El primer año de Javier Milei en la presidencia argentina ha estado marcado por profundas transformaciones económicas, con medidas drásticas que buscan controlar la inflación y estabilizar la economía. La devaluación inicial del peso, la reducción del gasto público y la renegociación de la deuda con el FMI son solo algunos de los hitos de este período, que ha generado tanto optimismo como preocupación entre los argentinos.
El dólar: de la escalada a la estabilidad
Una de las primeras medidas de Milei fue la liberación del tipo de cambio, que llevó al dólar oficial a $600 y al paralelo a superar los $1000. Tras una escalada que alcanzó los $1500 a mediados de julio, el Gobierno implementó un control estricto de la emisión monetaria y la venta de dólares en el mercado Contado con Liquidación, logrando una estabilización en torno a los $1000. A pesar de esta baja, el dólar acumula una suba anual del 9%, muy por debajo de la inflación.
Esta política cambiaria, sin embargo, ha sido objeto de críticas por parte de algunos economistas que advierten sobre un atraso cambiario que podría perjudicar las exportaciones y favorecer las importaciones, profundizando la recesión. La devaluación inicial, además, tuvo un impacto directo en la inflación de diciembre de 2023, que alcanzó un pico del 25,5%.
La inflación: un descenso a costa de la recesión
Tras el pico inflacionario de diciembre, se observó una tendencia a la baja, llegando al 3% actual. Este descenso, impulsado por la política monetaria restrictiva y la quita de subsidios, tuvo un alto costo: una fuerte recesión que, si bien muestra signos de recuperación, cerrará el año con una contracción del 3%.
La pérdida del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, junto con el aumento de tarifas, agudizó la crisis económica y social, generando un clima de incertidumbre en la población. El Gobierno, sin embargo, confía en que este esquema permitirá alcanzar una inflación del 18% en 2025, con la promesa de reducir aún más el crawling peg si la inflación se estabiliza en 2,5% durante tres meses consecutivos.
Deuda pública: el peso de la herencia y la negociación con el FMI
La deuda pública, otro de los grandes desafíos del gobierno de Milei, superó los U$S 460.000 millones tras la absorción de los pasivos del Banco Central por parte del Tesoro. El acuerdo con el FMI, que representa el 10% de la deuda total, es crucial para la estabilidad económica del país.
En 2025, Argentina deberá pagar U$S 3.000 millones al organismo. Las negociaciones para un nuevo acuerdo que incluya la refinanciación y fondos frescos para levantar el cepo cambiario son tensas. El FMI se muestra reticente a financiar la salida de las restricciones sin garantías de que el dólar flote libremente, evitando una repetición de la fuga de capitales ocurrida durante la gestión de Luis Caputo.
Perspectivas para 2025: ¿llegarán los resultados a la microeconomía?
El desafío para 2025 es que la estabilidad macroeconómica se traduzca en mejoras tangibles para los argentinos. La recesión, la pérdida de poder adquisitivo y la incertidumbre sobre el futuro son los principales obstáculos que deberá sortear el Gobierno para consolidar su programa económico.
La clave estará en la capacidad de generar confianza en los inversores, reactivar la economía y controlar la inflación sin afectar aún más el nivel de vida de la población. El éxito o fracaso de las políticas implementadas por Milei en su primer año se definirá, en última instancia, por su impacto en la vida cotidiana de los argentinos.