La irrupción de Javier Milei en la presidencia de Argentina ha generado una profunda sacudida en el panorama político, y una de las áreas más afectadas es el sindicalismo. Las divisiones internas, las disputas por la representación y la necesidad de adaptación a la nueva realidad han empujado a algunos líderes sindicales a buscar nuevas estrategias, incluyendo la incursion en la arena política.
El nacimiento de un partido sindical cordobés
En Córdoba, este proceso de reconfiguración sindical se manifiesta con fuerza. La CGT provincial, marcada por divisiones e intentos fallidos de unificación, está impulsando la creación de un partido político con representación propia. El triunvirato que dirige la Regional Córdoba de la CGT, conformado por Rubén Urbano (UOM), Edgar Luján (Camioneros) y Ricardo López (ATSA), lidera este proyecto que se ha expandido a otras regionales, con Bell Ville y Río Cuarto ya sumando fuerzas a la iniciativa. Se encuentran actualmente en la recolección de avales para formalizar su participación en las elecciones de medio término de 2025. La ambición es clara: conseguir una representación efectiva, ya sea dentro de una alianza o con un sello propio.
La primera reunión formal donde este plan empezó a tomar forma fue un plenario realizado en la ciudad de Bell Ville. Este evento sentó las bases para su estrategia política. Posteriormente, se realizó otro plenario en Río Cuarto, esta vez con la participación de figuras destacadas a nivel nacional, como Walter Correa, Ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires. Esta presencia, además de otras similares en la ciudad de Córdoba, deja claro que existen intereses políticos nacionales que se están manifestando a través de este movimiento cordobés.
La puja entre Llaryora y Kicillof
La iniciativa de la CGT cordobesa de formar su propio partido no sólo es significativa para el escenario político provincial, sino que también representa una nueva arista en la ya compleja relación entre el gobernador Martín Llaryora y el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa. Ambos pugnan por conservar la influencia dentro del peronismo cordobés y el control sobre el sector del voto obrero, un pilar tradicional dentro del electorado del peronismo. La posibilidad de una salida electoral independiente por parte de la CGT podría fragmentar este apoyo y afectar seriamente sus cálculos electorales.
El apoyo de figuras como Walter Correa, cercano a Sergio Massa, refuerza esta interpretación de pugna política. Su presencia activa en las reuniones de la CGT en Córdoba puede verse como una estrategia para contrarrestar la influencia de Llaryora y asegurar la lealtad de este importante segmento del electorado peronista. La percepción es que esta acción podría interpretarse como una señal de un acercamiento entre Massa y Llaryora, algo que debilitaría la posición política del gobernador.
El desafío para el peronismo cordobés
La creación de un partido político por parte de la CGT en Córdoba representa un desafío considerable para el peronismo local. La posibilidad de que el bloque sindical, tradicionalmente asociado al peronismo, decida competir por fuera de la estructura política ya establecida de Hacemos podría restarle una porción importante del electorado al partido gobernante. Esto obligará al peronismo a revisar y recalcular sus estrategias para las elecciones de 2025.
A pesar de la caída en la popularidad de los sindicatos en los últimos tiempos y de la escasa cantidad de figuras sindicales con el peso suficiente para una candidatura con éxito, la pérdida simbólica de la CGT sería un golpe importante para Hacemos. La posibilidad de este escenario, aunque poco probable, impulsa la búsqueda de acuerdos que aseguren al menos una parte de ese caudal de votos.
Estrategias y posicionamientos
Dentro de la CGT cordobesa existen diferentes visiones sobre la mejor manera de proceder. Algunos dirigentes optan por una confrontación directa con el gobierno nacional, una estrategia más afín a los intereses de Sergio Massa. Otros prefieren una actitud más prudente, esperando una mejora en la imagen del gobierno antes de tomar decisiones drásticas. Esta discusión interna determinará en gran medida el futuro de este nuevo movimiento político sindical.
Una de las estrategias que se observan para conectar con el electorado es un discurso “anti-casta”. Se busca desmarcarse de la imagen de las mafias y los acuerdos tras bambalinas. La promesa es un partido formado únicamente por representantes de los gremios, sin la participación de políticos tradicionales. Aún se encuentra pendiente la integración total de todas las regionales de la CGT, incluyendo a Villa María, Río Tercero y otras del sur, la cual, según la información disponible, se espera para el mes de diciembre.
Un nuevo capítulo en la política cordobesa
La decisión de la CGT cordobesa de lanzarse a la política es un evento que promete generar cambios importantes en el panorama político provincial. Las consecuencias de este movimiento aún son impredecibles, pero es probable que se produzca una intensa puja por el apoyo del electorado sindical entre los diferentes actores políticos en juego. Este escenario reconfigura el tablero político de Córdoba, abriendo un período de incertidumbre e intensa actividad política hasta las elecciones del 2025.