La madrugada del sábado, la tranquilidad de Wilde, en Avellaneda, se vio abruptamente interrumpida por un descubrimiento macabro que heló la sangre de sus habitantes. Un vecino, mientras hurgaba en un contenedor de basura en busca de ropa, se topó con una escena digna de una película de terror: seis fetos humanos conservados en frascos de vidrio, abandonados entre los desechos. El hallazgo, ocurrido en la calle Juan Cruz Varela, entre Salcedo y Víctor Hugo, conmocionó a la comunidad y desató una investigación policial que busca esclarecer los hechos y dar con los responsables de este acto atroz.
El escalofriante descubrimiento
Lucas, el vecino que realizó el hallazgo, relató conmocionado a América TV el horror que experimentó al toparse con los restos humanos. “Me llamaron la atención unas zapatillas nuevas y, mientras revisaba, vi un frasco. Primero pensé que era ají en vinagre, pero cuando observé bien, pegué un salto”, contó. La imagen de los fetos, conservados en formol, lo impactó profundamente: “Nunca había visto un feto; pensé que era como un duende o un alien. Fue algo que me impresionó mucho. Después no pude dormir por recordarlo”, confesó.
Tras el descubrimiento, Lucas grabó la escena y dio aviso al personal de Higiene Urbana del municipio de Avellaneda y a la Policía Bonaerense. Los peritos confirmaron que se trataba de seis fetos humanos en distintos estados de desarrollo, lo que sugiere que podrían provenir de diferentes abortos. Los restos fueron trasladados a la Morgue Policial de Quilmes para la realización de autopsias, que determinarán la causa de muerte y la data de los fetos.
La investigación en curso
El caso está a cargo del fiscal Elbio Laborde, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°3 de Avellaneda, quien ordenó una serie de medidas para esclarecer el caso. La Policía Científica trabaja en el análisis de los frascos y en la recolección de evidencia en la escena del crimen. Se están revisando las cámaras de seguridad de la zona en busca de pistas que permitan identificar a él o los responsables del abandono de los fetos. El fiscal Laborde también solicitó análisis químicos para confirmar la presencia de formol en los frascos, lo que indicaría una intencionalidad en la conservación de los cuerpos.
Una de las principales hipótesis que manejan los investigadores es que los fetos podrían provenir de un centro de salud clandestino o de prácticas abortivas ilegales. Sin embargo, hasta el momento no se descarta ninguna posibilidad y se espera que las autopsias y los análisis periciales aporten más información para determinar el origen de los restos y las circunstancias de su muerte. La investigación se centra en determinar si se trata de abortos espontáneos, provocados o si existió algún tipo de práctica ilegal relacionada con la manipulación de los cuerpos.
Otros casos similares
El hallazgo de los fetos en Wilde no es un caso aislado. En los últimos meses, se han registrado otros descubrimientos similares en diferentes puntos del país, lo que pone en evidencia una problemática preocupante. En octubre pasado, un feto de aproximadamente tres meses fue hallado en una vereda de La Plata, en la zona de Los Hornos. En febrero, otro feto fue encontrado en una cloaca en Ingeniero White, Bahía Blanca. En este último caso, la autopsia determinó que se trató de un aborto espontáneo, pero la recurrencia de estos hallazgos genera alarma e interrogantes sobre las circunstancias que rodean estos casos.
Las similitudes entre estos casos y el de Wilde plantean la necesidad de profundizar en las investigaciones para determinar si existe un patrón común o si se trata de hechos aislados. La presencia de formol en los frascos sugiere un conocimiento específico en la manipulación de tejidos orgánicos, lo que podría orientar la investigación hacia profesionales de la salud o personas con acceso a este tipo de sustancias. Asimismo, se analizarán las posibles conexiones entre estos casos y las redes de tráfico de órganos o prácticas ilegales relacionadas con la investigación médica.
El horror del hallazgo en Wilde ha conmocionado a la sociedad argentina y ha reabierto el debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo y la necesidad de garantizar el acceso a prácticas seguras y legales. La clandestinidad y la falta de información pueden llevar a situaciones extremas como la que se vivió en Avellaneda, donde seis vidas potenciales fueron descartadas como basura. Más allá de las especulaciones, el caso exige una profunda reflexión sobre la salud reproductiva, los derechos de las mujeres y la responsabilidad del Estado en la prevención de este tipo de tragedias.