La Cámara de Diputados se prepara para una sesión clave que definirá el futuro de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) del gobierno de Javier Milei. La oposición busca limitar su alcance, pero la inesperada alianza entre la UCR y el PRO amenaza con bloquear cualquier iniciativa.
El Presupuesto como Moneda de Cambio
La decisión de la UCR de no dar quórum en la sesión especial convocada para modificar la ley de DNU ha sorprendido al ámbito político. Mientras la oposición busca restringir el poder del Ejecutivo para legislar a través de decretos, la UCR, junto al PRO, han optado por no participar, paralizando de facto la iniciativa. La razón detrás de esta decisión parece residir en las negociaciones presupuestarias.
Fuentes cercanas a la Casa Rosada confirman que el gobierno está utilizando el presupuesto 2025 como una herramienta de negociación con los gobernadores de ambas fuerzas políticas (UCR y PRO). Se les ha sugerido, velada o abiertamente, que la colaboración en la votación será recompensada con asignaciones presupuestarias favorables a sus provincias, mientras que la oposición podría resultar en recortes o falta de apoyo.
El rol de los Gobernadores
Los gobernadores, por su parte, parecen estar jugando un rol crucial en esta coyuntura. La presión desde la Casa Rosada es evidente, pues la asignación presupuestaria es clave para el funcionamiento de las provincias y la ejecución de importantes obras y programas. En este sentido, muchos gobernadores de la UCR habrían presionado a sus diputados para que se abstuvieran de asistir a la sesión.
Esto no sólo se ha producido en la UCR; existen indicios de un comportamiento similar entre gobernadores del PRO, quienes al parecer también negociaron con el gobierno nacional para asegurar partidas en el próximo presupuesto. Por lo que, además de la presión desde el ejecutivo nacional, los propios intereses locales han primado sobre la necesidad de un control sobre los Decretos de Necesidad y Urgencia.
La postura de De Loredo
El jefe del bloque de la UCR en la Cámara de Diputados, Rodrigo de Loredo, ha justificado la decisión de su bloque en un mensaje en redes sociales. Si bien reconoce que es un despropósito que un DNU, que tiene la misma fuerza que una ley, requiera menos requisitos para su vigencia, enfatizó en el ‘cuándo’ es oportuno discutir este tema.
De Loredo afirma que el kirchnerismo está “tendiendo una trampa dañina para los argentinos”, pero, sin embargo, no considera que la presión por parte del gobierno para asegurar la votación favorable para ellos es una maniobra igual de nociva para la institucionalidad. De esta manera, su argumento se centra en la inestabilidad económica actual, señalando que la UCR no considera prudente tomar medidas que puedan afectar los ‘incipientes logros de estabilidad económica’.
Las Implicaciones Políticas
La decisión de la UCR y el PRO de bloquear la sesión tiene implicaciones políticas de gran envergadura. Deja en evidencia la capacidad de negociación del gobierno actual, que está utilizando las herramientas del poder en su beneficio, pero también cuestiona el accionar de partidos opositores que anteponen sus intereses particulares por encima del control y del equilibrio de poderes.
Es importante destacar que las modificaciones propuestas a la ley 26.122 buscan establecer un mecanismo más equitativo para regular los DNU, que podrían ser reemplazados en el futuro por otras medidas igualmente antidemocráticas. Por lo que la situación pone a debate la capacidad de respuesta de los sistemas democráticos a los líderes autoritarios que buscan concentrar el poder, a través de las leyes y del dinero.
La ausencia de quórum en la sesión es un duro golpe para la oposición, que pierde la oportunidad de limitar el uso de los DNU por parte del gobierno. Esto refuerza la imagen de un poder ejecutivo omnipotente con pocos contrapesos dentro del marco del congreso, debilitando la estabilidad institucional del país.
El futuro de los DNU
El escenario actual deja el camino abierto para que el gobierno continúe utilizando los DNU para implementar sus políticas, sin mayores obstáculos. Si bien es un mecanismo constitucional, su abuso puede desequilibrar el juego democrático. La falta de quórum deja en evidencia la necesidad de repensar el rol de los partidos opositores y la importancia de equilibrar intereses particulares con la salud de la democracia.
La situación deja mucho por reflexionar sobre el uso del presupuesto como un instrumento de presión política, sobre el rol de las negociaciones de los partidos políticos con el poder ejecutivo, y sobre los límites del ejercicio del poder mediante decretos de necesidad y urgencia. Es un momento delicado para la democracia Argentina que exige una respuesta a la altura de las circunstancias.