Desde su chacra en Rinc�n del Cerro, Jos� Mujica, el expresidente uruguayo, reflexiona sobre el balotaje electoral que se avecina en su pa�s, su estado de salud, y comparte sus perspectivas sobre el futuro del Uruguay y el rumbo pol�tico de Am�rica Latina. En medio de una lenta recuperaci�n tras una intervenci�n por c�ncer de es�fago, el expresidente revela una mezcla de optimismo y pragmatismo en sus predicciones y comentarios.
El balotaje: una perspectiva desde la chacra
Mujica anticipa un balotaje re��ido entre el candidato del Frente Amplio, Yamand� Orsi, y el candidato de la coalici�n de derecha, �lvaro Delgado. Se��ala que, independientemente del resultado, el pr�ximo gobierno deber� ser un gobierno de negociaciones. “Gane quien gane, va a tener que aprender a negociar”, afirma. Esta apreciaci�n evidencia la fragmentaci�n del panorama pol�tico uruguayo, y la necesidad de acuerdos para gestionar el pa�s.
Respecto a la capacidad de negociaci�n de cada candidato, Mujica expresa su apoyo a Orsi, resaltando su experiencia como intendente de Canelones. Considera que esta experiencia lo ha preparado para la complejidad de la pol�tica nacional y las negociaciones entre diversos sectores. Sin embargo, matiza su afirmaci�n indicando que “Orsi tampoco es Dios”, lo que destaca su visi�n realista sobre la capacidad humana de un l�der pol�tico.
Pol�tica, econom�a y las dificultades del presente
Mujica se��ala los l�mites de la econom�a y la necesidad de que el nuevo gobierno enfoque su atenci�n en generar crecimiento econ�mico. Destaca que “si la econom�a no crece, no hay para repartir”, indicando que los pedidos que recibir� el pr�ximo gobierno inevitablemente superaran las capacidades financieras del pa�s. Es una advertencia sobria que recuerda que la pol�tica es una disciplina de tomar decisiones entre posibilidades limitadas. Su visi�n es que el pr�ximo gobierno, sea quien sea, deberá establecer prioridades claras y encontrar soluciones innovadoras para los problemas que enfrenta el pa�s.
El expresidente critica la poca perspectiva que se le ha brindado al trabajo rural durante la campa�a electoral, recalcando la importancia del sector agroexportador para la econom�a nacional. Considera que la preponderancia de lo urbano sobre lo rural es un error, pues se debe generar una sinergia entre ambas y potenciar el desarrollo equitativo de todo el pa�s. El campo como motor de la econom�a de Uruguay no debe ser descuidado, pues representa un sustento relevante para la poblaci�n.
Reflexiones sobre el pasado y el futuro
Mujica reflexiona sobre su propio pasado como guerrillero tupamaro y su tiempo en prisi�n. Si bien admite las heridas del pasado, recalca que “no vive de recuerdos” y prioriza una perspectiva que permite mirar hacia adelante y trabajar para mejorar el futuro. Deja en claro que no est� interesado en “cobrar cuentas”, y aunque reconoce que hay personas que no lo acompa��ar�n, apuesta por soluciones inteligentes, priorizando el desarrollo del pa�s sobre rencores o conflictos pasados. En el fondo, el tema central de sus reflexiones es la construcció de un futuro viable para Uruguay.
En cuanto al legado que quisiera dejar de su gobierno, reconoce la insatisfacci�n por las cosas que quedaron pendientes. Menciona el acuerdo energ�tico fallido y la falta de avance en la obtenci�n de gas natural como ejemplos de proyectos importantes que no llegaron a buen t�rmino. En esta l�nea reflexiva, recalca que existen muchos desaf�os que persisten, mostrando una preocupaci�n genuina por los problemas del país.
Una mirada a América Latina y el rumbo ideológico
Mujica se manifiesta preocupado por la situaci�n pol�tica en América Latina, especialmente por el auge de la ultraderecha, con ejemplos como Donald Trump, Javier Milei y Jair Bolsonaro. Critica la reducci�n del liberalismo a un mero recetario económico, argumentando que el liberalismo real debe incluir valores de respeto y tolerancia, algo que las figuras mencionadas parecen ignorar en su ideología. Su postura indica una preocupación por la tendencia antidemocrática y populista que ha afectado varias naciones del continente.
Analizando el auge de l�deres latinoamericanos y su falta de sucesores, Mujica destaca la necesidad de formar nuevos l�deres, aquellos capaces de superar al dirigente anterior. Se opone a los modelos centralizados de poder, preferiendo modelos que permitan mayor participaci�n, diversidad y un sistema más horizontal. Esto indica su pensamiento político de formación de futuros lideres.
La vida, la sobriedad y el futuro
Para Mujica, el sentido de la vida reside en encontrar una causa y en la sobriedad. Critica el consumismo desmedido y llama a valorar experiencias como el amor, la amistad y el disfrute de momentos sencillos en lugar de la acumulaci�n de bienes materiales. Considera que este desapego de lo material contribuye a una mayor libertad interior, algo fundamental para lograr la plenitud, y es este el mensaje clave para la generación joven.
Finalmente, el expresidente muestra una actitud positiva frente al futuro. A pesar de sus problemas de salud, manifiesta su deseo de seguir contribuyendo al debate p�blico y de compartir sus ideas. Su anhelo es que el Uruguay se desarrolle, y expresa su firme intenci�n de aportar lo que pueda en ese proceso, lo que refleja una convicci�n constante por la transformaci�n política.