La 30
ª Conferencia Industrial de la UIA se vistió de escándalo antes de empezar. ¡El presidente Milei y el ministro Caputo plantaron a los industriales! Un vacío monumental que dejó a la entidad empresaria más importante del país en shock, sumida en una mezcla explosiva de enojo e incertidumbre. ¿Insulto? ¿Desplante? ¿O un cálculo político tan frío como una bodega de Mendoza?
El ninguneo que encendió la mecha
Imagínense: la UIA, con sus petroleras, mineras, gigantes tecnológicas como Globant y Mercado Libre, ¡hasta Río Tinto, que acaba de invertir US$ 6.700 millones en litio!, convocando a la crema y nata de la economía argentina. Y las dos figuras más importantes del gobierno, ¡de no-show! Caputo alegó un compromiso ‘indeclinable’ en Mendoza, mientras Milei justificó su ausencia con una repetición cansina: ‘Ya estuve en el Día de la Industria’.
La indignación fue inmediata, un tsunami de comentarios entre bambalinas. Un industrial indignado nos gritó:
“¡Nos vaciaron! ¿Es que quieren que pongamos plata para después borrarnos del mapa? “Sin la presencia de estos dos, la conferencia pierde la importancia política y el valor mediático que debería tener. Pero esto solo es la punta del iceberg de la grieta entre el Gobierno y la UIA.
El comunicado que enardeció al presidente
La gota que rebalsó el vaso fue un comunicado de la UIA. ¡No pedían devaluación, que quede claro! Pero sí reclamaban una ‘nivelación de la cancha’. Baja de impuestos, mejoras en infraestructura, reducción del costo laboral, más financiamiento… Peticiones absolutamente razonables. El problema, al parecer, reside en que esta voz que se levantó ante el Gobierno de Milei no iba a ser silenciosa.
La interpretación de algunos es contundente: el plantón fue un castigo, una lección al sector industrial por atreverse a disentir del rumbo económico, una muestra de fuerza y una manera de mostrar su absoluta falta de apoyo al reclamo de los industriales.
Otros industriales minimizan el episodio: “igual nos mandan a Pazos, el secretario de Industria, con el que tratamos todos los días”, dicen con el cinismo de quien lleva años lidiando con gobiernos esquivos. Pero, aun así, hay un claro indicio de la creciente crisis que hay entre los Industriales y el gobierno.
El fantasma del ‘modelo agroexportador’
La vieja antinomia entre campo e industria asoma la cabeza. Recuerden las declaraciones incendiarias de Milei en el Día de la Industria, acusando a los industriales de “haberle robado al campo”. ¿Una cortina de humo para justificar políticas económicas que dejan al descubierto una creciente crisis de la industria nacional? El tiempo dirá.
Milei insiste en la idea de un ‘modelo agroexportador’ como camino hacia la prosperidad, un modelo que deja de lado la problemática del sector industrial. La industria argentina, herida y desesperada, ve la situación actual como un duro golpe, y está obligada a movilizarse.
Las cifras son preocupantes: una caída del 15% en la producción y un 7% en el empleo según el Observatorio Pyme. Un dato aún mas revelador de la situación es el hecho de que la participación de la industria en el PBI de Argentina es la más baja de los últimos 50 años.
Estos números no mienten y la industria teme caer en una espiral sin retorno. Sin señales de apoyo, sin diálogo, el fantasma del cierre de fábricas y el desempleo masivo, parecen ser la gran preocupación de los Industriales Argentinos.
El futuro incierto
En medio del desierto, hay algunos oasis. Sectores vinculados a la energía, la minería y la industria automotriz muestran signos de crecimiento, pero no son suficientes para compensar la situación general. La conferencia de la UIA será una oportunidad para discutir cómo mejorar la productividad, fortalecer las cadenas de valor y atraer inversiones, pero todo esto sucederá en ausencia del principal interesado en estos puntos: el gobierno.
Lo más probable es que la UIA no se quede quieta, y que empiece a realizar presión sobre el gobierno para que se involucre en la revitalización del sector. Habrá que ver que tan fuerte es este movimiento, y si es capaz de producir un cambio de política real que cambie este desalentador panorama. La presión mediática será fundamental para obligar al gobierno a tomar medidas reales para proteger la industria nacional, sino nos enfrentamos a una crisis mucho mas grande que la esperada.
Mientras tanto, la incertidumbre reina en el sector industrial. ¿Se escucharán las voces de la UIA? ¿O este plantón presidencial será el principio del fin para la industria argentina? El tiempo dirá.