Diego Dirisio, empresario argentino, y su esposa, la paraguaya Julieta Nardi, se encuentran detenidos en Argentina a la espera de un juicio de extradición a Brasil. Acusados de tráfico ilegal de armas, su caso ha tomado un giro inesperado, pues ambos proclaman su inocencia, argumentando ser víctimas de una conspiración militar que busca silenciarlos.
El origen de la acusación: un negocio espurio y una denuncia
La historia comienza con la denuncia de Dirisio sobre un acuerdo sospechoso entre la Compañía Brasileña de Cartuchos (CBC), propiedad de las Fuerzas Armadas de Brasil, y un general paraguayo, Aldo Ozuna. Según Dirisio, este contrato fue irregular y él decidió hacerlo público. Tras su denuncia, la Contraloría General de la República de Paraguay anuló el contrato y envió el caso a la fiscalía, lo que provocó un escándalo en las Fuerzas Armadas de Brasil.
Dirisio afirma que tras su denuncia, la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin), supuestamente influenciada por el general Ozuna, inició una campaña de desprestigio en su contra, incluyendo la fabricación de cargos falsos.
Inconsistencias en las acusaciones: 92 pistolas vs. 43.000
La acusación de Brasil inicialmente hacía mención a un supuesto tráfico de 43.000 armas y 250 millones de dólares. Sin embargo, Dirisio contradice rotundamente estas cifras, afirmando que su empresa, IAS, en 10 años de operaciones, importó solo 17.000 unidades y poseía un stock de 3.000. Además, destaca que el 92% de sus ventas se realizaron a cooperativas militares y policiales de Paraguay, cumpliendo con todas las normativas legales.
Dirisio asegura que la acusación brasileña se basa en 92 pistolas calibre 9 mm, importadas y vendidas legalmente en Paraguay a compradores autorizados. El valor total de estas armas, según él, no supera los 60.000 dólares. La discrepancia entre las cifras iniciales de la acusación y la realidad de las transacciones resulta sorprendente.
La defensa de Dirisio: Persecución política, no tráfico de armas
Dirisio argumenta que su situación es producto de una implacable persecución, instigada por militares paraguayos y brasileños, en represalia por sus denuncias de corrupción. Esta persecución, asegura, busca silenciarlo y presentarlo como una figura criminal a través de una campaña de desinformación en la prensa.
En su carta a La Voz, describe cómo la investigación en Paraguay, llamada Operación Urutu, no encontró ningún indicio de irregularidades en sus negocios, culminando en su absolución por falta de mérito. Afirma que esta absolución coincidió con el inicio de la más agresiva persecución por parte de Brasil, una acusación que él considera un “golpe aleccionador”.
El juicio de extradición: un futuro incierto
El juicio de extradición a Brasil se llevará a cabo en breve. Dirisio espera poder demostrar la falsedad de las acusaciones y las inconsistencias en el requerimiento de extradición. Sus abogados trabajan para presentar todos los elementos que demuestren la falta de coherencia y legalidad del pedido de extradición, demostrando la naturaleza política de la persecución.
Mientras tanto, la situación de Dirisio y Nardi, y sobre todo la de sus hijos, permanece incierta. Nardi está bajo arresto domiciliario, sujeta a ciertas condiciones. La resolución de este caso dependerá en gran medida del juez federal Miguel Hugo Vaca Narvaja y de la prueba presentada por ambas partes.
¿Cabra expiatoria o víctima?
La historia de Diego Dirisio y Julieta Nardi presenta una compleja trama de acusaciones, inconsistencias y denuncias de corrupción. La magnitud de la diferencia entre las cifras presentadas por la acusación y las proporcionadas por la defensa abre interrogantes sobre si se trata de un caso de verdadero tráfico de armas o una conspiración política para silenciar a un testigo incómodo. El juicio de extradición será el escenario que definirá la suerte de esta pareja y el desenlace de esta polémica historia.
En el núcleo del caso reside la pregunta central: ¿Es Dirisio realmente “el mayor traficante de armas de Latinoamérica”, como lo pintan los titulares sensacionalistas, o es una víctima de una conspiración con profundas raíces en la política y la geopolítica de América del Sur?