La reforma de la ley de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) se ha convertido en una partida de ajedrez político, donde las piezas se mueven con cautela y cada jugada puede definir el tablero electoral. El silencio estratégico del PRO frente a la iniciativa opositora genera tensión y especulación en el escenario político argentino, particularmente en su relación con La Libertad Avanza.
El dilema del PRO: entre la coherencia interna y el cálculo electoral
El partido fundado por Mauricio Macri se encuentra dividido. Por un lado, el ala más cercana a Patricia Bullrich considera la reforma como un intento del kirchnerismo por desestabilizar al gobierno de Milei, restándole herramientas esenciales a un Ejecutivo con debilidad parlamentaria. Su postura es la de un rechazo tajante al proyecto.
Sin embargo, otros sectores del PRO reconocen una contradicción interna. Varios diputados del partido, entre ellos la misma Patricia Bullrich, presentaron proyectos similares de reforma de la ley de DNU durante el kirchnerismo, argumentando en ese entonces que la norma otorgaba excesivas prerrogativas al Ejecutivo. Esta incongruencia genera un malestar interno que se suma a las presiones externas.
El peso de la negociación: Macri y el tablero electoral
El principal factor que definirá la postura del PRO es el cálculo político y electoral. La búsqueda de un acuerdo con La Libertad Avanza, planteada en reiteradas ocasiones por los referentes del PRO, se encuentra condicionada por la férrea resistencia de Karina Milei y Santiago Caputo, quienes conforman el círculo íntimo del líder libertario. Esta alianza estratégica es clave para ambos partidos en el contexto de las próximas elecciones.
El apoyo parlamentario del PRO a Milei ha sido crucial para la gobernabilidad hasta ahora. Sin embargo, esta estrategia podría agotarse. El apoyo a la ley de DNU, y luego el Presupuesto 2025, representan dos momentos cruciales donde se pondrá a prueba esta alianza. Según fuentes del PRO consultadas por Infobae, “si les resolvemos el problema de los DNU, al día siguiente valemos cero”. Se da por descontado que la oposición logrará aprobar la reforma.
Abstención: una estrategia de negociación
Ante esta disyuntiva, la abstención surge como una estrategia que permite al PRO evitar la contradicción interna de votar en contra de sus propias propuestas pasadas, a la vez que mantiene la incertidumbre y presiona a La Libertad Avanza en la negociación para un acuerdo electoral futuro. Esta pausa permite al PRO mantener la presión mientras se acercan las elecciones.
La abstención también jugaría un rol importante en el cronograma electoral. Si el kirchnerismo aprueba la reforma este año, la sesión para el veto se pospondría hasta marzo, dejando tiempo suficiente para una negociación con Milei. El cálculo estratégico del PRO indica que es preferible mantener la posibilidad de una negociación durante el receso parlamentario. Al no comprometerse con un apoyo explícito, se posicionan con una flexibilidad que puede resultar ventajosa en las tratativas.
El rol de Mauricio Macri: líder y negociador
En el centro de esta estrategia se encuentra Mauricio Macri. Su presencia en las reuniones del bloque del PRO se hace evidente, mostrando su capacidad de negociación y un rol crucial en las decisiones que se toman dentro del espacio. En una reunión reciente, Macri instó a sus diputados a no hacer pública su posición sobre los DNU, alimentando el suspenso que mantiene en vilo a La Libertad Avanza.
El temor dentro del PRO es que si Milei tiene asegurados los votos para defender el veto, el Congreso quedará prácticamente cerrado hasta las elecciones, minimizando la necesidad de un acuerdo con el PRO. La abstención permitiría entonces mantener el juego abierto durante las negociaciones, con el objetivo de lograr una alianza pùblica antes de la conformación de listas el 25 de mayo, evitando futuras traiciones.
una negociación pendiente
La decisión del PRO sobre la ley de DNU no es solo una cuestión legislativa, sino una jugada clave en el tablero electoral. El cálculo estratégico del espacio, liderado por la figura de Mauricio Macri, buscará maximizar sus posibilidades de cara a las próximas elecciones. La abstención, de concretarse, no será más que un elemento en una compleja negociación, donde la búsqueda de la gobernabilidad y la viabilidad electoral dependerán de un acuerdo que, por el momento, sigue en suspenso.