El economista y ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, pintó un panorama contrastante de la economía argentina, una suerte de esquizofrenia macroeconómica. Por un lado, una “euforia financiera” impulsada por altos rendimientos; por otro, una “realidad pálida” en el sector productivo, con un crecimiento anémico y un consumo deprimido. Esta dicotomía, según Redrado, refleja una situación preocupante que requiere una profunda revisión de las políticas económicas.
Euforia Financiera: Un espejismo de estabilidad
Redrado identifica tres pilares que sustentan esta aparente bonanza financiera: el equilibrio presupuestario, el éxito del blanqueo de capitales y las atractivas colocaciones en pesos, favorecidas por un dólar controlado y tasas de interés reales positivas en términos de la divisa estadounidense. Estas condiciones han atraído inversiones, generando una sensación de estabilidad y crecimiento en el mercado financiero. Sin embargo, Redrado advierte sobre la naturaleza precaria de este optimismo, señalando al carry trade – estrategia inversora donde se toman préstamos en dólares para obtener rendimientos en pesos, recomprándolos con ganancias luego – como un elemento potencialmente volátil que podría revertirse rápidamente.
El carry trade, si bien provee réditos significativos en el corto plazo, presenta riesgos inherentes a las fluctuaciones cambiarias. Un movimiento repentino en el tipo de cambio podría generar pérdidas importantes para los inversores, poniendo en jaque la frágil confianza en la estabilidad económica. Redrado enfatiza la necesidad de un análisis prudente, que no ignore los riesgos latentes en este boom financiero.
Este crecimiento económico solo se percibe en el mercado financiero. Redrado remarca que el progreso macroeconómico no debe depender exclusivamente del carry trade, lo que podría ser perjudicial para el sistema financiero y aumentar la volatilidad. Es crucial no solo observar los datos económicos en general, sino también entender que las fluctuaciones del mercado financiero no se traducen en una economía productiva real, esto es, capaz de sostener un nivel de vida digno para toda la sociedad.
Realidad Productiva: Un panorama sombrío
En contraste con la euforia financiera, Redrado destaca la “realidad pálida” de la producción. Los indicadores económicos reflejan una situación compleja. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) registró una caída en septiembre, interrumpiendo una breve racha positiva y marcando el peor resultado en cinco meses. Esta contracción, que afecta a múltiples sectores, evidencia las dificultades que enfrenta la economía real para encontrar un sendero de crecimiento sostenible.
La debilidad del consumo interno, un pilar fundamental para la dinamización productiva, agrava la situación. La falta de demanda interna limita la capacidad de las empresas para expandir su producción, generando un círculo vicioso que frena el crecimiento y la generación de empleo. Se hace imprescindible estudiar la problemática de la inflación y los precios que afectan directamente al bolsillo del consumidor, que resulta ser una pieza crucial en la recuperación económica.
El salario real, a pesar de haber superado a la inflación en algunos meses, se encuentra aún por debajo de los niveles de hace cuatro años, un dato alarmante que muestra la dificultad para alcanzar una recuperación salarial sostenida. Esta falta de poder adquisitivo contribuye a la debilidad del consumo interno, profundizando los problemas de la producción.
Propuesta de soluciones: Cuatro vectores de desarrollo
Ante este panorama desalentador, Redrado propone una agenda de desarrollo basada en cuatro vectores principales: una revolución impositiva, una revolución exportadora, una revolución logística y una profundización financiera. Cada uno de estos ejes busca abordar las falencias estructurales que limitan el crecimiento económico argentino.
Una revolución impositiva implicaría una reforma tributaria integral que simplifique el sistema, reduzca la presión fiscal y fomente la inversión. Una revolución exportadora se centraría en la diversificación de la matriz productiva, la reducción de aranceles y la apertura de nuevos mercados internacionales para aumentar la competitividad del país.
Una revolución logística busca mejorar la infraestructura de transporte y reducir los costos logísticos, fundamentales para la eficiencia productiva. Finalmente, la profundización financiera se enfoca en ampliar y modernizar el sistema crediticio, promoviendo el acceso al crédito para el sector privado, a tasas de interés que faciliten las inversiones, y apuntando a sustituir el rol preponderante que cumple el sector público actualmente, desviando créditos y generando una enorme potencialidad de financiamiento al sector privado.
La inversión real en la Argentina, aún distante, necesita medidas adicionales. Es necesaria una estrategia que incluya la reducción de aranceles y el impulso a la entrada en nuevos mercados internacionales. Un superávit presupuestario y una desregulación económica no son suficientes para generar empleo y promover una mejor calidad de vida. Son necesarios incentivos concretos y estrategias para facilitar la generación de empleos que permitan a los argentinos afrontar su realidad socioeconómica.
Redrado enfatiza que este modelo económico está basado en un blanqueo de capitales. Es imprescindible comprender que Argentina depende en gran medida de los recursos obtenidos mediante este método, por lo que su eficacia es fundamental para el funcionamiento del sistema económico del país. Si esta fuente de ingresos decae por alguna razón, podría suceder que todo el sistema se derrumbe, lo que implicaría un riesgo sistémico para la Argentina. En otras palabras, Argentina es vulnerable a las fluctuaciones de la economía global, lo que aumenta la necesidad de medidas macroeconómicas más estables y más sólidas.
En resumen, Redrado propone un plan para reformular las prioridades macroeconómicas que apuestan a la integración de los mercados financieros a los objetivos de la economía real, incluyendo mejoras en materia de infraestructura y en la creación de empleo para apuntalar la inversión. La mejora de los procesos logísticos es crucial, esto puede incluir la licitación de obras privadas, la extensión de las vías férreas y la utilización de crédito concesional a largo plazo para financiar infraestructura con el objetivo de erradicar la corrupción.
La necesidad de una visión integral
La situación económica argentina exige una respuesta integral que supere la dicotomía entre la euforia financiera y la realidad productiva. Las propuestas de Redrado buscan direccionar el rumbo de la economía, priorizando el crecimiento sostenido, la creación de empleo y la mejora de la calidad de vida para todos los argentinos. Es imperativo que las políticas económicas se enfoquen en fortalecer la producción, el consumo y el salario real, pilares fundamentales para un desarrollo económico y social inclusivo.
Es necesario crear un sistema que incentive el desarrollo económico sostenible, mejorando la productividad del sector privado y el sistema de créditos al mismo tiempo que se crean oportunidades de empleo. Redrado argumenta que solo de esta forma se logrará el crecimiento económico real, la creación de empleo, y una mejor calidad de vida para los argentinos.