El sorpresivo despido de Florencia Misrahi de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), ex AFIP, ha generado un terremoto político en Argentina. La decisión, tomada directamente por el presidente Javier Milei, deja al descubierto las tensiones internas dentro del gobierno y plantea interrogantes sobre el futuro de la política económica, especialmente en lo que respecta a gigantes tecnológicos como Mercado Libre y Despegar.
Las razones detrás de la caída
Si bien la versión oficial apunta a una “reestructuración” del organismo, las fuentes consultadas por este medio indican que la resolución 5607, impulsada por Misrahi, fue la gota que derramó el vaso. Esta resolución, que modificaba la clasificación de actividades económicas en el sector digital, habría afectado directamente los intereses de Mercado Libre y Despegar, dos empresas con gran poder de lobby y acceso directo al presidente.
La resolución 5607 incorporaba 15 nuevos códigos de actividad vinculados a la economía digital, incluyendo uno específico para “servicios de intermediación mediante plataformas de gestión electrónica”. Este cambio, aparentemente menor, implicaba que Mercado Libre y Despegar debían registrarse bajo un nuevo nomenclador que las excluía del régimen de promoción de la industria del conocimiento, significando la potencial pérdida de importantes beneficios fiscales.
Según expertos tributaristas, la medida no tenía sustento legal, ya que la creación de impuestos es una facultad exclusiva del Congreso. Sin embargo, el impacto político fue inmediato. Las quejas de los directivos de Mercado Libre y Despegar llegaron a oídos de Milei, quien, fiel a su estilo impulsivo, habría ordenado el despido de Misrahi sin consultar con su ministro de Economía, Luis Caputo.
El “triángulo de hierro” y la concentración del poder
La decisión de Milei confirma la influencia del llamado “triángulo de hierro”: el presidente, su hermana Karina y su asesor Santiago Caputo. Este grupo, conocido por su hermetismo y su poder de decisión, opera al margen de las estructuras ministeriales tradicionales, concentrando el poder en pocas manos.
El nombramiento de Juan Pazo como reemplazo de Misrahi refuerza esta idea. Pazo, un hombre de extrema confianza de Santiago Caputo, tendrá la tarea de completar la reestructuración de ARCA, un proceso que, según trascendió, implicará un fuerte achicamiento del organismo.
Este cambio de mando no solo evidencia la centralización del poder en el entorno presidencial, sino también las tensiones entre Luis Caputo y su primo Santiago. Si bien Luis Caputo inicialmente había logrado contener las ambiciones de su primo sobre ARCA, el despido de Misrahi marca una clara victoria para el “triángulo de hierro” y su proyecto de desregulación a ultranza.
El futuro de Mercado Libre y Despegar
Con la llegada de Pazo a ARCA, la situación de Mercado Libre y Despegar se vuelve incierta. Si bien la resolución 5607 podría ser revisada, el nuevo titular del organismo deberá lidiar con las presiones del “triángulo de hierro” y del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, quienes buscan reducir la carga impositiva sobre las empresas, incluso a costa de afectar la recaudación fiscal.
El caso de Mercado Libre y Despegar ilustra el dilema que enfrenta el gobierno de Milei: ¿cómo conciliar la promesa de una menor presión fiscal con la necesidad de mantener un Estado funcional? La respuesta a esta pregunta definirá no solo el futuro de estas empresas, sino también el rumbo de la economía argentina en los próximos años.
Un nuevo capítulo en la saga del ajuste
El despido de Misrahi y la reestructuración de ARCA son parte de un plan más amplio de ajuste del Estado impulsado por Milei. Este plan, que incluye la privatización de empresas estatales y la reducción del gasto público, busca liberar recursos para bajar impuestos y reactivar la economía. Sin embargo, críticos advierten que estas medidas podrían generar un aumento de la desigualdad y afectar la capacidad del Estado para brindar servicios esenciales.
En este contexto, el rol de ARCA será crucial. Como organismo encargado de la recaudación fiscal, ARCA deberá garantizar el ingreso de recursos al Estado para financiar las políticas públicas. La designación de Pazo, un hombre cercano a los sectores más liberales del gobierno, sugiere que la prioridad será la reducción de la presión fiscal, incluso si esto implica un riesgo para las cuentas públicas.
Los próximos meses serán cruciales para definir el futuro de ARCA y su papel en la economía argentina. El desafío para Pazo será encontrar un equilibrio entre las demandas del “triángulo de hierro” y la necesidad de mantener una recaudación fiscal que permita al Estado cumplir con sus funciones básicas.