El tercer trimestre de 2024 ha registrado un crecimiento sin precedentes en los dividendos a nivel global, alcanzando la cifra récord de u$s431.100 millones. Este aumento, aunque moderado en comparación con el primer semestre (3.1% vs 6.6%), refleja la solidez de las principales economías mundiales, especialmente China y Estados Unidos, a pesar del complejo panorama geopolítico y económico.
El auge de los dividendos en China
China ha liderado este crecimiento, particularmente en el sector tecnológico, contribuyendo con u$s44.600 millones en dividendos. Alibaba (BABA), comenzando a remunerar a sus accionistas este año, fue un motor fundamental, incluyendo un dividendo especial de u$s6.800 millones que lo coloca como uno de los mayores pagadores, al nivel de Petrochina.
Otro gigante chino, BYD (BYDDF), fabricante de vehículos eléctricos, también registró un dividendo récord, reflejo de su notable éxito tanto en el mercado interno como en el internacional. Este crecimiento, según el informe Janus Henderson Global “Dividend Index”, se debe en parte a que muchas empresas chinas realizan pagos únicos anuales durante el tercer trimestre, concentrando más de la mitad del total trimestral en este período. A pesar de los desafíos económicos, los dividendos en China crecieron un 12.3% en términos subyacentes y un 15.4% en general, consolidando su influencia en los mercados emergentes.
El impulso de Estados Unidos
En Estados Unidos, los dividendos subyacentes experimentaron un crecimiento aún más significativo, alcanzando un 10%, muy por encima del promedio global. Este incremento se debe en gran medida a la entrada en escena de gigantes tecnológicos como Meta (META) y Alphabet (GOOG), que distribuyeron dividendos por primera vez. Este evento representó una cuarta parte del crecimiento total de dividendos en el país. A estas nuevas incorporaciones se suma el regreso de empresas como Disney, que reanudaron los pagos tras una pausa durante la pandemia.
A nivel sectorial, los sectores bancario y de medios fueron los principales impulsores del crecimiento en Estados Unidos, mientras que sectores como la minería y el transporte experimentaron retrocesos. La solidez de la rentabilidad empresarial y la facilidad para refinanciar deudas, a pesar de las preocupaciones sobre las tasas de interés, fueron factores determinantes, como señaló Jane Shoemake, gestora de Janus Henderson Global Equity Income.
Perspectivas para 2025: Diversificación y Mercados Privados
Las perspectivas para 2025 son optimistas, según los expertos de Schroders, Johanna Kyrklund y Nils Rode. Aunque el “efecto Trump” y sus posibles políticas podrían impactar la economía, se considera que podrían también generar oportunidades de inversión. Existe un consenso en que hay potencial para mayores retornos, pero los inversores deberían mirar más allá de los “ganadores recientes”, como las “Siete Magníficas de Wall Street”, y diversificar sus inversiones.
Kyrklund señala la necesidad de un enfoque más activo para evitar la sobreexposición a las empresas que han dominado el mercado en el pasado y aprovechar nuevas oportunidades en sectores y regiones diferentes. Rode, por su parte, anticipa un entorno favorable para las inversiones en mercados privados en 2025, incluyendo “small/mid-buyout” y “capital de riesgo”, donde se vislumbra un gran potencial de retorno y generación de ingresos. Esto se debe a la convergencia de varios ciclos favorables: los de recaudación en mercados privados, la disrupción tecnológica y los ciclos económicos.
El Rol de los Mercados Privados
Los mercados privados, que incluyen activos no cotizados como empresas privadas, bienes raíces, deuda privada e infraestructuras, se perfilan como una opción crucial para proporcionar resiliencia a las carteras de inversión ante las tensiones geopolíticas persistentes y los riesgos de conflictos. Su menor liquidez y mayor horizonte temporal los hacen atractivos para inversores institucionales o calificados que buscan retornos a largo plazo. Dentro de estos mercados, los espacios de “small/mid-buyout” y “capital de riesgo”, así como el sector inmobiliario, se presentan como particularmente atractivos para 2025.
Las estrategias de inversión en “private equity” son diversas, desde la adquisición de empresas medianas con alto potencial de crecimiento (Small/Mid-Buyout), donde empresas como Blackstone o KKR buscan maximizar valor mediante mejoras operativas y expansión estratégica, hasta el capital de riesgo (Venture Capital) que invierte en startups en fases iniciales. Gigantes del capital de riesgo como Sequoia Capital o Andreessen Horowitz demuestran el potencial de inversión en esta área, habiendo impulsado el éxito de compañías como Airbnb o Stripe.
Un panorama dinámico y oportunidades diversificadas
El récord de dividendos de 2024, impulsado principalmente por China y Estados Unidos, indica un panorama dinámico en los mercados financieros. Para 2025, la diversificación se presenta como una estrategia clave. Mientras que las empresas tecnológicas consolidan su posición y distribuyen dividendos, los mercados privados ofrecen un atractivo potencial de retorno y resiliencia, especialmente para quienes buscan invertir más allá de los mercados públicos tradicionales. Un enfoque activo y una visión a largo plazo son fundamentales para aprovechar las oportunidades que se presentarán en el año que viene.