En un escenario político argentino marcado por la creciente polarización entre el kirchnerismo y la fuerza libertaria de Javier Milei, emerge un nuevo actor con ambiciones nacionales: Hacemos, el partido liderado por el exgobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. La reciente validación de Hacemos por la Justicia Electoral Federal en siete provincias – Córdoba, Buenos Aires, San Luis, Jujuy, Mendoza, Tierra del Fuego y Catamarca – marca un hito significativo en el camino de Schiaretti hacia la construcción de una alternativa política de centro.
El nacimiento de Hacemos: una apuesta por el centro
Después de una larga trayectoria dentro del Partido Justicialista (PJ), Schiaretti decidió dar un paso al costado para formar Hacemos, un espacio que se define como de centro y busca captar el voto de aquellos que se sienten descontentos con las opciones predominantes en el panorama político argentino. Esta decisión no fue tomada a la ligera; Schiaretti, un experimentado político que gobernó Córdoba durante varios periodos, sabe que este proyecto representa un desafío significativo en un país con un sistema bipartidista acentuadamente polarizado.
La estrategia de Schiaretti se centra en construir una alternativa viable a la polarización. Sus críticos lo acusan de oportunismo, pero sus simpatizantes sostienen que responde a una demanda real de la población que busca un espacio político moderado, alejado del populismo kirchnerista y del discurso libertario. La decisión de posicionarse en el centro del espectro político requiere una estrategia cautelosa pero firme, con la capacidad de atraer a aquellos desencantados de la política tradicional.
El desafío de la polarización
Uno de los principales desafíos para Hacemos radica en la marcada polarización que caracteriza actualmente a la política argentina. La fuerza electoral de Javier Milei y la consolidación del kirchnerismo plantean un escenario complejo para cualquier fuerza política que intente ocupar el espacio del centro. Las próximas elecciones legislativas de 2024 servirán como un verdadero examen de fuego para evaluar la viabilidad de este nuevo proyecto político.
El reconocimiento de Hacemos en siete provincias es un primer paso, pero no garantiza el éxito. Schiaretti y su equipo deben diseñar una estrategia que trascienda la polarización y logre atraer a un electorado amplio e heterogéneo. Esto implica articular un discurso claro y consistente que se diferencie del discurso de las fuerzas mayoritarias, sin caer en la radicalización ni alienar a sectores importantes de la población.
Otro reto es la construcción de alianzas estratégicas. Mientras Schiaretti evita posicionarse explícitamente en la oposición, algunos analistas observan la posibilidad de acercamiento a sectores disidentes de Juntos por el Cambio, que buscan desligarse de la hegemonía interna. Sin embargo, cualquier alianza debe ser cuidadosamente estudiada para no afectar la imagen de centro que pretende proyectar Hacemos. La formación de alianzas, a corto y largo plazo, puede ser crucial para ampliar el alcance de Hacemos y definir su posicionamiento en el mapa político.
Schiaretti y las elecciones de 2025
Si bien el entorno de Schiaretti ha descartado su candidatura para las elecciones de 2024, no se descarta su participación en las elecciones presidenciales de 2025. La estrategia de construir Hacemos como una fuerza nacional y consolidarla en diferentes provincias apunta a posicionarlo como una alternativa en el ámbito presidencial. Sin embargo, este camino tiene un largo trayecto, sujeto a las variables y contextos políticos que se irán presentando en el periodo.
La presidencia de Cristina Fernández de Kirchner en el PJ podría beneficiar a Schiaretti al atraer peronistas descontentos con la cúpula actual. La misma situación se podría repetir en JxC, donde la disidencia se encuentra en franca evolución, buscando nuevas formas de representación política. Pero, esto solo tendrá éxito si logra articular una propuesta con resonancia en el electorado nacional. El éxito de Schiaretti en 2025 dependerá de su capacidad para mantener la cohesión interna del partido, articular un discurso atractivo y construir una coalición estratégica, más allá de las coyunturas políticas del momento.
En conclusión, el surgimiento de Hacemos representa un hecho importante en la escena política argentina. Si bien enfrenta un desafío inmenso en un país profundamente polarizado, el partido liderado por Schiaretti podría contribuir a un cambio significativo, logrando sumar consensos y moderar posiciones extremas en el escenario político argentino. El tiempo dirá si el camino de Hacemos es una vía alternativa o solo otro movimiento en un sistema cada vez más fragmentado.
Perspectivas y análisis
El camino hacia la consolidación de Hacemos no estará exento de dificultades. La polarización es un obstáculo formidable y la estrategia de Schiaretti debe adaptarse continuamente a los cambios en el escenario político. La capacidad de atraer a figuras políticas destacadas de otras fuerzas y la construcción de un discurso que pueda captar la atención del electorado más allá de la grieta serán claves para su éxito futuro. Será esencial evaluar cómo logra articular las necesidades regionales con un programa nacional consistente.
Además, la presencia de un gobernador como Martín Llaryora en Córdoba presenta un elemento de competencia interna a considerar para Hacemos. Si bien ambos se encuentran próximos ideológicamente, la coexistencia de estos liderazgos requiere una cuidadosa gestión para evitar fricciones y disputas que pudieran debilitar la imagen y estrategia del partido en conjunto. Si Schiaretti logra superar los retos que enfrenta, Hacemos tiene el potencial de abrir un espacio político vital para aquellos que buscan una alternativa al statu quo actual, aunque el margen de maniobra dentro de este contexto polarizado parece extremadamente estrecho.
La participación de Schiaretti en eventos internacionales, como su reciente conferencia en Madrid, refleja la visión nacional que busca construir. Al exponer sus ideas sobre gestión de gobierno e imagen pública a una audiencia internacional, Schiaretti deja entrever su ambición de proyectar la imagen de Hacemos más allá de las fronteras argentinas y atraer inversores en pos del desarrollo económico del país.
En los próximos meses, la evolución de Hacemos y su capacidad para atraer adeptos marcará la pauta sobre su futuro. La respuesta del electorado será crucial para evaluar la efectividad de la estrategia propuesta por Schiaretti y determinar si, realmente, existe un espacio en Argentina para una fuerza política moderada en un escenario dominado por una polarización que hace cada vez más complicado el surgimiento de alternativas.