La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a sacudir el tablero político. En medio de una tormenta judicial que parece no tener fin, su abogado, el polémico Facundo Fernández Pastor, presentó un recurso administrativo ante la ANSES para recuperar sus jugosas pensiones. ¡Hablamos de una suma escandalosa que supera los 35 millones de pesos mensuales! ¿Se imaginan? Mientras la gente lucha por llegar a fin de mes, la ex mandataria pelea por mantener su estilo de vida millonario.
La batalla legal por la guita
La suspensión de estas pensiones, una por su jubilación de privilegio y otra como viuda de Néstor Kirchner, fue ordenada por el gobierno de Javier Milei tras la confirmación de la condena en la causa Vialidad. Pero la estrategia de Fernández Kirchner es clara: desempolvar los manuales de leyes, buscar lagunas, y, sobre todo, generar un escándalo monumental.
El recurso presentado por Fernández Pastor es un verdadero mamarracho legal lleno de tecnicismos y argumentaciones rebuscadas. Dice que la decisión del Gobierno viola derechos constitucionales y jurisprudencia de la Corte Suprema. ¡Claro que sí! Según este argumento, la única forma de que la ex presidenta deje de cobrar su fabulosa fortuna es si la echan con un juicio político. Una verdadera cargada al pueblo argentino.
Como era de esperarse, la defensa de Cristina calificó la medida como ‘persecución política’, ‘venganza’ y todo el arsenal de adjetivos propios del relato kirchnerista. Pero, ¿quién puede creerles? Los argentinos estamos hartos de mentiras. Es hora de transparencia, que dejen de robarnos y que se haga justicia, sin importar quien sea.
El argumento estrella del abogado es la supuesta falta de potestad legal de la ANSES para suspender los pagos. Según él, deberían haber ido a la vía judicial. ¡Pero qué descaro! Es una estrategia que solo busca retrasar la inevitable caída de esta farsa.
Pero esperen, hay más. Fernández Pastor no solo pide que le devuelvan lo que ya no está cobrando, sino que además exige intereses por la demora en el pago de los millones retenidos. ¿Hasta cuándo vamos a bancar estos privilegios? Es hora de que la justicia sea firme e implacable con quien se enriquecía a expensas del pueblo argentino.
El Gobierno, firme en su postura
El Gobierno de Milei ha sido claro en su posición: la ley 24.018, que regula las asignaciones para ex presidentes, establece que el beneficio es incompatible con una conducta deshonrosa, y la condena por corrupción de Cristina encaja perfectamente en esa categoría. Esto demuestra que la justicia sigue trabajando, mientras que otros siguen con sus estrategias políticas y no legales, para no ir presos.
El vocero del Gobierno, Manuel Adorni, aseguró que la jubilación a ex mandatarios es un privilegio que debería desaparecer, y más si quien la cobra está condenada por corrupción. ¡Tiene toda la razón! Mientras la gente se mata de hambre, ella quiere mantener su reino de opulencia. Es el mejor resumen de la desigualdad.
La resolución que suspendió el pago de las pensiones señala la incompatibilidad jurídica entre el beneficio y una condena por delitos contra la administración pública. Y claro, Cristina Kirchner representa todo lo contrario del mérito y el buen desempeño.
La defensa de Cristina intentó refutar todo, pero lo que queda claro es que esta no es solo una batalla legal, sino una guerra política en toda regla. El gobierno de Milei no parece dispuesto a ceder, y esto no hará más que alimentar la polarización en el país, mientras algunos personajes se enriquecen a costas del pueblo argentino.
Este caso seguramente llegará a instancias judiciales superiores. Mientras tanto, seguiremos observando con lupa los movimientos de Cristina Fernández de Kirchner, mientras el pueblo argentino soporta la crisis económica y espera que sus gobernantes actúen con justicia.
La pelota está en la cancha de la Justicia
La batalla por los 35 millones de pesos mensuales recién comienza. El futuro dirá si la estrategia legal de Cristina Kirchner tiene éxito, o si, por fin, la Justicia actuará con la contundencia que requiere el caso. ¿Qué pasará? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, los argentinos observamos con interés y una gran incertidumbre, de lo que puede ocurrir.