El Tribunal Oral Federal N°3 de Rosario dictó una nueva condena contra Ariel Máximo “Guille” Cantero, líder de la banda narcocriminal Los Monos. Esta vez, se le impuso una pena de 19 años de prisión por narcotráfico y secuestro extorsivo, sumando un total de 132 años de cárcel en su contra. El caso que llevó a esta nueva condena involucra el secuestro del hijo de un empresario en Arroyo Seco en 2021, quien fue liberado tras el pago de un rescate. Junto a Cantero, otras doce personas fueron condenadas por su participación en la organización criminal.
Los Monos: una historia de violencia y narcotráfico
La banda Los Monos, liderada por la familia Cantero, ha sembrado el terror en la ciudad de Rosario durante años. Su actividad principal es el narcotráfico, pero también se les atribuyen homicidios, extorsiones y secuestros. El control territorial que ejercen en algunos barrios de la ciudad les permite operar con impunidad, generando un clima de miedo e inseguridad entre los vecinos. El origen de la banda se remonta a la década de 1990, cuando comenzaron como una pequeña organización dedicada al robo de autos. Con el tiempo, fueron expandiendo sus actividades hacia el narcotráfico, convirtiéndose en una de las bandas más poderosas del país. Las autoridades han realizado numerosos operativos para desmantelar la organización, pero su estructura compleja y la capacidad de corrupción que poseen han dificultado su desarticulación total.
El caso del secuestro en Arroyo Seco
El secuestro que llevó a la reciente condena de “Guille” Cantero ocurrió el 23 de julio de 2021. La víctima, hijo de un empresario, fue capturado cuando se dirigía a comprar marihuana en un punto de venta controlado por Los Monos en Arroyo Seco. Los secuestradores lo mantuvieron cautivo durante varias horas, mientras negociaban el pago del rescate con sus familiares. Durante su cautiverio, el joven fue golpeado y amenazado de muerte. Finalmente, fue liberado tras el pago de 10 mil dólares y algunas joyas.
La investigación del caso estuvo a cargo de los fiscales Federico Reynares Solari, Rodrigo Romero y Matías Scilabra, quienes lograron reunir pruebas suficientes para demostrar la responsabilidad de Cantero y sus cómplices en el secuestro. Las evidencias incluyeron escuchas telefónicas, testimonios y el análisis de las comunicaciones entre los secuestradores y la familia de la víctima.
Las condenas y sus implicancias
Además de la condena a 19 años para “Guille” Cantero, el tribunal impuso penas de entre 6 y 14 años de prisión para otros doce miembros de la organización. Entre los condenados se encuentran Leandro “Pollo” Vinardi y Cristian Nicolás “Pupito” Avalle, considerados laderos de Cantero. Sabrina Ivana Barrías, pareja de Vinardi, también fue condenada a 6 años y 1 mes de cárcel. Estas condenas representan un duro golpe para Los Monos, aunque se espera que las apelaciones se extiendan por varios años.
El fallo judicial destaca la gravedad de los delitos cometidos por la banda y la necesidad de aplicar penas ejemplares para combatir el narcotráfico y la violencia en Rosario. Sin embargo, la acumulación de condenas contra Cantero, que ya suman 132 años, plantea interrogantes sobre la efectividad del sistema penal argentino. Algunos expertos señalan que la acumulación de penas no garantiza que el condenado pase más tiempo en prisión, ya que la ley establece límites para el cumplimiento efectivo de las condenas, y que lo fundamental es desmantelar las estructuras de poder de las organizaciones criminales.
El futuro de la lucha contra el narcotráfico en Rosario
La condena a “Guille” Cantero y sus asociados es un paso importante en la lucha contra el narcotráfico en Rosario, pero no representa una solución definitiva. La ciudad continúa siendo escenario de una violencia endémica, alimentada por la disputa territorial entre bandas criminales y la corrupción policial. Para erradicar este problema, se requiere un abordaje integral que incluya medidas de seguridad, políticas sociales y una reforma del sistema judicial.
Es fundamental fortalecer las instituciones, mejorar las condiciones de vida en los barrios más vulnerables y promover la educación y el empleo como alternativas a la delincuencia. Asimismo, es necesario avanzar en la investigación y el desmantelamiento de las redes de corrupción que protegen a las organizaciones narcocriminales. Solo con un compromiso conjunto del Estado, la sociedad civil y las fuerzas de seguridad se podrá lograr una verdadera transformación en Rosario y garantizar la seguridad y la paz para sus habitantes.