El mundo editorial argentino se estremeció con la confesión de Bartolomé Mitre hijo, quien admitió haber falsificado la firma de su padre, Bartolomé Mitre padre, en documentos relacionados con la venta de acciones de La Nación. Esta revelación, ocurrida durante una audiencia de conciliación, desató un escándalo que pone en jaque la transparencia de las transacciones accionarias del diario centenario y desencadena una compleja batalla legal.
La confesión y sus consecuencias
La audiencia de conciliación, realizada en el Hotel Broadway, contó con la presencia de Esmeralda Mitre y su hermano, Bartolomé Mitre hijo. Fue en un cuarto intermedio donde Bartolomé hijo reveló la falsificación de la firma de su padre, certificada por él mismo. Esta confesión implica que el supuesto acuerdo de venta de acciones en Nueva York, presentado ante la justicia argentina como prueba irrefutable de la adquisición por parte de un misterioso marqués monegasco, Federico Spinola, era una falsedad.
La declaración del hermano de Esmeralda Mitre lo coloca en la posición de “arrepentido”, un rol crucial en los sistemas judiciales tanto argentinos como, particularmente, el estadounidense. La admisión de su participación en un engaño que involucraría a la firma de su difunto padre en operaciones opacas es una pieza clave que podría cambiar radicalmente el rumbo del caso.
El rol de los hermanos Saguier y el supuesto marqués
Los hermanos Saguier, actuales directivos de La Nación, han sido señalados por Esmeralda Mitre y sus abogados, Daniel Llermanos y Gabriel Len, como los principales responsables del entramado fraudulento. La presunta venta de acciones a Federico Spinola, un personaje cuyo nombre y título nobiliario son cuestionados, ha generado una profunda desconfianza por la falta de documentación que avale tal operación, incluyendo la ausencia del rastro del dinero.
El video difundido en 2023 por C5N, que mostraba a los Saguier abandonando el estudio de los apoderados de Bartolomé Mitre padre, alimenta aún más las sospechas sobre un posible concierto entre los directivos y quienes manejan la herencia de Mitre padre. La ausencia injustificada de todos los accionistas y directivos del diario de la audiencia de conciliación evidencia una estrategia de obstrucción a la justicia.
El presunto marqués monegasco, Spinola, a pesar de haber admitido a Esmeralda Mitre en una conversación telefónica que él compró las acciones, nunca presentó los documentos que lo respalden, ni ha acudido a una citación por parte de los abogados. Esta falta de transparencia intensifica la idea de un posible entramado fraudulento.
El complejo entramado financiero
La estructura financiera del caso es tan turbia como compleja. Las acciones de Bartolomé Mitre padre estaban ubicadas en una sociedad anónima en Nueva York, KMB S.A., a su vez administrada por dos fideicomisos, BLM1 New York Trust y BLM2 New York Trust, una cadena de propiedad corporativa denominada esquema de sociedades matriochkas. La opacidad de las transacciones, con el dinero supuestamente pasando por paraísos fiscales como Islas Vírgenes y el Peñón de Gibraltar, acentúa la gravedad de las sospechas de fraude.
La discrepancia entre las versiones de los hermanos Saguier y las de Esmeralda Mitre ha llevado a un contencioso que abarca una suma exorbitante, con los 50 millones de dólares de la presunta venta, más los 12 millones en dividendos que supuestamente fueron pagados al marqués en los últimos tres años. Esmeralda solicita un depósito judicial de estos fondos hasta que se aclare la situación.
El camino hacia una denuncia en Nueva York
Con la confesión de Bartolomé Mitre hijo, Esmeralda Mitre y sus abogados evalúan presentar una denuncia en los tribunales estadounidenses. El antecedente del FIFAgate y otros casos similares demuestra la disposición de la justicia norteamericana a investigar casos que involucren actividades ilícitas transnacionales, incluso si no fueron cometidas en territorio estadounidense, basándose en el paso del dinero a través de sus instituciones financieras, el uso de correo electrónico con servidores en Estados Unidos o la presencia de acuerdos fraudulentos concretados a través de correo electrónico con servidores en dicho territorio.
La posibilidad de utilizar la figura del “arrepentido” a través de Bartolomé Mitre hijo, junto con la evidencia de la falsificación de la firma, la ausencia de documentación, los paraísos fiscales utilizados y el presunto ocultamiento por parte de los hermanos Saguier, aumenta las posibilidades de éxito en una potencial causa judicial en Nueva York. Este escenario podría generar una investigación a gran escala que no solo afecte a la sucesión de Bartolomé Mitre, sino que también destape la falta de transparencia en la gestión financiera del diario La Nación.
Una nueva audiencia y un futuro incierto
A pesar de la confesión de Bartolomé Mitre hijo, y la ausencias injustificadas de los directivos de La Nación, la mediadora fijó una nueva audiencia de conciliación para el 16 de diciembre. El desenlace de este conflicto permanece incierto, con la posibilidad de una investigación a nivel internacional que podría marcar un precedente en la historia del periodismo argentino. La presión por esclarecer los hechos sigue presente, sobre todo después del desaire durante la primera audiencia donde los implicados directamente no quisieron concurrir.
El caso pone en relieve la necesidad de transparencia en las transacciones financieras en el ámbito empresarial, en particular en medios de comunicación tradicionales con gran impacto social. La falta de accountability y las maniobras presuntamente opacas ponen en tela de juicio la ética empresarial y el respeto a las leyes.