La visita de Cristina Fernández de Kirchner a Rosario generó un terremoto político en Santa Fe, dejando en evidencia las profundas fracturas internas del peronismo provincial y, a la vez, planteando un desafío implícito a la gestión de Javier Milei a nivel nacional. El fin de semana en la ciudad rosarina sirvió como un termómetro de las diversas líneas internas, donde la estrategia de la expresidenta se centró en la escucha activa más que en pronunciamientos directos, dejando en claro su intención de consolidar un frente peronista sólido de cara a las próximas elecciones.
Un acto multitudinario con ausencias significativas
El acto central del 11° Encuentro Nacional de Salud, realizado en el campus de la UNR, reunió a miles de militantes y trabajadores de la salud, con un discurso de CFK marcado por la defensa del sistema sanitario público y una crítica directa al modelo económico del gobierno de Milei. Si bien la presencia de referentes del kirchnerismo duro, como Agustín Rossi, Germán Martínez y Florencia Carignano, fue destacada, las ausencias fueron más elocuentes.
La ausencia del sector liderado por el ex gobernador Omar Perotti fue llamativa, con acusaciones cruzadas sobre la falta de invitación. De manera similar, el espacio Vamos, agrupación de intendentes y jefes comunales liderado por Pablo Corsalini, brilló por su falta de representación. La ausencia del senador Marcelo Lewandowski, justificada por su participación en las elecciones uruguayas, también añadió otro elemento de fragmentación. Estas ausencias resaltan la compleja trama de alianzas y desencuentros que caracterizan actualmente al peronismo santafesino.
Reuniones a puertas cerradas: un diagnóstico de la situación
Tras el acto público, CFK encabezó una reunión a puertas cerradas con más de 200 dirigentes, incluyendo intendentes, empresarios, sindicalistas y referentes sociales. El objetivo principal era escuchar las inquietudes y perspectivas de cada sector, dando prioridad a la construcción de un diagnóstico compartido de la realidad política y económica provincial. Esta estrategia de escucha, poco habitual en los encuentros con CFK, demuestra un intento de mayor horizontalidad en la construcción de alianzas.
La reunión sirvió como espacio para analizar las dificultades generadas por las políticas de ajuste de Milei, así como para debatir posibles estrategias de reorganización del peronismo a nivel provincial. Los asistentes destacaron la similitud de las gestiones de Milei y Pullaro, generando una inquietud latente sobre la necesidad de articular una fuerte oposición que pueda representar una alternativa real para la población santafesina. Las críticas a la administración de la Provincia también estuvieron presentes, generando un clima de preocupación interna y la necesidad de una reorganización estratégica.
La participación de representantes de diferentes sectores, desde los sindicatos como la UOM, Luz y Fuerza, ATE y UPCN hasta figuras clave del PJ provincial y referentes sociales como Sonia Alesso (CTERA), resalta la ambición de CFK de conformar un frente amplio con mayor inclusión. A pesar de que hubo algunas discrepancias internas entre los asistentes a la reunión, no se notó un choque mayor entre los diferentes grupos peronistas.
El desafío implícito a Milei
Si bien no hubo un discurso explícito contra Milei durante la reunión cerrada, la visita de CFK y las tensiones internas del peronismo santafesino representan un desafío implícito al nuevo gobierno. Al reunir a una amplia gama de dirigentes peronistas, la expresidenta no solo busca recomponer las fracturas internas de su propio partido, sino que envía un mensaje claro: el peronismo sigue siendo una fuerza política a tener en cuenta, incluso con las diferencias internas.
La estrategia de escucha adoptada por Cristina Fernández de Kirchner también podría verse como una forma de generar un frente opositor amplio y heterogéneo frente al gobierno de Milei. Al no imponer una línea de pensamiento unificada en el encuentro de Rosario, la expresidenta permite un debate más abierto que podría atraer mayor participación y consensos, con la intención de crear una oposición fuerte y preparada para el escenario electoral próximo.
El desafío principal para CFK será reconstruir la unidad del peronismo en Santa Fe. Las profundas divisiones internas, evidenciadas por las ausencias y las críticas expresadas, plantean un obstáculo importante para conformar una fuerza política competitiva para las próximas elecciones. El tiempo dirá si el peronismo logra superar estas fracturas internas y articular una alternativa electoral convincente en Santa Fe.
La construcción de una alternativa
La visita de CFK a Rosario ha dejado al descubierto la compleja situación del peronismo santafesino. Si bien las reuniones a puertas cerradas reflejan un intento de recomponer las fracturas internas, la amplia gama de ausencias pone de relieve la necesidad urgente de construir consensos para representar una alternativa convincente frente a la gestión de Milei a nivel nacional y al gobierno provincial. La próxima reunión del PJ provincial servirá como prueba crucial para evaluar la capacidad del peronismo para superar sus divisiones y afianzar una posición unificada.