La Ciudad de Buenos Aires encara un ambicioso plan de modernización para su sistema de transporte público, con foco en las 31 líneas de colectivos que operan exclusivamente en la Capital Federal. Este proyecto, impulsado por el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, y su Ministro de Infraestructura, Pablo Bereciartúa, se centra en la mejora de la seguridad, la incorporación de tecnología de vanguardia y la optimización del servicio para ofrecer una experiencia de viaje superior a los usuarios.
El color azul se convertirá en un sello distintivo de estas líneas urbanas. En total, se modernizarán aproximadamente 1800 unidades, adoptando este característico tono en los laterales de los vehículos, mientras que se preservarán los colores tradicionales en la parte frontal para su fácil identificación. Además de una renovación estética, el objetivo es que estos colectivos sean un símbolo de modernización y eficiencia dentro de la red de transporte de pasajeros.
Priorizando la seguridad
La seguridad de los pasajeros es un pilar fundamental de este plan. Cada unidad incorporará un sistema de cámaras de seguridad conectadas al Centro de Monitoreo de la Ciudad, permitiendo una supervisión constante y efectiva. Además, se incrementarán considerablemente los controles de alcoholemia y narcotest a los conductores, garantizando un transporte público confiable y libre de sustancias nocivas.
Esta iniciativa responde a la necesidad de crear un entorno más seguro tanto para los usuarios como para los conductores. En los próximos meses, la presencia policial en las terminales y un patrullaje masivo se reforzarán como mecanismo adicional de control para desalentar las conductas delictivas y la problemática de seguridad pública.
Tecnología de avanzada al servicio del transporte
La modernización incluye un significativo avance tecnológico. Se implementará un sistema de multipago, que permitirá a los pasajeros abonar sus boletos usando tarjetas de crédito y débito, además de la tarjeta SUBE y los celulares con tecnología NFC. Esta opción ofrecerá comodidad y agilidad en el proceso de pago para todo tipo de usuario. La flexibilidad del sistema también permite evaluar futuras opciones como una tarifa diferenciada según la franja horaria o el día de la semana para optimizar el servicio en momentos pico y para un mejor control del gasto público en transporte.
Además, todos los colectivos incorporarán el sistema ADAS (Advanced Driver Assistance Systems), una tecnología que emplea sensores e inteligencia artificial para alertar a los conductores sobre posibles riesgos, como puntos ciegos o peatones en las cercanías. Este sistema busca optimizar la seguridad vial y minimizar las chances de accidentes de tránsito. Estudios demuestran que la mayoría de los siniestros de transporte público se producen cerca de las veredas, y el ADAS ayudará a detectar estos eventos.
Otra medida destacable es la incorporación de una nueva línea de colectivos eléctricos experimentales, que recorrerá el trayecto entre Retiro y Parque Lezama, ofreciendo una alternativa de transporte ecológica y moderna. Si el test resulta positivo, se prevé la paulatina incorporación de unidades similares en otras zonas de la ciudad.
Renovación de la flota y fileteado porteño
Con el objetivo de mejorar la experiencia del pasajero, a partir del primer trimestre de 2025, solo podrán circular colectivos con menos de 10 años de antigüedad. Esto implica la renovación de 241 unidades que actualmente superan este límite, lo que redundará en una flota más moderna y confortable, con una disminución notable de la antigüedad media, de 6.4 a 4.5 años. Esta inversión masiva buscará un servicio más eficiente y con vehículos en mejores condiciones.
Para preservar el patrimonio cultural de la ciudad, todos los colectivos incorporarán el fileteado porteño, un arte tradicional que embellecerá las unidades y recordará su pertenencia a Buenos Aires. La decisión recupera un aspecto identitario y le devuelve valor cultural al transporte.
Un paso hacia la consolidación de la autonomía porteña
El Plan de Modernización y Seguridad de los colectivos se enmarca dentro del proceso de transferencia de competencias desde la Nación a la Ciudad de Buenos Aires. Esta iniciativa fortalece la autonomía del distrito en la gestión de sus servicios públicos, permitiéndole implementar políticas públicas adaptadas a las necesidades de sus habitantes. La gestión independiente otorga una visión integral del sistema de movilidad y busca una mejora sustancial en la experiencia del usuario.
El gobierno porteño asumió la responsabilidad de controlar, administrar, definir las frecuencias y recorridos, así como de gestionar los subsidios y las tarifas de las líneas involucradas. Este traspaso representó un significativo compromiso económico para la ciudad, pues cubre aproximadamente dos tercios del precio real del pasaje, además de mantener vigentes los actuales programas de beneficios.
En resumen, este proyecto no solo implica una modernización integral de la flota, sino también un compromiso con la seguridad, la tecnología y la mejora de la experiencia del usuario. Es un paso significativo hacia una Ciudad de Buenos Aires más moderna, eficiente y comprometida con el bienestar de sus habitantes. A partir de la puesta en marcha de estas medidas, los usuarios del transporte público porteño percibirán una notable diferencia en la calidad y seguridad del servicio.