La Corte Suprema de Justicia ha rechazado los recursos extraordinarios presentados por la defensa de Cristina Kirchner en la causa por el Memorándum de Entendimiento con Irán, allanando así el camino para el juicio oral. Este fallo unánime, firmado por los cuatro jueces del máximo tribunal, desestima los argumentos de la vicepresidenta y confirma la decisión de la Cámara Federal de Casación Penal de reabrir la investigación y llevar el caso a debate.
El fin de una estrategia
La defensa de Cristina Kirchner, liderada por Carlos Beraldi, había centrado su estrategia en la tesis de la “judicialización de la política”, argumentando que la firma del Memorándum con Irán era un acto de gobierno no justiciable. Sin embargo, la Corte Suprema desestimó este argumento, recordando que las acusaciones formuladas por el fallecido fiscal Alberto Nisman no se limitaban a la suscripción del tratado, sino que apuntaban a “circunstancias” que lo rodearon y que podrían constituir delito.
El máximo tribunal coincidió con la Sala I de la Cámara de Casación, que el año pasado ordenó la reapertura del caso, al considerar que la hipótesis delictiva se centraba en los posibles fines ilícitos del acuerdo y no en el acto de gobierno en sí mismo. La firma del Memorándum, según la acusación, buscaba encubrir a los ciudadanos iraníes acusados del atentado a la AMIA, dotándolos de impunidad.
Este fallo de la Corte Suprema no solo cierra la puerta a la estrategia defensiva de Cristina Kirchner, sino que también sienta un precedente importante sobre los límites de la “judicialización de la política”. El máximo tribunal deja claro que los actos de gobierno no están exentos de revisión judicial cuando existen sospechas fundadas de delito.
El camino al juicio oral
Con este fallo, se allana el camino para el juicio oral, donde se debatirán las acusaciones contra Cristina Kirchner y otros exfuncionarios por encubrimiento agravado del atentado a la AMIA. La justicia deberá determinar si el Memorándum con Irán fue una herramienta para garantizar la impunidad de los acusados iraníes, tal como sostiene la acusación.
En el juicio, la fiscalía deberá probar que existió un plan criminal para encubrir a los responsables del atentado. La defensa, por su parte, intentará demostrar que el Memorándum fue un acto de política exterior legítimo y que no hubo intención de obstruir la justicia. El tribunal oral deberá sopesar las pruebas presentadas por ambas partes y emitir un veredicto.
Será un juicio largo y complejo, con numerosos testigos e infinidad de pruebas documentales. El fallo de la Corte Suprema, que desestima la tesis de la “judicialización de la política”, no prejuzga sobre la culpabilidad o inocencia de los acusados, pero sí habilita el debate judicial sobre la legalidad del Memorándum con Irán y sus posibles fines ilícitos. Lo que sí es seguro, es que este juicio tendrá una enorme trascendencia política y marcará un antes y un después en la historia argentina.
Un fallo con impacto político
La decisión de la Corte Suprema tiene un impacto político significativo, ya que se produce en un contexto de alta polarización y tensión entre el oficialismo y la oposición. El fallo ha sido recibido con satisfacción por las querellas en la causa AMIA, que ven en el juicio oral la posibilidad de alcanzar justicia. En la oposición, se ha destacado la importancia de que se investigue a fondo este caso, se busque la verdad y que el Poder Judicial actúe de forma independiente. Los sectores oficialistas, cercanos a la expresidenta, han criticado duramente la decisión judicial.
El juicio oral se convertirá, inevitablemente, en un escenario de disputa política, donde se confrontarán diferentes visiones sobre el caso AMIA, la relación con Irán y el rol del Poder Judicial. Este proceso judicial promete ser uno de los más relevantes de los últimos años en Argentina, con implicaciones que trascienden el ámbito judicial. La opinión pública seguirá con atención cada detalle del juicio, que se espera comience el año próximo.