El mercado inmobiliario argentino está experimentando una transformación significativa gracias a la introducción de las hipotecas divisibles y la reactivación de los créditos UVA. Estas herramientas, que buscan dinamizar un sector históricamente clave para la economía del país, ofrecen nuevas oportunidades tanto para los compradores como para los desarrolladores. A continuación, analizaremos en detalle cómo funcionan estos mecanismos y su impacto potencial en el mercado.
Créditos UVA para Edificios en Pozo: Una Oportunidad para Acceder a la Vivienda Propia
Los créditos UVA, cuya cuota se ajusta en función de la inflación, vuelven a escena con un enfoque renovado: la financiación de viviendas en construcción. Bancos como el Ciudad se han posicionado como pioneros en esta iniciativa, ofreciendo préstamos que cubren hasta el 75% del valor del inmueble. Esta línea de crédito permite a las familias acceder a la vivienda propia con mayor facilidad, pagando cuotas iniciales más bajas y ajustadas a su capacidad adquisitiva.
Si bien la inflación ha sido un factor de incertidumbre en el pasado, la estabilidad macroeconómica actual y las proyecciones a futuro sugieren un escenario más favorable para este tipo de financiamiento. Además, la compra en pozo suele implicar un menor costo para el comprador, lo que convierte a los créditos UVA en una opción atractiva para quienes buscan invertir en ladrillos.
Un punto clave para el éxito de estos créditos es la transparencia y la información clara. Los compradores deben comprender cómo funciona el sistema de ajuste de cuotas y evaluar su capacidad de pago a largo plazo. Una asesoría financiera adecuada es fundamental para tomar decisiones informadas y evitar posibles riesgos.
Hipotecas Divisibles: Impulsando la Construcción y la Compra de Viviendas
El Decreto de Necesidad y Urgencia 1017/2024 introdujo las hipotecas divisibles, un sistema que permite a cada comprador en un proyecto en pozo asumir una porción de la deuda hipotecaria proporcional a su unidad. Esta innovación facilita el acceso al financiamiento, ya que los compradores no necesitan contar con la totalidad del capital para adquirir su vivienda. Además, al dividir la hipoteca, se reduce el riesgo para los desarrolladores y se agiliza el proceso de compraventa.
Con las hipotecas divisibles, el crédito y la garantía se transfieren a cada adquirente, lo que simplifica la gestión y reduce la burocracia. Expertos en derecho hipotecario, como Pablo Pirovano, destacan que este sistema “aumentará el stock de viviendas disponibles y fortalecerá la competitividad de precios”. Esto se traduce en un mercado más dinámico y accesible para una mayor cantidad de personas.
La reglamentación de las hipotecas divisibles también se extiende al derecho real de superficie, permitiendo hipotecar terrenos ajenos para la construcción. Esta medida abre nuevas posibilidades para el desarrollo inmobiliario, especialmente en zonas donde la adquisición de terrenos es más costosa.
Otro aspecto importante del decreto es la flexibilización en la contratación de seguros para los compradores. Si bien esto puede generar dudas, la medida busca abaratar las transacciones y permitir que las partes negocien libremente las garantías. Se espera que esta flexibilidad, junto con otros incentivos fiscales y financieros, impulse aún más el mercado inmobiliario.
Impacto en el Mercado y Proyecciones a Futuro
La combinación de créditos UVA para edificios en pozo e hipotecas divisibles promete un futuro alentador para el mercado inmobiliario argentino. El aumento en las escrituras formalizadas con hipoteca en CABA, el mejor dato desde 2017 según el Colegio de Escribanos, confirma esta tendencia positiva.
Barrios como Caballito, Belgrano, Palermo, Devoto, Villa Luro y Villa del Parque están experimentando un renovado interés gracias a las nuevas opciones de financiación. La posibilidad de acceder a viviendas en las primeras etapas de construcción, con costos más bajos y mayor flexibilidad en el financiamiento, atrae a un número creciente de compradores.
El dinamismo del mercado no solo beneficia a los compradores, sino también a los desarrolladores, quienes encuentran un incentivo para iniciar nuevos proyectos y generar empleo en el sector de la construcción. La reactivación de la construcción, históricamente un motor de la economía argentina, tiene un impacto positivo en la creación de puestos de trabajo y en el crecimiento económico en general.
Si bien el panorama es optimista, existen desafíos que deben abordarse para asegurar la sostenibilidad del mercado. La inflación, aunque controlada, sigue siendo una variable a monitorear. Asimismo, es necesario agilizar los plazos para la aprobación de créditos hipotecarios, que actualmente rondan entre 60 y 90 días.
En conclusión, las hipotecas divisibles y los créditos UVA representan una oportunidad histórica para revitalizar el mercado inmobiliario argentino. Estas herramientas, combinadas con un escenario macroeconómico favorable y una mayor claridad en el marco normativo, prometen un futuro prometedor para el sector y para las familias que buscan acceder a la vivienda propia.