Las rutas de Córdoba, venas vitales para la economía y la conexión de sus ciudadanos, se encuentran en un estado de deterioro alarmante. Baches, maleza descontrolada y falta de señalización se han convertido en la norma, poniendo en riesgo la seguridad de los conductores y dejando en evidencia la desinversión en infraestructura vial que aqueja a la provincia. Mientras tanto, el gobierno provincial anuncia un millonario proyecto de circunvalación para Río Cuarto, generando un debate sobre las prioridades en materia de inversión pública.
El Desamparo de las Rutas Nacionales
La ruta nacional 158, una arteria fundamental que une a importantes localidades como Villa María y San Francisco, se ha transformado en un peligro constante para quienes la transitan. El tramo entre Pozo del Molle y Quebracho Herrado se encuentra especialmente deteriorado, con una carpeta asfáltica plagada de baches que obligan a maniobras peligrosas para evitar accidentes. La falta de mantenimiento también se evidencia en las banquinas, cubiertas de maleza que impide la detención segura de vehículos en caso de emergencia.
La situación se repite en la ruta nacional 35, que conecta a Río Cuarto con La Pampa y la Patagonia. El tramo entre Del Campillo y Huinca Renancó presenta un estado deplorable, con kilómetros de asfalto destruido que dificultan la circulación y aumentan el riesgo de accidentes. Este abandono no solo afecta a los conductores cordobeses, sino también a aquellos que transitan por estas rutas para conectar con otras provincias.
La problemática se extiende a lo largo y ancho del país, con rutas nacionales como la 7, la 8 y la 5 presentando problemas similares. La falta de cartelería, el crecimiento desmedido de la vegetación en las banquinas y la ausencia de mantenimiento son moneda corriente en la infraestructura vial argentina.
“Es una vergüenza el estado de las rutas. Uno paga impuestos y lo mínimo que espera es poder circular con seguridad”, se queja un conductor habitual de la ruta 158.
Ante la inacción del gobierno nacional, algunos ciudadanos han tomado la iniciativa. En el sur de Córdoba, un grupo de productores rurales se organizó para cortar los yuyos que obstruían la visibilidad en los accesos a la ruta 7, demostrando la desidia del Estado en materia de mantenimiento vial.
El Millonario Proyecto de Circunvalación: ¿Prioridad o Despilfarro?
En medio de la crisis vial que atraviesa la provincia, el gobierno de Córdoba anunció la construcción de un nuevo anillo vial para la ciudad de Río Cuarto, con un costo estimado de 350 millones de dólares. El proyecto, que contempla la construcción de 48 kilómetros de autovía con conexión a las rutas A005, 36 y 8, busca modernizar la actual circunvalación, que se encuentra colapsada por el aumento del tráfico.
Si bien la obra es necesaria para mejorar la circulación en la zona, la inversión millonaria genera controversia en un contexto de abandono de las rutas nacionales. Muchos ciudadanos se preguntan si no sería más prioritario destinar esos fondos a la reparación y el mantenimiento de las vías de comunicación existentes, que se encuentran en un estado crítico.
El financiamiento del proyecto, a través de un crédito del Banco Mundial, también despierta inquietudes. La deuda que generará esta obra se suma a la ya existente, poniendo en tela de juicio la sostenibilidad del modelo de desarrollo provincial. ¿Es justificable endeudarse para construir una nueva circunvalación mientras las rutas nacionales se desmoronan?
“No se entiende cómo se puede pensar en una obra de esta envergadura cuando hay rutas que son intransitables. Es una falta de respeto para los ciudadanos que arriesgamos nuestras vidas a diario”, expresa un vecino de la zona afectada por el deterioro de la ruta 158.
La crisis vial en Córdoba pone de manifiesto la necesidad de un debate profundo sobre las prioridades en materia de inversión pública. Mientras el gobierno provincial apuesta por grandes obras con financiamiento externo, las rutas nacionales, esenciales para el desarrollo económico y la seguridad de los ciudadanos, continúan en un estado de abandono lamentable.
La situación exige una respuesta urgente por parte de las autoridades. La inversión en infraestructura vial no puede ser postergada. Es necesario un plan integral que contemple la reparación y el mantenimiento de las rutas existentes, así como la planificación estratégica de nuevas obras que respondan a las necesidades reales de la provincia.
La desidia se cobra vidas: el caso Coata
El abandono de las rutas no solo se traduce en baches y maleza, sino que también tiene consecuencias directas en la seguridad de los pasajeros del transporte público. Un reciente incidente con la empresa Córdoba Coata, donde 18 pasajeros fueron olvidados durante horas en la ruta provincial 4 tras una rotura del colectivo, ilustra la gravedad de la situación. La falta de control y la precariedad del servicio ponen en evidencia la necesidad de una mayor regulación del sector.
Antonela Cesano, una de las pasajeras afectadas, relató la odisea vivida en redes sociales, generando indignación y preocupación en la sociedad cordobesa. Su testimonio describe la desesperación de los pasajeros, abandonados en medio de la noche sin información ni asistencia, y la falta de respuesta por parte de la empresa y las autoridades.
El Ente Regulador de los Servicios Públicos (Ersep) anunció la apertura de un expediente para investigar el incidente, pero la falta de respuestas concretas ante este tipo de situaciones genera desconfianza en la capacidad del organismo para garantizar la seguridad de los usuarios.
“Lo que vivimos fue una pesadilla. No solo por el miedo y la incertidumbre, sino por la sensación de abandono total. Es inadmisible que estas cosas sucedan”, declaró Antonela Cesano a un medio local.
El caso Coata es solo la punta del iceberg de una problemática que afecta a miles de cordobeses que dependen del transporte público para sus desplazamientos. La falta de inversión en infraestructura, la precariedad del servicio y la ausencia de control por parte del Estado configuran un escenario de riesgo para los usuarios, que se ven expuestos a situaciones de peligro e incertidumbre.