En un escenario de alta tensión política y económica, el Gobierno de Javier Milei anunció un nuevo salario mínimo, vital y móvil (SMVM) de $279.718 para diciembre de 2024, con incrementos escalonados hasta marzo de 2025. La medida, que se tomó por decreto tras el fracaso de la reunión del Consejo del Salario, ha generado controversia y debate, con sindicatos reclamando una cifra mayor y empresarios buscando contener los costos laborales. En este contexto, el portavoz del Gobierno, Manuel Adorni, defendió la decisión, argumentando que el nuevo SMVM representa una mejora en dólares respecto a años anteriores y que el salario real promedio de la economía se ubica en torno a los U$S 1100.
Un salario mínimo en el ojo de la tormenta
La fijación del salario mínimo por decreto, tras la falta de acuerdo entre las partes, refleja la complejidad de la situación económica actual. El Gobierno busca equilibrar las necesidades de los trabajadores con las presiones inflacionarias y la necesidad de fomentar la inversión. Sin embargo, la cifra establecida ha sido considerada insuficiente por las centrales obreras, que reclaman una recomposición salarial que tenga en cuenta la pérdida del poder adquisitivo durante los últimos años.
El SMVM de $279.718 para diciembre representa un incremento del 43% respecto al valor de septiembre. Para los meses subsiguientes están previstos incrementos de entre el 2,1% y el 1,5% mensual, llevando el monto a $ 296.832 en marzo de 2025. La fórmula de actualización se basó en la inflación proyectada y en la necesidad de garantizar un ingreso mínimo a los trabajadores. No obstante, las centrales sindicales argumentan que esta actualización no compensa la inflación acumulada ni alcanza para cubrir la canasta básica.
Las negociaciones en el Consejo del Salario se vieron truncadas por la falta de acuerdo entre las partes. Mientras que el Gobierno y los empresarios buscaban una actualización moderada, los sindicatos exigían un aumento sustancial que permitiera a los trabajadores recuperar el poder adquisitivo perdido. La falta de consenso llevó al Gobierno a tomar la decisión unilateral de fijar el SMVM por decreto, una medida que ha sido criticada por algunos sectores como una muestra de autoritarismo.
El contexto económico: entre la recuperación y la incertidumbre
El anuncio del salario mínimo se produce en un contexto económico marcado por la incertidumbre y la volatilidad. El Gobierno ha destacado la reducción de la inflación mensual al 1,4% y la baja del riesgo país como señales de recuperación. Sin embargo, persisten desafíos como la pobreza, el desempleo y la desigualdad. La estabilización del dólar y el acceso al crédito hipotecario son logros que el gobierno destaca, pero la realidad para muchos argentinos sigue siendo difícil.
El Gobierno también ha resaltado la disminución de los asesinatos de mujeres en más de un 10% en el último año, atribuyendo este logro a las políticas de seguridad implementadas. Sin embargo, organizaciones feministas cuestionan esta afirmación y reclaman medidas más integrales para abordar la violencia de género. La controversia en torno a la eliminación del Ministerio de la Mujer y la discusión sobre el presupuesto destinado a políticas de género también forman parte del debate público.
En el ámbito de las inversiones, el Gobierno ha anunciado la aprobación de proyectos bajo el Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI), incluyendo un parque solar de YPF Luz en Mendoza y la construcción de un oleoducto en Vaca Muerta. Estas iniciativas buscan impulsar la economía y generar empleo, pero también han generado críticas por parte de sectores que cuestionan el modelo extractivista. La inversión en infraestructura, como la construcción de la Terminal Marítima Escobar, es otro de los puntos que el Gobierno destaca en su balance del año.
El discurso oficialista se centra en la idea de un cambio profundo en la Argentina, con un énfasis en el mérito, el trabajo y la inversión como motores del crecimiento. Sin embargo, la oposición y los movimientos sociales cuestionan este modelo y reclaman medidas más inclusivas que atiendan las necesidades de los sectores más vulnerables. La brecha entre el discurso oficial y la realidad cotidiana es uno de los puntos centrales del debate político.
El futuro del salario y el trabajo en Argentina
El debate en torno al salario mínimo es solo una parte de una discusión más amplia sobre el futuro del trabajo en Argentina. La automatización, la precarización laboral y la irrupción de la economía digital plantean nuevos desafíos para los trabajadores y para el movimiento sindical. En este contexto, la definición del SMVM se convierte en un termómetro de la relación entre el Gobierno, los empresarios y los trabajadores.
La capacidad del Gobierno para generar consensos y construir una visión compartida sobre el futuro del trabajo será clave para la estabilidad económica y social del país. La CGT y las CTA tienen un rol protagónico en este proceso, pero también enfrentan el desafío de representar a una fuerza laboral cada vez más diversificada. El diálogo social, la negociación colectiva y la búsqueda de soluciones que beneficien a todos los sectores de la sociedad serán cruciales para el desarrollo de una Argentina más justa e igualitaria.