Flybondi, la primera aerolínea de bajo costo de Argentina, se encuentra en el centro de la polémica tras revelarse que utilizó un taller de mantenimiento suspendido por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) para reparar sus aviones. Este hecho, sumado a la alta tasa de cancelaciones y reprogramaciones de vuelos que viene registrando la compañía, ha generado preocupación en el Gobierno y en los pasajeros.
Un taller suspendido y la seguridad en cuestión
Según documentación a la que accedió LA NACION, la ANAC suspendió temporalmente el taller de Flybondi en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza el 4 de octubre de 2023. La suspensión se debió a irregularidades como errores en los registros de mantenimiento, desorden en los depósitos y falta de trazabilidad de partes y material aeronáutico. A pesar de la medida, Flybondi continuó realizando tareas de mantenimiento en el taller suspendido, lo que llevó a la ANAC a reiterar la suspensión el 24 de octubre.
La ANAC confirmó la información y aseguró que la seguridad operacional no estuvo en riesgo, ya que la suspensión se debió a cuestiones administrativas y no a fallas en las tareas de mantenimiento. Sin embargo, el organismo ordenó a Flybondi re-certificar los aviones reparados en el taller suspendido en otros talleres habilitados. La suspensión se levantó el 14 de noviembre, pero la ANAC realizará una nueva inspección para verificar el cumplimiento de las acciones correctivas.
Para Flybondi resulta absolutamente necesario y prioritario remarcar que esto no estuvo relacionado con la seguridad operacional.
Flybondi, por su parte, emitió un comunicado en el que asegura que las auditorías de la ANAC no encontraron fallas en las tareas de mantenimiento ni observaciones sobre la aeronavegabilidad de los aviones. La empresa insiste en que la suspensión no estuvo relacionada con la seguridad operacional.
Cancelaciones y reprogramaciones: un problema recurrente
El incumplimiento de la suspensión del taller se suma a la problemática de las cancelaciones y reprogramaciones de vuelos que afecta a Flybondi. En noviembre de 2023, la aerolínea canceló el 20% de sus vuelos (384 de 1991) y reprogramó alrededor de 700, generando inconvenientes y malestar entre los pasajeros.
La Secretaría de Transporte confirmó que recibió un plan de Flybondi para reducir las cancelaciones, pero fuentes cercanas al Gobierno lo consideran insuficiente. La empresa atribuye las demoras y cancelaciones a la falta de aviones y a las dificultades para acceder a divisas para el pago de alquileres y repuestos.
Mauricio Sana, CEO de Flybondi, explicó en una entrevista anterior que la restricción de acceso a divisas ha afectado la cadena de suministros, dificultando la adquisición de repuestos y la reparación de aeronaves. Esto genera un efecto dominó que impacta en la puntualidad y la operatividad de la aerolínea.
El futuro de Flybondi en el aire
Ante esta situación, el Gobierno evalúa las posibles sanciones para Flybondi, que podrían ir desde una multa económica hasta la quita de la autorización para operar rutas. La decisión final dependerá del análisis del plan presentado por la empresa y de las conclusiones de la nueva inspección de la ANAC al taller de Ezeiza.
El caso de Flybondi pone en evidencia las dificultades que enfrentan las aerolíneas de bajo costo en Argentina, un mercado con alta demanda pero también con importantes restricciones económicas y regulatorias. La incertidumbre sobre el futuro de la compañía impacta no solo en sus empleados y accionistas, sino también en los miles de pasajeros que utilizan sus servicios.
Mientras tanto, los pasajeros siguen esperando soluciones concretas que les garanticen un servicio confiable y sin interrupciones. La continuidad de las operaciones de Flybondi y su capacidad para superar esta crisis dependerán de su habilidad para resolver las irregularidades en el mantenimiento, reducir las cancelaciones y adaptarse a las complejidades del mercado aeronáutico argentino.