Manu Viale, con su carisma innegable y su frescura juvenil, se ha convertido en una figura querida en el mundo del espectáculo argentino. Pero más allá de las cámaras y los flashes, Manu guarda una historia familiar rica en anécdotas, complicidades y, por supuesto, la ineludible presencia de su abuela, la legendaria Mirtha Legrand. En una entrevista íntima, Manu abrió las puertas de su corazón para compartir los lazos que lo unen a sus hermanos, Nacho y Juana, y a la diva de los almuerzos.
Una infancia entre risas y complicidades
Los hermanos Viale, criados bajo el ala protectora de su madre, Marcela Tinayre, y la atenta mirada de su abuela Mirtha, compartieron una infancia llena de momentos inolvidables. “Somos cuatro hermanos: Juana y Nacho los mayores; Matías, el menor… y Juana es mi única hermana mujer. Nos llevamos bastantes años, pero tenemos un vínculo re lindo”, confesó Manu con una sonrisa nostálgica. La diferencia de edad nunca fue un obstáculo para forjar una relación sólida, llena de cariño y apoyo mutuo.
Las anécdotas de verano en Punta del Este, los juegos infantiles en el jardín de la casa familiar y las reuniones con amigos y primos son solo algunos de los recuerdos que atesoran los hermanos Viale. “Con los tres… Mati es más cercano a mí porque es más pegado. Pero sí. Es un vínculo de hermanos”, afirmó Manu, destacando la importancia de la unión familiar en sus vidas. A pesar de las diferencias de personalidad y las distintas trayectorias profesionales, el lazo que los une se mantiene intacto.
Juana, la hermana cómplice y el temor a la “Chiqui”
La relación entre Manu y Juana es especialmente cercana. Comparten la pasión por el arte, la moda y los viajes, y se apoyan mutuamente en cada proyecto que emprenden. Sin embargo, Manu confesó una divertida anécdota: a pesar de la confianza que existe entre ellos, nunca ha sido invitada al programa de televisión que conduce Juana. “Si me invitan, obvio que voy a ir. Pero nunca lo pediría. También me da un poco de nervios: prefiero que me entreviste Juana a que me entreviste la Chiqui”, reveló entre risas.
La idea de ser entrevistada por su hermana le genera una mezcla de entusiasmo y temor. “Con Juana me cagaría de risa, sería divertido. Habría una complicidad extra”, explicó Manu. Pero la posibilidad de sentarse en la mesa de Mirtha Legrand, con su estilo incisivo y sus preguntas implacables, la intimida un poco más. “Hay que atenerse a que te pregunte cualquier cosa…”, dijo con una sonrisa pícara, reconociendo el respeto y la admiración que siente por su abuela.
Mirtha Legrand, la abuela omnipresente
La figura de Mirtha Legrand es ineludible en la vida de Manu Viale. La diva de los almuerzos, con su personalidad arrolladora y su trayectoria impecable, ha sido una fuente de inspiración y un modelo a seguir para sus nietos. “Me llevo bárbaro. La amo”, confesó Manu, dejando en claro el cariño profundo que siente por su abuela. Pero más allá del afecto familiar, Manu reconoce la influencia que Mirtha ha tenido en su formación personal y profesional.
Mirtha, con su experiencia y su sabiduría, siempre ha estado presente para guiar y aconsejar a sus nietos. Las reuniones familiares, los almuerzos dominicales y las celebraciones navideñas han sido momentos clave para compartir historias, transmitir valores y fortalecer los lazos que los unen. “Desde que somos chicos estamos acostumbrados a pasar las Fiestas… desde que mis papás estaban casados. Lo tengo renaturalizado. Siempre pasamos las Fiestas con los matrimonios juntos, para que mi papá estuviera con sus cuatro hijos. Su mujer, su exmujer, y la pareja de su exmujer”, recordó Manu con cariño.
El legado de una familia unida
La familia Viale, con sus luces y sombras, con sus alegrías y tristezas, ha sabido construir un legado de unión y solidaridad que trasciende las generaciones. Manu, Nacho, Juana y Matías, cada uno con su propia personalidad y su camino en la vida, llevan consigo la impronta de una familia que ha dejado una huella imborrable en la historia del espectáculo argentino. Y en el centro de esta historia, como un faro que ilumina el camino, se encuentra Mirtha Legrand, la matriarca que con su amor y su sabiduría ha guiado a sus nietos hacia la realización personal y profesional.