Tras 13 años de incertidumbre y especulaciones, el caso María Cash vuelve a tomar un giro crucial. Héctor Romero, el camionero que fue la última persona en ver con vida a la joven diseñadora, regresa a la escena donde asegura haberla dejado en 2011. Sin embargo, sus múltiples versiones contradictorias sobre el lugar exacto han sembrado dudas y lo han colocado en el centro de la investigación como principal sospechoso de homicidio.
Las inconsistencias de Romero bajo la lupa
Desde el inicio de la investigación, las declaraciones de Romero han estado plagadas de contradicciones. En un principio, afirmó haber dejado a María Cash en el paraje Palomitas, antes de llegar a la Difunta Correa, un santuario ubicado en la ruta 34 de Salta. Posteriormente, modificó su versión, indicando que la joven descendió del camión en diagonal al santuario. Años después, cambió nuevamente su relato, asegurando que la dejó directamente en la Difunta Correa.
Estas inconsistencias, sumadas a la imposibilidad de realizar la maniobra de detención que Romero describió en el paraje Palomitas, según peritos, han despertado sospechas en la fiscalía. La falta de testigos que corroboren su versión y el hecho de que Romero conociera la ruta “como la palma de su mano”, según allegados, refuerzan las dudas sobre su testimonio.
El fiscal general Eduardo Villalba considera que la designación de la Difunta Correa como punto de descenso pudo ser una maniobra para desviar la investigación. La supuesta conversación que Romero mantuvo con Cash, en la que ella afirmaba dirigirse a Córdoba, también es puesta en duda por los investigadores, ya que el camionero nunca reconoció que se trataba de la diseñadora desaparecida.
Regreso a la escena del crimen y nuevos rastrillajes
Con el objetivo de esclarecer los hechos, la jueza Mariela Giménez deberá autorizar el traslado de Romero a la Difunta Correa para que señale el lugar exacto donde supuestamente dejó a María Cash. Esta diligencia judicial se considera clave para avanzar en la investigación y podría arrojar nuevas pistas sobre el paradero de la joven.
Paralelamente, se realizarán rastrillajes en tres puntos críticos de la ruta 16: la Difunta Correa, la intersección de las rutas 9/34 y 16, y la parada en El Tunal. Estos lugares fueron seleccionados a partir del análisis de las rutas que Romero solía transitar y de las características del terreno que podrían haber facilitado la ocultación de un cuerpo o de evidencias.
Un equipo especializado de búsqueda trabajará en conjunto con el Ministerio Público de Salta y la Fiscalía a cargo de Eduardo Villalba. Se espera que estos rastrillajes intensivos permitan encontrar elementos que aporten a la causa, incluyendo la posibilidad de hallar los restos de María Cash.
La confirmación de que Romero regresó al lugar un mes después de la desaparición de Cash, permaneciendo allí durante casi una hora y media con el pretexto de una avería en el camión, ha aumentado las sospechas sobre su posible participación en el crimen.
Además de los rastrillajes, se suma el perfilamiento psicológico de Romero, pieza clave para la causa. La psicóloga Natalia Colombo lleva 2 años analizando al camionero. Algunos detalles como recordar a María Cash “de la cintura para abajo” o hacer referencias a “olores”, llaman poderosamente la atención a los investigadores.
Un caso que conmocionó al país
La desaparición de María Cash en 2011 conmocionó a la sociedad argentina y generó una intensa búsqueda que se extendió por todo el país. La joven, de 29 años, se dirigía a Jujuy con la intención de establecerse allí y desarrollar su carrera como diseñadora de indumentaria.
Tras su paso por el Hospital San Bernardo en Salta, donde pidió atención médica pero se retiró antes de ser atendida, María fue vista por última vez en una cámara de seguridad caminando por la ruta, aparentemente desorientada. Desde entonces, su paradero ha sido un misterio.
El caso ha estado marcado por numerosos avistamientos falsos, que dificultaron la investigación durante años. La reapertura de la causa y el enfoque en la “zona cero”, con la incorporación de investigadores especializados, han permitido revalorizar pruebas y testimonios, llevando a la detención e imputación de Héctor Romero.
El diputado provincial Daniel Segura, hijo de Miguel Segura, empleador de Romero, asegura que su padre no lo encubre y que ha colaborado con la justicia. Sin embargo, las escuchas telefónicas ordenadas por la justicia sugieren lo contrario, comprometiendo aún más la situación del camionero y su entorno.