Una intensa lluvia azotó la Comarca Viedma-Patagones, generando anegamientos en calles y viviendas. La precipitación, ocurrida en tan solo 20 minutos, desató una controversia debido a la discrepancia en los registros pluviométricos. Mientras que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) reportó 9,5 milímetros, mediciones privadas en el barrio Jardín registraron 18 milímetros. Esta diferencia en los datos ha planteado interrogantes sobre la precisión de las mediciones y la intensidad real del fenómeno.
Discrepancias en los registros: ¿Un fenómeno focalizado?
La diferencia entre los datos del SMN y las mediciones privadas radica en la ubicación de los pluviómetros. El SMN basa su registro en las mediciones tomadas en el Aeropuerto Gobernador Castello, ubicado a cinco kilómetros del centro urbano. Los expertos del SMN explican que la tormenta pudo haber sido “focalizada”, con mangas de agua más copiosas en áreas específicas, lo que explicaría la mayor cantidad de lluvia registrada en el barrio Jardín.
Sin embargo, la discrepancia en los registros también plantea la cuestión de si 18 milímetros en 20 minutos es una cantidad plausible para un área urbana. Expertos consultados por NoticiasNet señalan que un milímetro de lluvia equivale a un litro de agua por metro cuadrado. Por lo tanto, 18 milímetros representarían un volumen significativo de agua, difícil de absorber por el sistema de drenaje de la ciudad en tan poco tiempo. Además, esta cantidad de lluvia se encontraría dentro de los parámetros de una alerta amarilla, la cual no fue emitida.
Impacto de la lluvia en la ciudad
Independientemente de la cantidad exacta de lluvia caída, el impacto en la ciudad fue considerable. Calles anegadas, especialmente en barrios alejados del centro, dificultaron el tránsito al final de la mañana. Además, se reportaron inundaciones en patios de viviendas debido a la obstrucción de cañerías por hojas y la falta de mantenimiento preventivo. Estos problemas evidencian la vulnerabilidad de la infraestructura urbana ante eventos climáticos de corta duración pero alta intensidad.
¿Cómo se mide la precipitación?
La medición de la precipitación se realiza mediante pluviómetros, instrumentos que recogen el agua de lluvia y la miden en milímetros. Un milímetro de lluvia equivale a un litro de agua por metro cuadrado. La intensidad de la lluvia se calcula en función de la cantidad de agua caída por hora. Una lluvia menor a 2 mm por hora se considera débil, mientras que una superior a 60 mm por hora se clasifica como torrencial.
Existen diferentes tipos de pluviómetros, desde los manuales hasta los automáticos que transmiten datos en tiempo real. La precisión de la medición puede verse afectada por factores como la ubicación del pluviómetro, la presencia de obstáculos como árboles o edificios, y el viento. Por esta razón, es importante que los pluviómetros se instalen en lugares abiertos y alejados de cualquier obstrucción.
Además de los pluviómetros, los radares meteorológicos también se utilizan para medir la precipitación. Estos radares emiten ondas electromagnéticas que rebotan en las gotas de lluvia, permitiendo calcular la intensidad y la distribución de la precipitación en una zona determinada. Los datos de los radares se utilizan para generar mapas de lluvia y para alimentar modelos de predicción meteorológica.
Interpretando los pronósticos del tiempo
Los pronósticos del tiempo proporcionan información sobre la probabilidad de lluvia y la cantidad esperada de precipitación. Es importante tener en cuenta que se trata de predicciones, no de certezas. La probabilidad de lluvia se expresa en porcentaje, indicando la posibilidad de que ocurra la precipitación en un lugar y tiempo determinados.
Para interpretar correctamente un pronóstico, es fundamental considerar la intensidad de la lluvia, es decir, la cantidad de agua que se espera que caiga en un período de tiempo determinado. También es útil consultar la previsión por horas, para saber cómo se distribuirá la lluvia a lo largo del día. Finalmente, hay que tener en cuenta que la fiabilidad de los pronósticos disminuye a medida que se proyectan a más largo plazo.
La importancia de la medición precisa de la lluvia
La controversia generada por las discrepancias en los registros de lluvia en Viedma-Patagones destaca la importancia de la medición precisa de la precipitación. Contar con datos confiables es fundamental para comprender los patrones climáticos, predecir eventos meteorológicos extremos y planificar medidas de mitigación ante posibles inundaciones. Asimismo, la correcta interpretación de los pronósticos del tiempo permite a la población tomar decisiones informadas y prepararse adecuadamente ante la posibilidad de lluvias intensas.
En un contexto de cambio climático, donde los eventos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes, la precisión en la medición y la predicción de la lluvia se vuelve aún más crucial. La inversión en infraestructura meteorológica y la formación de profesionales capacitados en meteorología son esenciales para afrontar los desafíos que plantea el clima en el siglo XXI.