¡BOMBA! Nadia Márquez, la diputada estrella de La Libertad Avanza en Neuquén, finalmente habló sobre el escándalo de corrupción que tiene a la vicegobernadora Gloria Ruiz contra las cuerdas. Pero, ¿dijo algo realmente? O solo tiró humo para tapar el fuego de la polémica que amenaza con quemar la imagen del partido libertario en la provincia. Prepárense, porque este novelón político recién empieza.
Un silencio que gritaba a los cuatro vientos
Semanas de completo silencio. Días en los que el escándalo por el presunto desvío de fondos en la Legislatura neuquina crecía como una bola de nieve. Mientras todos los políticos se pronunciaban, Márquez, muy amiga de Ruiz, se hacía la sueca. ¿Casualidad? ¡Para nada! Su silencio estratégico solo alimentaba las sospechas y los rumores. ¿Estaba protegiendo a su aliada? ¿Temía que las salpicaduras del escándalo la ensuciaran también a ella? Las preguntas sin respuesta se acumulaban como moscas en un basural.
Recordemos que Márquez y Ruiz son uña y carne. Comparten la misma ideología ultraconservadora, la defensa a ultranza de los valores religiosos y una amistad que se remonta a los tiempos en que ambas militaban en la oscura periferia de la política neuquina. Pero ahora, con Ruiz en el ojo del huracán, esa amistad se ha convertido en un lastre para Márquez, que intenta desesperadamente desmarcarse sin quedar como una traidora.
La tibia defensa de la diputada libertaria
Finalmente, Márquez rompió el silencio. Pero sus palabras fueron tan huecas como un discurso de Alberto Fernández. “La Justicia debe actuar”, declaró con la misma convicción que un cura hablando de ateísmo. ¿En serio, Nadia? ¿Esa es toda tu postura frente a un escándalo de corrupción que involucra a tu amiga del alma? ¡Un poco más de contundencia, por favor!
Márquez intentó desmarcarse afirmando que La Libertad Avanza no tomará una posición oficial hasta que la Justicia se expida. ¡Qué conveniente! Mientras tanto, el partido queda manchado por la sospecha y la indecisión. Este es el problema de los políticos que predican la honestidad a los cuatro vientos pero callan como ratones cuando la corrupción les toca la puerta.
Lo que Márquez no dice es que su propio partido, La Libertad Avanza, se construyó sobre la base de la lucha contra la corrupción. Javier Milei, el líder máximo, ha hecho de la honestidad y la transparencia su bandera de batalla. ¿Cómo se compatibiliza ese discurso con la tibia defensa de una dirigente acusada de enriquecimiento ilícito? La hipocresía libertaria queda al descubierto una vez más.
¿Acaso Márquez teme que una condena a Ruiz afecte sus propias aspiraciones políticas? Recordemos que la diputada llegó a la Cámara Baja gracias a una alianza con Rolando Figueroa, el actual gobernador de Neuquén, quien a su vez mantiene una tensa relación con Ruiz. Un movimiento en falso podría dejar a Márquez sin el apoyo de ninguno de los dos bandos y hundir su carrera política.
El futuro de La Libertad Avanza en Neuquén
El caso Ruiz es una prueba de fuego para La Libertad Avanza en Neuquén. Si Márquez no se desmarca con claridad de la vicegobernadora, el partido corre el riesgo de perder credibilidad y apoyo popular. La gente está harta de la corrupción y no tolerará la hipocresía de los políticos, ni siquiera de aquellos que se autoproclaman “antisistema”.
El silencio inicial de Márquez y su posterior defensa tibia solo han logrado aumentar la desconfianza de la ciudadanía. ¿Podrá La Libertad Avanza remontar este escándalo y consolidarse como una alternativa real en Neuquén? El tiempo lo dirá. Por ahora, el futuro del partido en la provincia es tan incierto como el destino de Gloria Ruiz.
Mientras tanto, el pueblo neuquino observa con atención los movimientos de sus dirigentes. La paciencia se agota y la sed de justicia aumenta. Si La Libertad Avanza no está a la altura de las circunstancias, pagará las consecuencias en las urnas. El electorado no perdona la corrupción, ni la complicidad con ella.
¡Atentos, señores libertarios! El caso Ruiz puede ser el principio del fin de su aventura política en Neuquén. O tal vez, solo tal vez, sea la oportunidad para demostrar que son diferentes, que realmente están comprometidos con la transparencia y la honestidad. Pero para eso, necesitan mucho más que tibias declaraciones y silencios estratégicos. Necesitan ACTUAR.