La guerra civil siria, un conflicto que ha devastado al país durante más de una década, ha sido escenario de un cambio drástico en el panorama geopolítico. La reciente ofensiva liderada por Abu Mohammed al-Golani, líder del grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS), ha tomado por sorpresa a la comunidad internacional, planteando interrogantes sobre el futuro de Siria y el equilibrio de poder en la región. Pero, ¿quién es Al-Golani y qué busca con esta audaz movida?
De las sombras de Al-Qaeda al liderazgo pragmático
La trayectoria de Al-Golani es tan compleja como el conflicto sirio mismo. Comenzó como un comandante de bajo perfil en la franquicia de Al-Qaeda en Siria, el Frente al-Nusra, conocido por su brutalidad y su adhesión a la ideología yihadista. Sin embargo, en un movimiento estratégico en 2016, rompió lazos con Al-Qaeda, renombrando su grupo como HTS y buscando distanciarse de la imagen extremista que lo había definido hasta entonces.
Este cambio no fue simplemente cosmético. Al-Golani implementó una serie de reformas internas, buscando consolidar su poder y presentarse como una alternativa viable al régimen de Bashar al-Assad. Su nueva estrategia se centró en la construcción de un “gobierno de salvación” en el noroeste de Siria, implementando servicios públicos, administrando justicia y buscando el apoyo de la población local.
La transformación de Al-Golani ha sido notable. Ha pasado de ser una figura oscura, oculta tras el anonimato, a conceder entrevistas a medios occidentales, vistiendo trajes en lugar de uniformes militares y moderando su discurso. Su mensaje actual se centra en la unidad nacional, la lucha contra la corrupción y la necesidad de estabilidad en Siria.
Una ofensiva que redefine el tablero sirio
La reciente ofensiva del HTS, que ha resultado en la toma de ciudades estratégicas como Alepo, ha sacudido los cimientos del estancamiento que se vivía en la guerra civil siria. Este avance militar no solo demuestra la capacidad del HTS como fuerza combatiente, sino que también plantea interrogantes sobre la capacidad del régimen de Assad para mantener el control del territorio.
La ofensiva ha generado preocupación en los países vecinos, como Jordania, Irak y Líbano, que temen una posible expansión del conflicto y un resurgimiento del extremismo en la región. La toma de Alepo, en particular, tiene un alto valor simbólico, ya que era la ciudad más grande de Siria antes de la guerra.
El llamado de Al-Golani a la “compasión y amabilidad” tras la toma de Hama, escenario de una masacre perpetrada por el régimen en 1982, busca proyectar una imagen de moderación y alejarse de la violencia sectaria que caracterizó sus inicios. Sin embargo, la comunidad internacional se mantiene escéptica, cuestionando si este cambio es genuino o una mera estrategia para ganar legitimidad.
Algunos analistas sugieren que Al-Golani está jugando un juego a largo plazo, buscando consolidar su control sobre el noroeste de Siria y presentarse como un actor político legítimo en futuras negociaciones para la resolución del conflicto. Otros, sin embargo, advierten que el HTS sigue siendo una organización extremista que representa una amenaza para la estabilidad regional.
El futuro incierto de Siria
La ofensiva de Al-Golani ha inyectado una nueva dosis de incertidumbre en la ya compleja situación siria. El futuro del país, que parecía encaminarse hacia una relativa calma tras años de intensos combates, vuelve a estar en el aire.
La comunidad internacional se enfrenta a un dilema: ¿cómo lidiar con un actor como Al-Golani, que se presenta como una alternativa al régimen de Assad pero que tiene un pasado ligado al terrorismo? ¿Es posible una solución política que incluya al HTS, o su presencia seguirá siendo un obstáculo para la paz en Siria?
La respuesta a estas preguntas dependerá, en gran medida, de la evolución de la ofensiva del HTS, de la reacción del régimen sirio y de las decisiones que tomen los actores internacionales involucrados en el conflicto. Lo que está claro es que la figura de Al-Golani y su sorprendente transformación han redefinido el tablero sirio, abriendo un nuevo capítulo en una guerra que parece no tener fin.
Mientras tanto, la población siria, agotada por años de guerra y sufrimiento, observa con cautela los acontecimientos, esperando una solución que les permita finalmente vivir en paz.