El anuncio del Gobierno sobre los feriados de 2025 ha generado preocupación en el sector turístico. La principal modificación radica en que los “días puente”, que en 2024 fueron feriados, pasarán a ser “días no laborables” en el año próximo. Esta diferencia, aparentemente sutil, tiene importantes implicaciones para el sector turístico y la economía en general.
El cambio de paradigma: de feriados a días no laborables
En 2024, los días puente fueron considerados feriados nacionales, lo que implicaba el cese obligatorio de actividades en el sector público y la obligación para la mayoría de las empresas privadas de brindar asueto a sus trabajadores, con la consiguiente retribución según la ley. Esto estimulaba el turismo y los viajes, ya que se generaban fines de semana extra largos.
Sin embargo, para 2025, el Gobierno ha optado por declarar esos mismos días como “no laborables”. Esto implica que el descanso laboral es optativo para el sector privado, excepto para bancos y actividades afines. Las empresas decidirán si dan o no asueto a sus empleados. El salario se abonará de forma simple, sin el recargo habitual correspondiente a feriados nacionales.
Impacto en el sector turístico: ¿fin de semana largo o fin de semana normal?
La principal inquietud del sector turístico reside en la incertidumbre generada por esta modificación. La decisión de si un empleado trabaja o no recae en el empleador, lo que implica que muchas personas podrían trabajar en lugar de aprovechar para viajar. Esto podría disminuir significativamente la afluencia de turistas, especialmente en destinos costeros y ciudades que dependen fuertemente del turismo estacional.
Organizaciones empresariales como la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Mar del Plata (AEHG) han manifestado su preocupación, señalando que la medida podría perjudicar a todos los destinos turísticos del país. Se espera que los tres días no laborables del 2025 –el 2 de mayo, 15 de agosto y 21 de noviembre– no tengan el mismo impacto positivo que tendrían si fueran feriados.
Voces del sector: entre la cautela y la preocupación
Diversas entidades y referentes del sector turístico han expresado sus opiniones sobre la medida. Mientras que algunos prefieren esperar para evaluar los resultados, otros se muestran más pesimistas. Guillermo Rossi, presidente del Colegio de Martilleros de Mar del Plata, por ejemplo, considera que afectará la afluencia turística en toda la costa.
En Bariloche, el Subsecretario de Turismo, Sergio Herrero, destaca la importancia de los feriados para el sector, mientras que Juan Ibarguren, intendente de Pinamar, admite la reciente implementación de la medida y la dificultad para evaluar su impacto inmediato. Algunos prefieren enfocarse en la promoción del turismo a lo largo de todo el año.
El debate: entre la dinamización económica y la incertidumbre del sector
El Gobierno, por su parte, defiende la medida argumentando que se busca dinamizar el sector turístico y movilizar más de 40 rubros económicos, otorgando una mayor flexibilidad a quienes planean escapadas. Sin embargo, la opinión del sector turístico, y su gran preocupación por el posible impacto negativo en los negocios durante los fines de semana largos es importante.
El debate se centra en la diferencia entre un día no laborable y un feriado. Esta diferencia afecta directamente al nivel de afluencia turística que podrán esperar las empresas vinculadas al sector, debiendo adaptarse a una incertidumbre nunca antes enfrentada.
El futuro del turismo y el impacto en la economía argentina
La medida del Gobierno generará indudablemente un cambio significativo en la dinámica del turismo en Argentina. Si bien la intención de dinamizar el sector es válida, la incertidumbre que ha generado entre las empresas del sector turístico plantea una cuestión importante: la necesidad de equilibrar las metas de fomento turístico con la realidad de los actores que hacen que funcione el mercado. Se necesita tiempo para observar el impacto real de esta decisión y considerar posibles modificaciones.
La experiencia de 2025 marcará un precedente para futuros años, ya que el debate entre los beneficios de incentivar viajes con fines de semana más flexibles y la preocupación del sector turístico por la falta de garantías y previsibilidad permanece vigente y es fundamental para una posible solución.