Soñar con la casa propia, ampliarla o simplemente renovarla, en Argentina, suele ser una carrera de obstáculos financieros. Pero como en todo buen laberinto, existen caminos para sortear las dificultades. El 2025 se presenta con un panorama alentador para la construcción, aunque con desafíos que requieren planificación y astucia. ¿La clave? Conocer el terreno, y en este caso, el terreno son los materiales.
Los sospechosos de siempre: los costos de construir en Argentina
Construir en Argentina no es para cardíacos. La volatilidad económica y la inflación son como esos parientes incómodos que siempre aparecen en las fiestas: impredecibles y con la capacidad de arruinar la diversión. Si bien el ritmo de aumento de costos ha bajado un poco (un respiro que agradecemos), construir o remodelar sigue siendo un deporte extremo para el bolsillo. Según Apymeco, el metro cuadrado construido arañó los $1.5 millones en octubre de 2024. Un salto del 145.4% en un año. Sí, leyeron bien, ¡ciento cuarenta y cinco por ciento!
Los precios en pesos corrieron detrás de la inflación, pero el dólar estable hizo de las suyas encareciendo los materiales. Un ejemplo clarito: el cemento, el pan de cada día de la construcción. Antes, conseguías una bolsa por USD 6. Ahora, ¡USD 10! Es como si el kilo de pan pasara a costar lo mismo que un pasaje en colectivo. ¿Conclusión? Hay que afinar el lápiz más que nunca.
Los humildes y los poderosos: materiales al desnudo
Para no desesperar, vamos a lo concreto: ¿qué materiales conviene comprar hoy? Empecemos por los que no te van a dejar en la lona. Arena, piedra, cemento, cal y el noble ladrillo hueco del 12 son los aliados del presupuesto ajustado. Los productos de acero, como hierros y clavos, también se suman a la lista de los accesibles.
- Arena (bolsón de 1 m3): $30.000
- Piedra (bolsón de 1 m3): $60.000
- Cemento (bolsa): $10.000
- Cal (bolsa): $6.000
- Ladrillo hueco del 12: menos de $400 por unidad
Pero no todo es color de rosa (o mejor dicho, gris cemento). Los materiales de terminación, esos que le dan el toque final a la obra, son los que más duelen en el presupuesto. Porcelanatos, cerámicas, griferías y sanitarios lideran el ranking de los más caros. Y ojo con los ladrillos de hormigón: su proceso de fabricación los convierte en un lujo para pocos.
Ahorrar en la construcción: misión posible
Tranquilos, que no hay que abandonar el sueño de la casa propia. Ante un mercado movedizo, la clave es la planificación. Aprovechar las cuotas sin interés (¡benditos sean los bancos estatales!), stockearse durante las épocas de aguinaldo y rastrear las ofertas de las grandes cadenas son algunos trucos para gambetear la inflación.
Otro consejo de oro: priorizar la compra de materiales estables, como ladrillos, cemento y acero. Sus precios no suelen dar grandes saltos y te permiten avanzar con la obra sin sobresaltos. Recuerden: el que madruga, ahorra en materiales.
El 2025: ¿un oasis en el desierto de la construcción?
El 2024 fue un año flaco para la construcción. La obra pública se contrajo y el bolsillo del consumidor, ni hablar. Pero se asoman luces de esperanza. Los desarrolladores privados y una posible mejora en la macroeconomía podrían impulsar la actividad en 2025. Ojo, no se trata de un boom, sino de una recuperación tímida. La inflación sigue ahí, agazapada, esperando su momento.
El costo del metro cuadrado sigue en las nubes, pero algunas medidas, como la flexibilización de importaciones, podrían ayudar a estabilizar los precios. Además, las nuevas hipotecas divisibles para proyectos de construcción son una herramienta interesante para quienes sueñan con tener su casa.
En resumen, 2025 se presenta como un año de oportunidades, pero también de cautela. Planificar la obra, elegir bien los materiales y estar atentos a las fluctuaciones del mercado son las claves para construir sin gastar una fortuna. Y recuerden: ¡siempre hay un ladrillo esperando para ser parte de su sueño!