El Gobierno argentino anunció la eliminación de la retención del 95% del Impuesto PAÍS para las importaciones, una medida que entrará en vigor a partir del lunes 25 de noviembre. Esta decisión, aunque temporal, impactará significativamente en el costo de los productos importados y representa un cambio importante en la política económica del país. La resolución, dictada por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), será publicada en el Boletín Oficial en los próximos días.
Razones detrás de la medida
La principal razón para la eliminación de esta retención se encuentra en la inminente caducidad del Impuesto PAÍS, prevista para el 22 de diciembre. Dado que el proceso de importación requiere un plazo de 30 días para el acceso a divisas a través del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), mantener el pago anticipatorio del 95% del impuesto resulta innecesario y genera complejidades administrativas. Al momento de concretar el pago en 30 días, el Impuesto PAÍS ya no estará vigente. Esta medida evita posibles trabas administrativas en las importaciones durante las próximas semanas.
La medida también podría estar orientada a impulsar la actividad económica en un contexto de desaceleración y a mitigar los efectos inflacionarios propios del fin de año, donde el consumo suele incrementarse considerablemente. La llegada más barata de algunos productos a través de la reducción en los costos asociados a las importaciones podría ayudar a moderar los precios en algunos sectores.
Impacto en las importaciones y el consumidor
La eliminación del pago anticipado del 95% del Impuesto PAÍS simplificará los trámites para los importadores y reducirá los costos de capital de trabajo, lo que, en teoría, debería reflejarse en un precio menor para los consumidores. Sin embargo, el impacto real dependerá de múltiples factores, incluyendo la dinámica de la oferta y demanda, la capacidad de los importadores de trasladar esos ahorros a los precios finales, y el comportamiento del tipo de cambio en las próximas semanas.
Es importante destacar que el Impuesto PAÍS sigue vigente para los consumidores que realizan compras en moneda extranjera con tarjetas de crédito o débito. Aunque la eliminación del impuesto PAÍS para importaciones supondrá un alivio en ese aspecto, en el corto plazo la carga impositiva adicional a las compras al exterior, no debería registrar cambio.
Si bien, según se preveé, el gobierno no reemplazará este impuesto por otro al menos para las compras al exterior, aún es difícil saber con certeza como impacta esta decisión sobre el mercado. La situación de la economía internacional también jugara un rol importante para que estas medidas puedan reflejarse realmente en un impacto notable para el consumidor final.
El futuro del Impuesto PAÍS
El Impuesto PAÍS, implementado inicialmente en 2019, ha sido objeto de debate y modificaciones a lo largo de los años. Su principal objetivo fue regular el mercado cambiario, obtener mayores ingresos fiscales y frenar la salida de divisas. Con la eliminación prevista para el 22 de diciembre, se espera una mayor flexibilidad en el mercado cambiario aunque hay expectativas encontradas sobre cómo podría afectar al sector productivo.
Algunos analistas argumentan que su eliminación definitiva podría generar mayor presión alcista en el tipo de cambio, y provocar un incremento en la inflación. Por otro lado, otros observadores señalan que su eliminación ya anticipada permitirá mayor claridad para los importadores en relación a la gestión de sus costos y, a la larga, podría impulsar las importaciones y aumentar la oferta en algunos mercados. En definitiva, el debate sobre el Impuesto PAÍS no está cerrado y seguirá vigente mientras este tema siga en la agenda económica del país.
La eliminación temporal de la retención del 95% del Impuesto PAÍS para importaciones es una decisión que merece un seguimiento estrecho. Si bien busca simplificar los trámites aduaneros y generar un respiro a los costos, se hace difícil prever como estos cambios se traducirán en beneficios reales para el consumidor. El impacto final dependerá de la interacción de diversos factores económicos y de la capacidad del Gobierno de controlar la inflación y la estabilidad cambiaria durante las próximas semanas y meses.