La Ruta 23, en la provincia de Neuquén, fue escenario de una tragedia vial el pasado viernes. Héctor Daniel Redondo, un empresario de 63 años oriundo de Avellaneda, Buenos Aires, perdió la vida al caer con su motocicleta en una alcantarilla de tres metros de profundidad. El accidente, ocurrido en una curva sin señalización a unos 40 kilómetros de Villa Pehuenia, conmocionó a la comunidad local y al grupo de 35 motociclistas con el que Redondo viajaba.
Un viaje de aventura truncado por la tragedia
Redondo, un apasionado por las motos y los viajes, se había unido a un grupo de motociclistas de diferentes partes del país para recorrer la Patagonia. Su destino era Pino Hachado, con una parada prevista en Villa Pehuenia. Sin embargo, el destino tenía otros planes. En una curva cerrada, sin la señalización adecuada que advirtiera del peligro, la moto de Redondo derrapó, precipitándolo a una alcantarilla profunda. El impacto le causó la muerte instantánea, según las primeras pericias.
El accidente ocurrió entre las 2 y las 3 de la tarde, pero el cuerpo de Redondo no fue encontrado hasta tres horas después. Un empleado de la empresa CN Sapag, que trabaja en la zona, notó la ausencia del motociclista y decidió recorrer el tramo, encontrando el cuerpo sin vida en la alcantarilla. De inmediato, se dio aviso a los Bomberos Voluntarios de Villa Pehuenia-Moquehue, quienes acudieron al lugar para rescatar el cuerpo.
La falta de señalización: un factor clave en el accidente
Según Belén Aravena, jefa del cuerpo de Bomberos Voluntarios de Villa Pehuenia-Moquehue, la falta de señalización en la curva donde ocurrió el accidente fue un factor determinante en la tragedia. La ruta, aunque en proceso de pavimentación, carece de banquinas en varios tramos y las alcantarillas no están debidamente señalizadas, lo que representa un peligro para los conductores, especialmente para los motociclistas.
“La curva es muy pronunciada y no hay ninguna señal que indique la presencia de la alcantarilla”, explicó Aravena. “Si bien la ruta está siendo pavimentada, todavía hay muchos sectores sin terminar y sin la señalización adecuada. Es una zona muy peligrosa, sobre todo para quienes no conocen el camino”.
Las autoridades locales han sido alertadas en repetidas ocasiones sobre la necesidad de mejorar la señalización en la Ruta 23. La falta de inversión en infraestructura vial y la demora en las obras de mejora han convertido esta carretera en un escenario de accidentes frecuentes. La muerte de Redondo es un llamado de atención para que se tomen medidas urgentes y se garantice la seguridad de quienes transitan por la zona.
Conmoción y dolor en la comunidad motera
La noticia del fallecimiento de Redondo causó profunda conmoción entre sus compañeros de viaje y en la comunidad motera en general. Redondo era un empresario reconocido en Avellaneda y un experimentado motociclista, con años de experiencia en rutas y caminos de todo el país. Su muerte deja un vacío irreparable entre sus amigos y familiares.
“Héctor era un gran amigo, un compañero de ruta excepcional”, comentó uno de los motociclistas que viajaba con él. “Siempre estaba dispuesto a ayudar, a compartir su experiencia. Era un apasionado de las motos y de la vida. No podemos creer que haya pasado esto”.
El grupo de motociclistas, que había planeado continuar su viaje hasta Pino Hachado, decidió suspender el recorrido y regresar a Buenos Aires. El dolor por la pérdida de su compañero y la conmoción por el trágico accidente hicieron imposible continuar con la aventura.
Reflexiones sobre la seguridad vial
El accidente que le costó la vida a Héctor Daniel Redondo pone de manifiesto, una vez más, la importancia de la seguridad vial, especialmente en rutas con condiciones precarias. La falta de señalización, la ausencia de banquinas y el mal estado de la calzada son factores que incrementan el riesgo de accidentes, especialmente para los motociclistas, que son más vulnerables en caso de siniestros.
Es fundamental que las autoridades competentes tomen medidas para mejorar la infraestructura vial y garantizar la seguridad de todos los usuarios de las rutas. La inversión en señalización, la construcción de banquinas y el mantenimiento adecuado de las carreteras son acciones imprescindibles para prevenir tragedias como la que enlutó a la comunidad motera este fin de semana.
Asimismo, es importante que los conductores, especialmente los motociclistas, extremen las precauciones al circular por rutas poco señalizadas o en mal estado. Respetar las velocidades máximas, utilizar el equipo de protección adecuado y estar alerta ante posibles peligros son medidas que pueden salvar vidas.
La tragedia de Héctor Daniel Redondo debe servir como un llamado a la reflexión sobre la importancia de la seguridad vial y la necesidad de tomar medidas concretas para prevenir accidentes. La vida de un ser humano no puede depender de la falta de una señal de tránsito o del mal estado de una carretera. Es hora de que las autoridades y los conductores asuman su responsabilidad y trabajen juntos para hacer de las rutas un lugar más seguro para todos.