una clara señal de alarma sobre los estándares de seguridad y la atención al cliente en el sector aeronáutico. Se hace urgente una investigación profunda y un análisis exhaustivo de los protocolos de emergencia para evitar que situaciones similares se repitan.
Las preguntas que se imponen son muchas, ¿quién se hace responsable por el daño emocional y psicológico sufrido por los pasajeros durante la espera? ¿Qué medidas tomará Flybondi para resarcir a los afectados?
Este no es simplemente un viaje interrumpido. Es la muestra de una irresponsabilidad indignante. Es la demostración de la falta de capacidad para resolver imprevistos por parte de Flybondi. Es el reflejo de la negligencia que merece ser sancionada con contundencia.
La indignación de los pasajeros es comprensible, la angustia vivida, indescriptible. Esperamos que las autoridades pertinentes investiguen a fondo este caso y que Flybondi asuma su responsabilidad ante esta experiencia dantesca.
¿Habrá cambios o más vuelos del terror?
Este incidente pone en jaque la seguridad y la responsabilidad social de Flybondi, pero también obliga a cuestionarnos sobre las condiciones y derechos de los pasajeros. Una pregunta clave es: ¿Veremos alguna mejora en sus protocolos de atención al cliente o seguiremos escuchando historias de angustia en los vuelos de la low cost?