La renuncia de Pablo Moyano a la CGT, anunciada el 22 de noviembre de 2024, sacudió al mundo sindical argentino y abrió un nuevo capítulo en la compleja relación entre la central obrera y el gobierno de Javier Milei. Esta decisión, lejos de ser aislada, refleja una profunda grieta interna en la CGT, poniendo en duda la estabilidad de la tregua tácita que se había establecido entre el gobierno y los principales líderes sindicales.
Las causas de la ruptura
La renuncia de Moyano se debe, fundamentalmente, a las discrepancias con el sector mayoritario de la CGT, denominado ‘mesa chica’, respecto al rumbo estratégico a seguir frente al gobierno de Milei. Mientras Moyano abogaba por una postura más confrontacional, incluyendo la convocatoria a un paro general en diciembre, el resto de la cúpula sindical optó por el diálogo y la negociación con el Ejecutivo.
Esta diferencia de enfoque se manifestó con claridad en la reciente negociación salarial de Camioneros. Mientras Hugo Moyano, líder del gremio y padre de Pablo, dialogaba con los empresarios para asegurar un aumento salarial y un bono considerable para sus afiliados, su hijo mantenía una posición de rechazo a la línea moderada. Este hecho puso en evidencia la tensión generacional y estratégica que cruza el sindicato y parte de la CGT.
La estrategia dialoguista de la ‘mesa chica’ prioriza evitar medidas de fuerza que puedan perjudicar su imagen y dificultar las negociaciones con el gobierno. Esta postura, si bien es compartida por muchos líderes sindicales que buscan preservar la estabilidad económica de sus obras sociales, es criticada por sectores que ven en el diálogo una concesión excesiva frente al ajuste implementado por el gobierno.
La incapacidad de Moyano para construir una alianza sólida dentro de la CGT para impulsar el paro de diciembre fue el detonante final de su decisión. Con la UTA y otros gremios del transporte rechazando la medida, así como también la falta de respaldo de la propia dirigencia camionera, Moyano sintió su propuesta profundamente debilitada.
Consecuencias y perspectivas
La renuncia de Moyano no solo representa una pérdida importante para el sector más combativo dentro de la CGT, sino que también introduce un elemento de inestabilidad en la central obrera. Aunque la dirección de la CGT ha asegurado la continuidad de sus planes, la salida de un dirigente tan influyente como Moyano es un duro golpe a su unidad interna.
La decisión de la ‘mesa chica’ de continuar con el diálogo, sin embargo, ha fortalecido la tregua con el Gobierno. Esta estrategia busca proteger la estabilidad económica del sindicalismo y la protección de los beneficios sociales conseguidos. Se centra en las negociaciones en curso para flexibilizar los puntos más problemáticos de la reforma laboral y en la búsqueda de beneficios para las obras sociales.
No obstante, la tregua es frágil. La incertidumbre económica, el impacto del ajuste en el empleo y las futuras negociaciones salariales siguen siendo factores de tensión. Un nuevo desencuentro entre el Gobierno y los líderes sindicales podría generar un quiebre en la relación actual, llevando a nuevas medidas de fuerza.
Desde el punto de vista político, la renuncia de Moyano puede interpretarse como un indicio de las dificultades que enfrentan los sectores más tradicionalistas y confrontativos para adaptarse a las nuevas dinámicas políticas del país. Su acercamiento a la CTA y a movimientos sociales kirchneristas abre un nuevo campo de batalla interno dentro de la oposición.
El futuro de la CGT y sus relaciones con el Gobierno dependerán de la capacidad de sus líderes para gestionar las tensiones internas y definir una estrategia unificada en el contexto actual. Los desafíos para la CGT son importantes, y la unidad será clave para asegurar su rol en el escenario político y sindical argentino
En conclusión, la salida de Pablo Moyano representa un terremoto en el tablero sindical argentino. Aunque la ‘mesa chica’ pretende mantener la estabilidad mediante el diálogo, la unidad y la cohesión interna de la CGT están cuestionadas. El próximo año será determinante para definir si la tregua con el gobierno se consolida o implosiona debido a las presiones que se avecinan.