Argentina ha enfrentado durante décadas un complejo desafío económico: la coexistencia de inflación persistente y estancamiento económico, un fenómeno conocido como estanflación. Este artículo analiza la perspectiva del economista Carlos Leyba, quien argumenta que la clave para la estabilidad económica en Argentina reside en el pleno empleo y un tipo de cambio que lo refleje. Leyba, economista de larga trayectoria y profesor emérito de la UBA, aporta una mirada crítica a las políticas económicas de las últimas décadas, destacando la ausencia de visión a largo plazo.
El largo plazo, un factor olvidado
Según Leyba, un factor fundamental que ha sido ignorado en la formulación de las políticas económicas argentinas durante los últimos 50 años es el largo plazo. Las políticas, tanto ortodoxas como keynesianas, se han enfocado en tratar la inflación o la recesión de forma aislada, sin considerar la interdependencia entre ambas y sus consecuencias a largo plazo. El economista compara las políticas económicas con la obra de arte efímera de Maurizio Cattelan: “como la banana de Cattelan, que a la semana hay que cambiarla”.
Esta falta de visión de largo plazo ha generado una sucesión de políticas económicas cortoplacistas, con resultados ineficaces y una persistente inestabilidad. La ausencia de un proyecto nacional con consenso se traduce en políticas que benefician sectores específicos, generando contradicciones económicas y políticas, lo que culmina con la recurrente idea de que ‘el que venga lo hará mejor’.
El pleno empleo: la clave para la estabilidad
Leyba coincide con la definición de Julio Olivera, para quien el tipo de cambio de equilibrio es el tipo de cambio del pleno empleo. Un país que no genera empleo suficiente está fallando en la creación de una sociedad que se sustente y desarrolle. Para el economista, el crecimiento anual de la pobreza, un 7% en Argentina, en un contexto donde países vecinos reducen esa tasa, es una clara señal de alarma que ha sido sistemáticamente ignorada.
Esta falta de empleo lleva a un desequilibrio en los mercados, donde la demanda supera la oferta. La enorme cantidad de personas que consumen sin producir, genera una presión inflacionaria constante. Esta presión se hace aún más evidente si tenemos en cuenta que el 50% de la población vive debajo de la línea de pobreza, sin que el 7% de desempleo parezca explicar a cabalidad la magnitud del problema.
El tipo de cambio y su impacto
Para Leyba, el tipo de cambio de equilibrio es aquel que permite el equilibrio general en todos los mercados, incluyendo el mercado de trabajo. Un tipo de cambio incompatible con el pleno empleo deriva en un deterioro social y en un proceso inflacionario crónico. En este contexto, destaca que aunque el gobierno logre cierto crecimiento económico favoreciendo únicamente sectores económicos puntuales – como las concesionarias o bancos – el aparato productivo industrial sigue en declinación, agravando el problema del empleo de calidad.
El economista cuestiona la idea de que se pueda controlar la inflación basándose únicamente en el desempleo, ya que esto implica generar una recesión que disminuye los precios pero sacrifica el bienestar social. Argumenta que la solución no reside en soluciones cortoplacistas, sino en el diseño de políticas económicas y sociales a largo plazo, que fomenten la creación de empleo y el desarrollo productivo inclusivo.
Alternativas y modelos exitosos
Leyba propone como alternativa un modelo de consenso, similar al implementado en Israel, que incluya sectores productivos, laborales y políticos. Este enfoque integrativo permitiría orientar las políticas hacia un propósito común, definiendo objetivos a largo plazo y estableciendo estrategias que impulsen el crecimiento sostenible. El modelo de Israel, a diferencia de las políticas argentinas, conjuga elementos heterodoxos, contemplando todas las variables y logrando consenso para la estabilización económica.
Este contraste con Israel es crítico, mostrando que la falta de visión a largo plazo y la ausencia de un consenso político son obstáculos cruciales que impiden el desarrollo de una solución estable y sostenible para los problemas económicos de Argentina. La creación de una economía que favorezca el pleno empleo, debe ser un pilar en la discusión y la creación de propuestas alternativas al cortoplacismo y a la sucesión cíclica de modelos sin resultados.
El futuro y la necesidad de un cambio de paradigma
En resumen, la visión de Leyba plantea que la problemática económica argentina no se resuelve con ajustes coyunturales, sino con la adopción de un nuevo paradigma que privilegie el pleno empleo como base de una economía estable y socialmente justa. Es necesaria la inclusión de todos los sectores en el diseño de políticas a largo plazo y abandonar las soluciones cortoplacistas que han condenado a Argentina a una situación de inestabilidad económica prolongada.
Esta perspectiva crítica invita a un análisis profundo de las políticas económicas que se implementan en la Argentina y a una profunda reflexión sobre cómo alcanzar una economía viable a largo plazo.