La Conferencia de las Partes 29 (COP29) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se celebra en Bakú, Azerbaiyán, ha comenzado en un contexto de creciente urgencia climática. Los desastres naturales cada vez más frecuentes e intensos, como inundaciones, sequías, olas de calor y tormentas, hacen más evidente que nunca la necesidad de una acción climática decisiva y global.
Financiamiento Climático: El nuevo objetivo colectivo cuantificado (NCQG)
Uno de los temas centrales de la COP29 es la definición del Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG) para la financiación climática. Este objetivo reemplazará la meta actual de 100 mil millones de dólares anuales, establecida en 2009, que ha sido ampliamente criticada por ser insuficiente. El NCQG deberá reflejar el aumento significativo de las necesidades de los países en desarrollo para mitigar y adaptarse al cambio climático, considerando tanto la creciente vulnerabilidad de estas naciones como el incremento de los costos relacionados con las acciones de mitigación y adaptación.
Las negociaciones sobre el NCQG se presentan particularmente complejas, con grandes diferencias entre países desarrollados y en desarrollo sobre la cuantía del nuevo objetivo, su periodicidad, la calidad de la financiación y la manera de asegurar que se cumpla el compromiso. Los países en desarrollo demandan un incremento sustancial de la financiación, argumentando que las promesas actuales no se acercan a sus necesidades reales. La discusión está centrada en la tipología de la financiación, ya que no todas son igualmente efectivas; se buscan mecanismos de financiación que sean a la vez accesibles, predecibles y que garanticen resultados concretos.
Mercados de Carbono: Operatividad del Artículo 6
El Artículo 6 del Acuerdo de París establece un marco para los mercados internacionales de carbono, que permitirían a los países reducir sus emisiones a través de la compra y venta de créditos de carbono. Sin embargo, su implementación ha sido lenta y conflictiva. En la COP29, se buscará asegurar la plena operatividad de los mercados de carbono, incluyendo el comercio directo entre países (Artículo 6.2) y el mecanismo internacional de créditos de carbono (Artículo 6.4).
El Artículo 6.4, en particular, ha generado debates sobre la contabilidad de las reducciones de emisiones, la prevención de la doble contabilidad y la garantía de la integridad ambiental de los créditos de carbono. Si bien se han registrado progresos en negociaciones anteriores, persisten algunos aspectos técnicos por resolver para evitar que los mecanismos de mercado obstaculicen los esfuerzos reales de mitigación. Una de las preocupaciones clave es evitar la compra de créditos de carbono ‘baratos’ de baja calidad, que en realidad no contribuyan de manera significativa a reducir las emisiones globales.
Mitigación y Transición de los Combustibles Fósiles
La COP28 en Dubai concluyó con un compromiso para la “transición gradual” de los combustibles fósiles, estableciendo la necesidad de avanzar hacia un futuro con cero emisiones netas para 2050. No obstante, este compromiso se recibió con reacciones mixtas, ya que algunos países y activistas ambientales consideran que no es lo suficientemente ambicioso ni contundente.
La COP29 debe dar un paso adelante al definir acciones concretas para avanzar hacia una eliminación paulatina del uso de los combustibles fósiles, junto con medidas que incentiven la inversión en energías renovables y la implementación de políticas más estrictas para regular las emisiones. Es imprescindible que este proceso esté acompañado de una transición justa para los trabajadores y las comunidades que dependen de la industria de los combustibles fósiles, garantizando así que la transformación sea socialmente viable.
Adaptación al Cambio Climático: Indicadores Universales y Financiación
En la COP29, la adaptación al cambio climático es otro tema crucial. Los planes nacionales de adaptación son vitales, debiendo cada país tenerlos en funcionamiento para 2030. Se continuará trabajando en el desarrollo de indicadores universales para poder llevar un control efectivo del progreso en materia de adaptación. Estos indicadores pretenden generar una mayor transparencia y permitir comparaciones entre los avances de los diferentes países.
Si bien se ha aprobado el Fondo para pérdidas y daños para ayudar a los países vulnerables a hacer frente a los impactos del cambio climático, la financiación sigue siendo claramente insuficiente. Se espera que los países en desarrollo presionen por un aumento significativo de la financiación, incluyendo un objetivo específico dentro del NCQG para garantizar una atención prioritaria y adecuada a sus necesidades. La falta de recursos financieros impide que muchos países puedan poner en marcha y llevar a buen término los planes y acciones necesarias para adaptarse a los efectos ya visibles del cambio climático.
Nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC)
Se espera que los países presenten nuevas NDC para febrero de 2025, las cuales deberán estar alineadas con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius. Las NDC representan los compromisos individuales de cada país para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Una revisión ambiciosa y consistente de las NDC es esencial para alcanzar los objetivos climáticos globales.
La COP29 representa una oportunidad vital para que los países revisen sus planes e incrementen su ambición en la reducción de emisiones. Los nuevos compromisos deben ser lo suficientemente ambiciosos para mantener el límite de 1.5°C al alcance, sin embargo, esta revisión debe considerar no solo la capacidad de reducir emisiones, sino también la realidad social y económica de cada país.
Un momento crítico en la lucha climática
La COP29 en Bakú se presenta como un momento crucial en la lucha contra el cambio climático. El éxito de esta cumbre dependerá de la capacidad de los países para encontrar soluciones comunes y ambiciosas a los desafíos que se plantean. La financiación, los mercados de carbono y la mitigación son elementos clave, pero sin olvidar la importancia de la adaptación y la transición justa. Solo a través de un compromiso real y una colaboración efectiva, se podrá afrontar el reto del cambio climático y asegurar un futuro sostenible para todas las generaciones.