El ataque con misiles a la ciudad ucraniana de Dnipró el 21 de noviembre de 2024, marcó un nuevo capítulo en la guerra, con el supuesto despliegue del nuevo misil hipersónico ruso “Oreshnik”. Este evento ha generado una intensa investigación por parte de Ucrania y ha puesto en relieve la creciente sofisticación del arsenal militar ruso y las implicaciones geopolíticas del conflicto.
La Investigación Ucraniana
Las autoridades ucranianas, a través del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), han iniciado una investigación exhaustiva de los restos del misil encontrado tras el ataque. Imágenes difundidas muestran fragmentos metálicos de diferentes tamaños, sugiriendo la compleja estructura del armamento. Si bien el SBU no ha confirmado públicamente que los restos pertenezcan al “Oreshnik”, un investigador del SBU, identificado como Oleg, declaró que es la primera vez que se encuentran restos de este tipo de proyectil en territorio ucraniano, indicando la novedad de su uso en combate.
La investigación se desarrolla en un lugar secreto por razones de seguridad, pero destaca el compromiso de Ucrania en documentar y analizar este nuevo desarrollo tecnológico militar. Esta investigación no solo servirá para comprender las capacidades del misil, sino que también proporcionará datos cruciales para el desarrollo de contramedidas defensivas.
Características del Misil “Oreshnik”
El presidente ruso Vladimir Putin describió el “Oreshnik” como un misil balístico de alcance medio, capaz de alcanzar velocidades hipersónicas de Mach 10 (aproximadamente 12,350 km/h). Esta velocidad extrema dificultaría considerablemente su interceptación por los sistemas de defensa antimisiles actuales. Putin enfatizó su capacidad para atacar objetivos con una carga útil hipersónica no nuclear, aunque algunos analistas han cuestionado la precisión de esta afirmación.
El misil parece poseer una ojiva separable, con reportes que indican la presencia de múltiples submuniciones al momento del impacto en Dnipró. Esta característica, inusual en misiles balísticos de este tipo, aumenta su potencial destructivo y plantea interrogantes sobre su precisión y capacidad para atacar varios objetivos simultáneamente. Se ha especulado sobre si estas submuniciones son cinéticas, es decir, basadas en la energía del impacto, en lugar de explosivos convencionales.
Orígenes y Desarrollo del “Oreshnik”
Diversas fuentes apuntan al Instituto de Tecnología Térmica de Moscú (MIT) como el probable desarrollador del “Oreshnik”. El MIT tiene un largo historial en el desarrollo de misiles con combustible sólido, lanzados desde plataformas móviles, que se caracterizan por ser más ligeros y con un alcance menor comparado con los sistemas de combustible líquido lanzados desde silos. Se cree que el “Oreshnik” podría ser una adaptación del misil balístico intercontinental experimental Rubezh, optimizado para un alcance medio.
El desarrollo del “Oreshnik” se enmarca en la expiración del Tratado INF (Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio) en 2019, el cual prohibía la producción de misiles de corto y medio alcance. Tras la salida de Rusia del tratado, la posibilidad de desarrollar y desplegar este tipo de armas tomó forma, aunque no se sabe con exactitud la duración de su desarrollo.
Implicaciones Geopolíticas
El primer uso en combate del “Oreshnik” representa un hito en la carrera armamentista y un reto significativo para las naciones occidentales. La capacidad del misil para alcanzar velocidades hipersónicas aumenta las dificultades de defensa y genera preocupaciones sobre su posible uso en conflictos futuros. Rusia ha afirmado haber notificado a Estados Unidos sobre el lanzamiento del misil, sin embargo, la decisión de usar este nuevo tipo de arma en plena escalada bélica deja una gran pregunta abierta.
El ataque a Dnipró coincidió con el cierre preventivo de varias embajadas occidentales en Kiev, indicando un claro conocimiento previo de las intenciones de Rusia y la gravedad potencial de la situación. El evento subraya la necesidad de un mayor diálogo y la importancia de los esfuerzos diplomáticos para resolver el conflicto en Ucrania. La incertidumbre y la escalada de tensiones derivadas de la continua militarización del conflicto plantea un peligro enorme para la paz internacional.
La investigación de los restos del misil “Oreshnik” en Ucrania tras el ataque a Dnipró es crucial para comprender las capacidades militares de Rusia y las implicaciones de este nuevo desarrollo armamentístico. El análisis de la tecnología utilizada, su origen y su contexto geopolítico brindará información esencial para evaluar las amenazas futuras y formular estrategias para mitigar riesgos. La situación en Ucrania continúa evolucionando, destacando la necesidad de un monitoreo constante de las tensiones y la búsqueda de soluciones diplomáticas duraderas.