La sesión especial convocada para reformar la ley de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y limitar el uso de los mismos, impulsada por la oposición, fracasó por falta de quórum. La iniciativa, que tenía como objetivo principal refrenar el uso de DNU por parte del gobierno de Javier Milei, se postergó hasta el jueves 21 de noviembre.
La estrategia opositora y la presión del oficialismo
La sesión, impulsada por diputados de Encuentro Federal, Democracia para Siempre y Unión por la Patria (UxP), pretendía modificar la ley de DNU y rechazar el decreto 846, que autoriza al Ejecutivo a realizar canjes de deuda sin la aprobación del Congreso. Sin embargo, la estrategia opositora se vio debilitada por la presión ejercida por la Casa Rosada sobre diversos gobernadores. Se presume que el oficialismo amenazó a gobernadores con consecuencias en el Presupuesto 2025 si sus diputados apoyaban la sesión, utilizando de esta manera las partidas presupuestarias como una herramienta de negociación.
Esta presión tuvo un efecto decisivo. Fuentes parlamentarias indican que la ausencia de nueve diputados de UxP fue clave para el fracaso de la sesión. Su falta de presencia en la Cámara baja, impidió que se alcanzara el quórum necesario para iniciar la sesión y se dio paso a un debate sobre las medidas del gobierno. La falta de apoyo de estos diputados resultó determinante para frustrar la votación, lo que demuestra la efectividad de las estrategias políticas empleadas.
Reacciones del oficialismo y la oposición
La Casa Rosada celebró abiertamente la falta de quórum, calificando la iniciativa opositora como un intento de bloquear la gestión del gobierno. Desde el oficialismo se insistió en la idea de que la oposición intenta obstruir la gestión económica a través de trabas legislativas. El decreto 846, según sus defensores, es un mecanismo necesario para actuar con rapidez ante situaciones económicas urgentes.
Por su parte, la oposición se mostró decepcionada por la falta de quórum, pero anunció su intención de reforzar la convocatoria para la nueva sesión del 21 de noviembre. Aseguran que trabajarán para asegurar la asistencia necesaria de sus diputados y alcanzar el quórum. Este nuevo intento tendrá como objetivo seguir intentando limitar el uso de decretos presidenciales y forzar la transparencia en los canjes de deuda.
El debate sobre la reforma de la ley de DNU
En el centro de la controversia se encuentra la necesidad de reformar la ley de DNU, vigente desde hace casi 19 años. El diputado Menem, en declaraciones recientes, criticó la propuesta de reforma, argumentando que quienes ahora la impulsan ya la utilizaron cuando estaban en el gobierno. Esta postura, según la oposición, revela una hipocresía política y un rechazo al debate necesario sobre el uso responsable del poder ejecutivo.
La oposición recalca la importancia de que el Ejecutivo consulte al Congreso antes de realizar cualquier canje de deuda. Señalan que el actual gobierno está tomando decisiones de gran envergadura sin el debate democrático correspondiente. Este punto, además del mencionado anteriormente sobre la ley de DNU, es fundamental para la oposicón y es un punto de negociación.
Las consecuencias en el Congreso
Mientras tanto, el oficialismo continúa con su agenda legislativa. Se espera que este jueves la comisión de Presupuesto y Hacienda se reúna para avanzar con el proyecto de ley del presupuesto nacional. La intención oficialista es sesionar sobre el presupuesto el 20 o 21 de noviembre. El jefe de bloque, José Luis Espert, trabaja en la posibilidad de dictaminar el presupuesto antes de la próxima sesión, paso clave para cumplir con el cronograma trazado por el oficialismo.
El desarrollo de estos eventos parlamentarios, en el que la oposición intenta controlar el uso de DNU y el oficialismo responde con negociaciones y presion, determina el ambiente político del país y cómo se manejan las decisiones económicas importantes a nivel nacional. La falta de quórum demuestra la necesidad de renegociar acuerdos entre los diferentes bloques parlamentarios para seguir avanzando sobre una serie de temas que aún no fueron tratados a fondo.
El futuro de la sesión y las negociaciones políticas
La reprogramación de la sesión para el 21 de noviembre deja abierto el escenario para nuevas negociaciones entre el oficialismo y la oposición. La presión ejercida por el Gobierno, utilizando el presupuesto como moneda de cambio, genera interrogantes sobre la legitimidad de estas prácticas. El debate en torno a la ley de DNU, la transparencia en los canjes de deuda, y la influencia del Ejecutivo sobre el Legislativo continuará generando tensión en el escenario político argentino.
La sesión postergada es un ejemplo claro de la tensión que existe en el Congreso argentino. Este suceso político invita a reflexionar sobre la importancia de la participación y la presión ciudadana en el debate legislativo, y la necesidad de transparencia en las decisiones del gobierno, sobre todo si esto influye en decisiones económicas que afectarán a toda la población.