Comienza el 2025 y el escenario político en Córdoba presenta contrastes. Mientras el presidente Javier Milei experimenta una disminución en su popularidad, el gobernador Martín Llaryora y el intendente de la ciudad de Córdoba, Daniel Passerini, consolidan su imagen positiva con un apoyo que supera los resultados electorales de 2023. Este análisis se basa en datos de las consultoras Pulso Social y Comparactiva, que muestran tendencias opuestas entre la gestión nacional y las locales.
Milei: el desgaste del primer año
A pesar de haber obtenido un contundente 74% de los votos en Córdoba durante el ballotage presidencial de 2023, la imagen positiva de Javier Milei ha disminuido a un 60%, según Pulso Social. Si bien mantiene un saldo positivo considerable (28 puntos porcentuales), esta caída de 14 puntos porcentuales respecto a su caudal electoral inicial revela un desgaste en su primer año de gestión. La consultora Comparactiva, en un estudio focalizado en la ciudad de Córdoba, muestra una tendencia similar, con un 63% de imagen positiva, pero un saldo a favor de 29 puntos, ligeramente superior al provincial.
Diversos factores podrían explicar este retroceso. La implementación de medidas económicas de ajuste, la falta de experiencia en la gestión pública y la confrontación permanente con la oposición son algunas de las posibles causas. Además, el discurso disruptivo que caracterizó su campaña electoral puede resultar menos efectivo a la hora de gobernar y generar consensos.
El análisis de los datos revela que Milei ha perdido apoyo entre los votantes moderados, que en 2023 lo eligieron como una alternativa al peronismo y a Juntos por el Cambio, pero que hoy se muestran desencantados con su gestión. La inflación persistente, la incertidumbre económica y el aumento de la conflictividad social son algunos de los motivos de descontento.
Llaryora y Passerini: la consolidación del poder local
En contraste con la situación de Milei, Martín Llaryora y Daniel Passerini han logrado fortalecer su imagen positiva en sus primeros meses de gestión. Llaryora, gobernador de la provincia, cuenta con un 56% de aprobación según Pulso Social, superando en 14 puntos porcentuales el 42% de los votos que lo llevaron al poder en junio de 2023. En la ciudad de Córdoba, Passerini alcanza un 58% de imagen positiva, 9.4 puntos porcentuales por encima del 48.6% obtenido en las elecciones de julio de 2023.
Comparactiva, por su parte, muestra resultados similares para ambos dirigentes en la ciudad de Córdoba: 53% de aprobación para Llaryora (con un saldo positivo de 13 puntos) y 50% para Passerini (con igual saldo). Estas cifras reflejan una gestión sólida y una alta capacidad para conectar con las demandas de la ciudadanía. La implementación de políticas públicas focalizadas en la obra pública, la seguridad y la generación de empleo han contribuido a fortalecer su liderazgo.
La gestión de Llaryora se ha caracterizado por una fuerte inversión en infraestructura, la creación de programas sociales y una política de diálogo con los distintos sectores. Passerini, por su parte, ha priorizado la mejora de los servicios públicos, la seguridad ciudadana y la promoción del desarrollo económico local.
El futuro del peronismo cordobés
El crecimiento de la imagen positiva de Llaryora y Passerini plantea interrogantes sobre el futuro del peronismo en Córdoba. En un contexto nacional adverso para el partido, ambos dirigentes han logrado construir un liderazgo sólido basado en la gestión y en la cercanía con la gente. Esto podría convertir a Córdoba en un modelo para la renovación del peronismo a nivel nacional, ofreciendo una alternativa al discurso tradicional y adaptándose a las nuevas demandas de la sociedad.
La capacidad de Llaryora y Passerini para mantener altos niveles de aprobación en un contexto de crisis económica y polarización política será clave para el futuro del peronismo cordobés. Si logran consolidar su liderazgo y ampliar su base de apoyo, podrían convertirse en referentes nacionales y disputar el poder a nivel federal en las próximas elecciones.
Sin embargo, también existen desafíos. El peronismo cordobés deberá resolver sus tensiones internas y definir una estrategia clara para las elecciones de 2027. La unidad del partido y la capacidad para construir alianzas con otros sectores serán cruciales para enfrentar el desafío que representa Javier Milei y La Libertad Avanza.