Octubre de 2024 pintó un panorama complejo para la economía argentina, con la salida de divisas por turismo alcanzando un máximo en doce meses y el déficit de la balanza de servicios escalando a USD 744 millones. Sin embargo, este escenario contrasta con la desaceleración en los costos de construcción en pesos y la estabilidad del dólar blue, generando un panorama con luces y sombras que requiere un análisis profundo.
El turismo y la sangría de dólares
El déficit en la cuenta corriente cambiaria, que llegó a USD 1.581 millones en octubre, se explica principalmente por los egresos netos en servicios, impulsados por el turismo emisivo. Las “personas humanas” registraron egresos netos por USD 562 millones, destinados principalmente a viajes, pasajes y consumos con tarjetas en el exterior. Si bien el Banco Central (BCRA) destaca que la mitad de estos gastos con tarjeta se cancelan con fondos propios en moneda extranjera, la otra mitad impacta directamente en las reservas.
Este fenómeno se potencia con la política cambiaria del Gobierno, que busca contener la inflación mediante la apreciación del tipo de cambio real. El llamado “dólar barato” incentiva el consumo en el exterior, generando una mayor demanda de divisas para turismo. A esto se suma el esquema del dólar blend para las exportaciones, donde el 20% de la liquidación ingresa por el mercado Contado con Liquidación (CCL), sin impactar en el balance cambiario oficial.
La cercanía del verano y el vencimiento del Impuesto PAIS en diciembre anticipan un posible incremento en el turismo emisivo. La duda radica en si el Gobierno convalidará un abaratamiento del dólar tarjeta, lo que podría profundizar la salida de divisas.
El crédito en dólares: un salvavidas para el BCRA
A pesar del panorama deficitario, el BCRA logró mantener una racha compradora de divisas gracias al boom del crédito en moneda extranjera para empresas. Este fenómeno, impulsado por los dólares ingresados al blanqueo, generó un superávit en la cuenta financiera cambiaria de USD 3.128 millones. Los depósitos privados en moneda extranjera aumentaron en USD 3.501 millones gracias al Régimen de Regularización de Activos.
Este influjo de capitales permitió que las reservas internacionales brutas aumentaran en USD 1.446 millones en octubre, cerrando en USD 28.618 millones. Sin embargo, es importante destacar que este crecimiento se debe, en gran medida, a factores financieros y no a un superávit genuino en la balanza comercial. Los pagos de deuda externa, por ejemplo, representaron egresos netos por USD 1.861 millones.
Construcción: costos en pesos desaceleran, pero el dólar complica
Mientras el frente externo presenta desafíos, el sector de la construcción muestra signos de estabilización en los costos en pesos. Según la Asociación Pymes de la Construcción de la Provincia de Buenos Aires (Apymeco), el costo del metro cuadrado aumentó solo un 1,11% en octubre, por debajo de la inflación. Los materiales subieron un 1,56%, mientras que la mano de obra se mantuvo estable.
Esta desaceleración se atribuye a la estabilidad macroeconómica y a la menor inflación. Sin embargo, la estabilidad del dólar, con una devaluación del 2% inferior a la inflación, encareció los costos en dólares. El metro cuadrado en dólares aumentó un 5,15%, pasando de USD 1.288,80 a USD 1.355,19.
El análisis del mercado de la construcción revela una dicotomía. En pesos, la desaceleración de costos y la reactivación del crédito hipotecario impulsan un optimismo moderado. Proyectos como el DNU 1017/2024, que facilita el acceso a créditos para desarrollos desde el pozo, buscan dinamizar el sector. Sin embargo, el encarecimiento en dólares plantea un desafío para los desarrolladores, que esperan una ecuación de costos más favorable para nuevos proyectos.
En los corralones, la estabilidad de precios en los últimos tres meses, con alzas acumuladas que no superan el 2%, contrasta con la inflación general. El regreso del consumidor final para refacciones y pequeñas obras, impulsado por las líneas de crédito hipotecario y las opciones de pago en cuotas, inyecta dinamismo al sector. No obstante, las ventas aún se encuentran entre un 10% y un 15% por debajo de los picos de 2023.
Dólar blue estable: ¿calma o antesala de la tormenta?
El dólar blue cerró noviembre en $1.090, con una disminución del 5,22% respecto al mes anterior y un aumento interanual del 27,49%. La brecha con el dólar oficial se ubica en el 10%, un nivel similar al de octubre de 2019. La estabilidad del dólar paralelo, junto con una inflación que desacelera, genera una aparente calma en el mercado cambiario.
Sin embargo, este escenario podría ser engañoso. La demanda contenida de dólares, la incertidumbre política y la posibilidad de nuevas medidas económicas generan un clima de expectativa. La pregunta clave es si esta estabilidad se consolidará o si se trata de una pausa antes de una nueva corrida cambiaria. El futuro del dólar, sin duda, será determinante para la economía argentina en los próximos meses.