Llevar tu sistema operativo Windows 11 contigo a todas partes ahora es posible. En esta guía, te mostraremos cómo crear un Windows 11 portátil instalándolo y ejecutándolo desde una unidad USB. Aunque no es una opción oficialmente soportada por Microsoft, con herramientas como Rufus, el proceso es sencillo y efectivo, ideal para técnicos, estudiantes o cualquiera que necesite acceder a su sistema desde diferentes computadoras.
Requisitos Mínimos para tu Windows 11 Portátil
Si bien Microsoft no especifica requisitos formales para esto, hay algunas consideraciones importantes para asegurar una experiencia fluida. Lo primero, y crucial, es la capacidad de tu unidad USB.
Para un funcionamiento adecuado, se recomienda una memoria USB con una capacidad mínima de 128 GB. Aunque Microsoft indica un mínimo de 64 GB, 128 GB ofrece un mejor margen de maniobra y te permitirá incluso almacenar algunas aplicaciones o archivos adicionales, una capacidad de 256 GB sería ideal. Recuerda que toda la instalación de Windows 11, y espacio extra para trabajar, deberán estar dentro de este espacio.
Otro aspecto importante es la velocidad de la unidad. Es recomendable usar una unidad USB 3.2 o superior, ya que esto garantizará un rendimiento más rápido. Ten en cuenta que, aunque el rendimiento será mejor que un disco duro mecánico (HDD), estarás lejos de la velocidad que ofrece una unidad de estado sólido (SSD) interna. No esperes la velocidad de una instalación de Windows 11 en una unidad SSD.
Por último, necesitaremos la imagen ISO de instalación de Windows 11, que puedes descargar desde la página oficial de Microsoft. Asegúrate de obtener la versión correcta para tu arquitectura (64-bit es la más común) y verifica su integridad después de la descarga.
Instalación con Rufus: Paso a Paso
Rufus es una herramienta gratuita y portable que simplifica el proceso de creación de unidades de arranque USB. Es ampliamente usada en la comunidad informática por su facilidad de uso. Descarga Rufus desde su sitio oficial o desde su repositorio en GitHub.
Conecta tu memoria USB al ordenador. Es importante recalcar que este proceso formateará la unidad y borrará toda su información, por lo que debes asegurarte de realizar una copia de seguridad de todos tus archivos previamente. Asegúrate que tu USB se encuentra conectado antes de continuar. Ahora, abre la aplicación de Rufus.
Rufus detectará automáticamente tu unidad USB. Selecciona la imagen ISO de Windows 11 que descargaste. En la sección “Opciones de imagen”, selecciona la opción “Windows To Go” en el menú desplegable, y esto es necesario para poder instalar Windows 11 en la unidad.
Puedes cambiar la opción “Etiqueta de volumen” para darle un nombre más descriptivo a tu unidad USB. Es totalmente opcional. Luego, revisa las demás opciones: si están correctas (como esquema de partición y sistema de archivos – generalmente GPT y NTFS son adecuados) no cambies más ajustes.
Finalmente, haz clic en “Empezar”. El proceso puede tardar entre 15 y 30 minutos, dependiendo de la velocidad de la unidad USB y la potencia del procesador. El tiempo será menor con un USB más moderno y potente.
Configuración del BIOS y Arranque desde USB
Una vez finalizada la instalación en la unidad USB, es hora de configurar tu equipo para que arranque desde el pendrive. Reinicia el equipo, y generalmente debes presionar una tecla específica para ingresar al menú de BIOS (usualmente Del, F2, F10, F12 o Esc – este varía dependiendo de la marca del equipo. Se muestra al inicio del arranque del sistema) .
Dentro del BIOS, busca la configuración de arranque (Boot). Dependiendo de tu BIOS, puede aparecer como “Boot Order”, “Boot Device Priority” o similar. Aquí deberás modificar el orden de arranque para que la unidad USB sea la primera opción.
Usualmente, la unidad USB aparecerá como “USB Flash Drive”, “EFI USB Device”, o algo parecido. Selecciona esta opción y colócala en la parte superior de la lista. Guarda los cambios y sal del BIOS. El equipo se reiniciará.
Después del reinicio, el equipo debería arrancar desde la unidad USB, iniciando el proceso de instalación de Windows 11. Sigue las instrucciones en pantalla para completar la instalación. Tendrás que seleccionar una licencia, configurar la hora y el idioma, crear una cuenta de usuario, etc.
¿Merece la pena crear un Windows To Go?
La utilidad de un Windows To Go depende de tu caso de uso. Es una solución ideal para técnicos que necesitan solucionar problemas en diferentes equipos, o para usuarios que necesiten un sistema operativo alternativo en ordenadores que no controlan, pero cuyo rendimiento no es una preocupación importante.
Si piensas utilizarlo como tu sistema principal, o si necesitas un alto rendimiento, como para videojuegos o aplicaciones intensivas, no es la mejor opción. El rendimiento será notablemente más lento que una instalación tradicional en un disco duro o SSD, con tiempos de carga prolongados y una experiencia de usuario menos satisfactoria. Esto se debe a la naturaleza y limitación en velocidades de las unidades USB.
En resumen, es una opción conveniente y portable para situaciones específicas, pero no se recomienda para usuarios que necesitan un rendimiento óptimo.