El año 2024 quedará grabado en la memoria de los inversores argentinos como un período de bonanza excepcional en el mercado de capitales. Las acciones argentinas, medidas por el índice S&P Merval, protagonizaron un rally histórico, superando ampliamente a los principales índices bursátiles globales. Este auge, impulsado por factores como la normalización macroeconómica, el ajuste fiscal y la expectativa de un acuerdo con el FMI, plantea la inevitable pregunta: ¿es sostenible este crecimiento en el tiempo?
Un año de récords en la Bolsa porteña
El Merval, principal indicador de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, registró en 2024 una suba interanual del 172% en pesos y un asombroso 123% en dólares “contado con liqui”, la cotización que surge de la compra de acciones o bonos en pesos para su posterior venta en dólares en el exterior. Este desempeño no solo superó las expectativas más optimistas, sino que posicionó al mercado argentino como líder en el ranking mundial por tercer año consecutivo.
El optimismo inversor se sustentó en una serie de factores convergentes. La gestión de Javier Milei, con su enfoque en el “cambio” y la aplicación de políticas de ajuste fiscal, generó un clima de confianza en el mercado. La baja en la inflación, el equilibrio en las cuentas públicas y las señales de expansión en la actividad económica contribuyeron a consolidar este escenario positivo.
Detrás de estos números impactantes, se encuentran historias de empresas que lograron capitalizar este contexto favorable. Los bancos, por ejemplo, fueron los grandes ganadores del año, con alzas en sus ADR (American Depositary Receipts) que oscilaron entre el 240% y el 270% en dólares. Este rendimiento excepcional se explica por la baja penetración del crédito al sector privado al inicio del año, que dejaba un amplio margen para el crecimiento, y por la normalización macroeconómica, que impulsó el financiamiento privado.
Bonos soberanos: ¿oportunidad o espejismo?
No solo las acciones se beneficiaron del clima de euforia en el mercado. Los bonos soberanos argentinos, tanto los emitidos bajo ley extranjera (Globales) como los emitidos bajo ley argentina (Bonares), también duplicaron su valor en 2024. Este fenómeno se explica por la mejora en las expectativas del mercado, impulsada por la corrección de desequilibrios fiscales y las señales claras de normalización económica. El compromiso del gobierno con el cumplimiento de los contratos y la implementación de una política fiscal austera contribuyeron a reducir el riesgo país y a atraer a inversores internacionales.
Sin embargo, el contexto político también presenta desafíos. La reciente prórroga del Presupuesto 2023, tras no lograr la aprobación del proyecto de presupuesto 2025 en el Congreso, evidencia las tensiones existentes y la dificultad para alcanzar consensos en materia económica. Este factor podría generar incertidumbre en el mercado y afectar las perspectivas futuras.
¿Qué esperar para el 2025?
Si bien el rally de 2024 fue extraordinario, muchos analistas advierten que es poco probable que se repita en 2025. Las valuaciones de las acciones y los bonos, cercanas a máximos históricos, sugieren que gran parte del optimismo ya está incorporado en los precios actuales. Además, la incertidumbre política y la posibilidad de que la economía global entre en una fase de desaceleración podrían afectar el desempeño del mercado argentino.
No obstante, también existen factores que podrían sostener el crecimiento en el mediano plazo. La expectativa de un acuerdo con el FMI, que podría destrabar un flujo importante de divisas y facilitar la eliminación del control de cambios, es uno de los principales catalizadores. Además, la continuidad de las reformas estructurales y la consolidación del equilibrio fiscal podrían generar un entorno propicio para la inversión y el crecimiento económico.
En definitiva, el futuro del mercado argentino dependerá de una combinación de factores internos y externos. La capacidad del gobierno para mantener la disciplina fiscal, avanzar en las reformas estructurales y alcanzar un acuerdo con el FMI será crucial para consolidar la confianza de los inversores. Asimismo, el desempeño de la economía global y la evolución del contexto político internacional también jugarán un papel determinante en las perspectivas futuras.
Como dijo un reconocido analista, “el mercado ya ha descontado gran parte de las buenas noticias”. Ahora, la clave estará en la capacidad del gobierno para traducir las expectativas en realidades concretas y generar las condiciones para un crecimiento económico.
Prudencia y optimismo moderado
El rally histórico de la Bolsa argentina en 2024 fue un fenómeno excepcional, impulsado por una combinación única de factores. Si bien es poco probable que se repita con la misma intensidad en 2025, existen fundamentos para un optimismo moderado. La clave estará en la capacidad del gobierno para consolidar los logros alcanzados, generar las condiciones para un crecimiento económico sostenible y sortear los desafíos políticos y económicos que se presenten en el camino. En este contexto, la prudencia y el análisis cuidadoso de las variables macroeconómicas serán fundamentales para tomar decisiones de inversión acertadas.