La estabilidad cambiaria en Argentina, aunque favorable para controlar la inflación, está generando un efecto colateral inesperado: el encarecimiento del país en dólares, lo que afecta gravemente al sector de congresos, ferias y exposiciones internacionales. Este sector, vital para la economía nacional, se encuentra en una profunda crisis debido a los altos costos en dólares, que lo hacen menos competitivo frente a otras naciones de la región.
El impacto del “dólar barato” en el sector de eventos
La apreciación del peso argentino, si bien positiva en la lucha contra la inflación, ha incrementado el costo de organizar eventos en el país medido en dólares. Elementos esenciales como la construcción de stands, la contratación de personal, los servicios de catering y el alojamiento hotelero, se han encarecido significativamente para empresas internacionales. Esto hace que organizar eventos en Argentina resulte mucho más caro que en países vecinos, como Brasil o México, generando una significativa pérdida de competitividad.
Esta situación se ve agravada por la dificultad de las empresas nacionales para afrontar los costos en pesos, que también se incrementaron debido a la inflación. Para las empresas locales, el peso argentino se ha vuelto caro, impidiendo un margen de rentabilidad adecuado. Las empresas internacionales, por su parte, optan por llevar a cabo sus eventos en destinos más accesibles económicamente en dólares, lo cual impacta directamente en la pérdida de ingresos para Argentina.
La crisis en números: pérdidas y consecuencias
La Cámara Argentina de la Industria Ferial (CAIFE) ha advertido sobre la problemática, señalando que los costos para organizar eventos en Argentina son hasta un 25% más altos que en otros países de la región. Esto afecta directamente a las pequeñas y medianas empresas (pymes) del sector, muchas de las cuales luchan por mantenerse a flote. La reducción en la cantidad de eventos internacionales que se celebran en el país es ya una realidad tangible, y sus efectos negativos son evidentes en el sector hotelero, el transporte y la gastronomía, que se encuentran estrechamente relacionados con el sector de congresos y ferias.
La disminución en el turismo de reuniones no solo afecta las arcas de las pymes del sector, sino que también repercute en la economía nacional, dejando de percibirse ingresos vitales en divisas. A pesar de que Argentina es un referente en turismo de reuniones en Latinoamérica, la falta de competitividad está poniendo en riesgo su posición como sede de eventos de gran envergadura. Se pierde la oportunidad de generar empleos calificados, de promover el desarrollo de las ciudades anfitrionas y de impulsar otras actividades comerciales relacionadas.
Posibles soluciones y perspectivas futuras
Pablo Ruda, presidente de CAIFE, hace hincapié en la necesidad de políticas públicas que equilibren las condiciones de competencia y que apoyen al sector. Para el sector privado, la situación actual dificulta la planificación y compromete la rentabilidad, mientras que para el Estado implica una disminución en los ingresos del turismo de reuniones. Si no se logran políticas compensatorias para mitigar los efectos de la apreciación del peso en dólares, se espera que la situación empeore aún más. Existen mecanismos internacionales que fomentan la cooperación regional para la promoción de eventos internacionales; este tipo de herramientas podría ser estudiado para su adopción en Argentina.
Se requiere de una estrategia integral para revertir esta tendencia. Se propone un análisis en profundidad de los costos asociados a la organización de eventos, así como la búsqueda de alternativas para reducirlos, mientras se busca atraer nuevas inversiones. Además, resulta vital promocionar activamente a Argentina como un destino para congresos y ferias internacionales, destacando sus fortalezas en infraestructura y servicios, más allá del precio en dólares.
La implementación de incentivos fiscales para las pymes del sector, junto con una promoción estratégica a nivel internacional, podrían ser herramientas clave para reactivar el sector y recuperar su competitividad en el mercado global. En resumen, urge que el gobierno y el sector privado trabajen juntos para implementar soluciones efectivas que permitan a Argentina recuperar su liderazgo en el turismo de reuniones y evitar que esta crisis se profundice.
Argentina, a pesar de los desafíos, mantiene una posición privilegiada en Latinoamérica. Su ubicación estratégica, la infraestructura de sus centros urbanos y la calidez de su gente siguen siendo elementos clave para atraer eventos internacionales. Recuperar la competitividad del sector no solo implica una gestión económica acertada, sino una promoción integral que proyecte a Argentina como el lugar ideal para el turismo de reuniones.