La condena a Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad, lejos de marginarla, parece haberla revitalizado políticamente. Su regreso a la escena pública es contundente y se inscribe en una estrategia clara: liderar la oposición al gobierno de Javier Milei y rearmar al peronismo para las elecciones de 2025.
El regreso de Cristina: Un nuevo escenario político
El acto en Santiago del Estero por el Día del Militante marca un punto de inflexión. Es el primer discurso público significativo tras la confirmación de la condena, y se interpreta como un llamado a la movilización y la reconstrucción del peronismo. La elección de Santiago del Estero, un territorio con un peronismo tradicional, no es casual. Busca afianzar su liderazgo dentro del espacio, superando las divisiones internas y presentando una imagen de unidad y fuerza.
La estrategia de Cristina busca capitalizar la polarización creciente con Milei. La decisión del gobierno de remover un busto de Néstor Kirchner y la eliminación de la jubilación de privilegio y pensión por viudez de Cristina, medidas que contradicen declaraciones previas del propio Milei, son vistas como acciones que buscan exacerbar el conflicto, beneficiando a ambas figuras en una lógica de enfrentamiento binario.
La interna del peronismo y la estrategia de Kicillof
La condena a Cristina, paradójicamente, ha contribuido a atemperar la interna peronista. Figuras que habían mostrado resistencia a su liderazgo, como Axel Kicillof, han expresado su apoyo, aunque la coexistencia de ambos en el escenario nacional plantea un desafío estratégico.
Algunos sectores del kirchnerismo critican la estrategia de Kicillof, considerándola tibia e incluso contradictoria con sus ambiciones presidenciales. La falta de un apoyo explícito a Cristina como candidata para 2025 es vista como una oportunidad perdida para consolidar una alianza y evitar futuros conflictos.
El plan para reconstruir el peronismo
Cristina ha comenzado una gira federal para reunirse con dirigentes peronistas, buscando reconstruir el partido y generar un frente unido para enfrentar a Milei. Su iniciativa de crear un instituto de planeamiento de políticas públicas, en un movimiento hacia una estrategia más institucional, sugiere una planificación a largo plazo para el gobierno.
Se busca ampliar la convocatoria, buscando integrar a todas las facciones del peronismo, en un mensaje de unidad y amplitud que busca superar las experiencias anteriores donde sectores como La Cámpora tuvieron un papel más dominante en la toma de decisiones. Sin embargo, persiste la preocupación sobre la capacidad del peronismo para dejar de lado las internas y conformar un frente único y cohesionado.
Cristina y la estrategia de confrontación con Milei
La visión de Cristina sobre el gobierno de Milei es pesimista. Considera que su modelo económico es inviable y que, ante un eventual fracaso, la sociedad buscará una alternativa clara y definida, dejando a los sectores moderados sin espacio. Este razonamiento la impulsa a una estrategia de confrontación directa con Milei, en una lógica de polarización binaria.
La reciente victoria de Donald Trump en Estados Unidos, sirve como un caso para Cristina, quien ve en este resultado una confirmación de la dinámica pendular entre liderazgos fuertes. La estrategia de Cristina busca instalar la imagen de ella como la principal alternativa a Milei, capitalizando la polarización y presentándose como el contrapunto claro y definido a su propuesta.
El futuro del peronismo y el rol de Cristina
El futuro del peronismo depende en gran medida del éxito de la estrategia de Cristina. Su capacidad para unificar al partido, superar las tensiones internas y articular una propuesta convincente para enfrentar a Milei será clave para definir el rumbo de la oposición en los próximos años.
La posibilidad de que Cristina sea candidata a diputada en 2025 genera entusiasmo en algunos sectores y preocupación en otros. La amenaza de proscripción, si bien se presenta como un recurso discursivo, también genera incertidumbre sobre la viabilidad de su participación electoral. El rol final de Cristina en esta nueva etapa del peronismo, y la manera en que articulará con las otras figuras del partido, será fundamental para definir el futuro del espacio.