La reconocida marca argentina de calzado, Grimoldi, ha experimentado una significativa caída en sus ganancias durante los primeros nueve meses de 2024, lo que ha generado preocupación en el sector y ha dado pie a diferentes interpretaciones. Mientras algunos analistas apuntan a la inestabilidad económica como el factor principal, otros se centran en las estrategias de la empresa para afrontar la crisis y su posible apuesta por un nuevo modelo de negocio. En paralelo, el surgimiento de Mujeres en la Industria (MEI), una empresa que desafía las convenciones del mercado laboral con propuestas innovadoras, demuestra la capacidad de emprendimientos con una fuerte impronta social para sobresalir.
El derrumbe de Grimoldi: datos y contexto
Grimoldi, con una larga trayectoria en el mercado argentino, registró ganancias de apenas $4.437 millones entre enero y septiembre de 2024, una cifra notablemente inferior a los $21.231 millones obtenidos en el mismo período de 2023. Esta reducción representa una caída del 79%, marcando el peor resultado desde 2021.
La empresa atribuye esta caída a diversos factores. Entre ellos, destaca la contracción del consumo interno, consecuencia de la inestabilidad económica generada por las políticas del nuevo gobierno, el cual, según Grimoldi, ha generado incertidumbre en los consumidores. Las medidas implementadas, como la desregulación y el ajuste macroeconómico, si bien presentan beneficios a largo plazo, han impactado negativamente en el consumo a corto plazo. Grimoldi menciona, asimismo, las dificultades para acceder a divisas para la importación de materia prima y el pago de regalías.
Estrategias de adaptación y futuro de Grimoldi
Ante este escenario complejo, Grimoldi ha implementado diversas estrategias para mitigar el impacto negativo en sus finanzas. Estas incluyen un plan de retiro voluntario en su planta de Arroyo Seco para optimizar costos, la apuesta a la venta online para fortalecer su canal directo al consumidor (DTC), el cual representó el 56.5% de las ventas de pares en los primeros nueve meses de 2024. Además, está invirtiendo en mejoras de la eficiencia operativa y la modernización de sus procesos de producción en sus plantas de Arroyo Seco y Pilar.
Grimoldi también destaca el éxito de su colección primavera-verano 2024, que superó sus expectativas de ventas, demostrando la capacidad de la marca para adaptarse al cambiante mercado. Sin embargo, la empresa mantiene una postura cautelosa para el 2025, considerando la incertidumbre económica actual y los desafíos del comercio exterior.
Mujeres en la Industria: un modelo de negocio disruptivo
En un panorama económico desafiante, el auge de MEI ofrece un contrapunto interesante. Fundada por Georgina Zárate, luego de 15 años de experiencia en una multinacional, MEI ha encontrado un nicho de mercado poco explotado: la indumentaria laboral femenina de alta calidad, diseño innovador y enfoque sostenible.
A diferencia de Grimoldi, que se enfrenta a las dificultades de un mercado maduro y competitivo, MEI se posiciona en un espacio donde tradicionalmente faltaban opciones para mujeres. Esto les ha permitido encontrar un segmento específico del mercado donde la demanda es alta y la oferta es limitada. Su apuesta por el diseño, la ergonomía, y la sostenibilidad, combinada con su compromiso social, les permite atraer una base sólida de clientes y posicionarse como líderes en su categoría.
Comparación y conclusiones
La caída de Grimoldi y el éxito de MEI ilustran dos realidades diferentes dentro del sector de negocios en Argentina. Mientras Grimoldi enfrenta las consecuencias de la coyuntura económica y la necesidad de reestructurar su modelo de negocio, MEI demuestra el potencial de propuestas innovadoras y la importancia de un enfoque que integra el valor social con el valor económico. La comparación entre ambas empresas destaca la importancia de la adaptación y la innovación para alcanzar la sostenibilidad en el mercado actual.
El caso de Grimoldi sirve como alerta sobre la vulnerabilidad de las empresas tradicionales ante los cambios económicos y la creciente competencia. Por otro lado, el éxito de MEI nos demuestra que se pueden generar empresas con un gran impacto económico y social al mismo tiempo. La clave está en identificar nichos de mercado, ofrecer productos de alta calidad y fomentar una gestión responsable y sostenible.