En un fin de año marcado por la incertidumbre económica y la necesidad de optimizar los recursos estatales, las decisiones sobre los asuetos administrativos para los días 23 y 30 de diciembre han generado discordia entre las provincias. Mientras que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires ha descartado de plano la posibilidad de conceder asueto para esas fechas, la Provincia de Córdoba ha decretado asueto administrativo, generando un contraste que refleja las diferentes prioridades y estrategias de gestión.
Buenos Aires: austeridad y continuidad en la gestión
El ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, fue contundente al afirmar que “no corresponde” otorgar asueto administrativo para los días 23 y 30 de diciembre. Argumentó que los asuetos ya están establecidos para el 24 y 31 de diciembre, vísperas de Navidad y Año Nuevo, respectivamente. Además, Bianco enfatizó la necesidad de mantener la continuidad en la gestión pública, especialmente en un contexto complejo como el actual.
La decisión del Gobierno bonaerense se enmarca en una política de austeridad y eficiencia en el gasto público, impulsada por el gobernador Axel Kicillof. En este sentido, se busca optimizar el funcionamiento de la administración pública y evitar gastos innecesarios. La negativa al asueto para el 23 y 30 de diciembre se interpreta como una señal de que el gobierno provincial prioriza la continuidad de los servicios públicos y la atención a las necesidades de la ciudadanía.
Sin embargo, la decisión ha generado malestar en algunos sectores gremiales, que habían solicitado el asueto para facilitar las celebraciones familiares y los traslados de los trabajadores estatales. FEGEPPBA, uno de los gremios que nuclea a los empleados públicos bonaerenses, presentó un pedido formal en este sentido, pero fue desestimado por el Gobierno.
Córdoba: conciliación familiar y dinamización económica
En contraste con la postura de la Provincia de Buenos Aires, el Gobierno de Córdoba ha decretado asueto administrativo para los días 23 y 30 de diciembre. La medida, que alcanza a todo el personal de la administración pública provincial, busca facilitar las celebraciones de fin de año y promover el turismo interno.
El Gobierno cordobés justificó la decisión argumentando que el asueto permitirá a los empleados públicos disfrutar de las fiestas en compañía de sus familias y contribuir a la dinamización de la economía local a través del turismo. Se espera que la medida impulse el consumo en sectores como la gastronomía, la hotelería y el comercio.
A diferencia de Buenos Aires, en Córdoba se ha priorizado la conciliación familiar y el impacto positivo del asueto en la economía local. La medida ha sido bien recibida por los gremios estatales y por el sector turístico, que ve en el asueto una oportunidad para reactivar la actividad económica después de un año difícil.
Dos modelos de gestión, dos visiones del Estado
Las diferentes decisiones tomadas por los gobiernos de Buenos Aires y Córdoba en relación con el asueto administrativo para los días 23 y 30 de diciembre reflejan dos modelos de gestión con distintas prioridades. Mientras que en Buenos Aires se privilegia la austeridad y la continuidad en la prestación de servicios públicos, en Córdoba se prioriza la conciliación familiar y la dinamización económica.
Ambas posturas tienen sus pros y sus contras. La decisión de Buenos Aires de no otorgar asueto puede ser vista como una medida responsable en términos fiscales, pero también como una falta de consideración hacia las necesidades de los trabajadores estatales. Por otro lado, la decisión de Córdoba de decretar asueto puede ser interpretada como una medida que fomenta el consumo y el turismo, pero también como un gasto innecesario en un contexto de crisis económica.
En última instancia, la decisión sobre si otorgar o no asueto administrativo para los días 23 y 30 de diciembre es una cuestión de prioridades y de estrategia política. Cada provincia ha tomado una decisión en función de sus propias circunstancias y de sus objetivos de gestión. Lo que sí es innegable es que estas decisiones impactan directamente en la vida de miles de trabajadores y en la economía de cada provincia.
Más allá de la discusión sobre la conveniencia o no del asueto, lo importante es que los gobiernos provinciales garanticen la prestación de servicios esenciales durante las fiestas. Esto implica asegurar la atención médica, la seguridad pública y el transporte, entre otros servicios básicos. Es fundamental que la ciudadanía no se vea afectada por la falta de personal en áreas críticas durante las celebraciones de fin de año.
En este sentido, tanto la Provincia de Buenos Aires como la Provincia de Córdoba han establecido guardias para asegurar la normal prestación de los servicios esenciales durante los días de asueto. De esta manera, se busca garantizar la atención a la población y evitar inconvenientes durante las festividades.