El Gobierno argentino anunció un aumento del 2.69% en las jubilaciones y pensiones para diciembre de 2024, un incremento calculado según la fórmula de movilidad y el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de octubre. Si bien este ajuste se aplica a todos los haberes previsionales, incluyendo las pensiones no contributivas (PNC) administradas por ANSES, la pregunta que surge es si este porcentaje alcanza para compensar la pérdida de poder adquisitivo frente a la persistente inflación.
Aumento en las jubilaciones y pensiones: montos en detalle
Con el aumento del 2.69%, la jubilación mínima se ubicará en $259.598,76, mientras que la máxima alcanzará los $1.746.853,91. Para las pensiones no contributivas, el incremento también será del 2.69%, aunque los montos finales dependerán del tipo de pensión y la eventual confirmación del bono de $70.000 anunciado por el Gobierno, monto congelado desde marzo, a pesar del aumento de la inflación.
Según datos preliminares, las PNC por invalidez y vejez podrían alcanzar los $181.719,13 (sin considerar el bono), mientras que las PNC para madres de siete hijos se aproximarían a $259.598,76. Cabe aclarar que estas cifras podrían verse modificadas una vez que se confirme el pago del bono extra.
El dilema del bono de $70.000: incertidumbre y pérdida del poder adquisitivo
La incertidumbre sobre el bono de $70.000 genera preocupación entre los jubilados y pensionados. Este bono, implementado en marzo, no ha recibido ajustes desde entonces, a pesar de la continua inflación. De mantenerse sin actualización, el bono representará una pérdida significativa del poder adquisitivo para los sectores más vulnerables.
Analistas económicos coinciden en que un ajuste real del bono para reflejar la inflación acumulada debería estar por encima de los $127.000. La falta de actualización de este refuerzo revela un desfase preocupante entre las medidas gubernamentales y la realidad inflacionaria del país.
La Defensoría de la Tercera Edad ha informado que la canasta básica para un jubilado superó los $912.584 mensuales en octubre. Comparando esta cifra con la jubilación mínima proyectada para diciembre (incluso con el bono), se evidencia una diferencia considerable que afecta gravemente la capacidad de compra de los jubilados.
Las pensiones no contributivas: requisitos y acceso
Para acceder a una Pensión No Contributiva (PNC), los ciudadanos deben cumplir con ciertos requisitos, que varían según el tipo de pensión. Por ejemplo, la PNC por invalidez exige ser argentino o tener al menos 10 años de residencia en el país; no recibir ninguna jubilación o pensión; tener menos de 65 años, y no superar ciertos umbrales de ingresos familiares (especialmente para menores de edad).
Para la PNC de madres de siete o más hijos, los requisitos se centran en la nacionalidad o residencia prolongada, y la no percepción de otras prestaciones sociales. La PNC por vejez requiere tener 70 años o más y demostrar la ausencia de recursos propios o familiares suficientes para la subsistencia.
La solicitud de cualquier PNC se realiza a través de la ANSES, cumplimentando la documentación pertinente. La página web de ANSES ofrece información detallada sobre los requisitos y el proceso de solicitud para cada tipo de pensión.
El impacto a largo plazo: la necesidad de políticas integrales
El aumento del 2.69% en las jubilaciones y pensiones, aunque formalmente se ajusta a la fórmula de movilidad, muestra su ineficacia para contrarrestar la inflación persistente. Esta situación afecta particularmente a los sectores más vulnerables, que dependen de las PNC y cuyos ingresos se ven erosionados mes a mes. En este sentido, la falta de actualización del bono genera una clara contradicción con los objetivos de protección social anunciados por el gobierno.
Ante la gravedad de la situación, es fundamental que las autoridades revisen las políticas sociales vigentes y diseñen estrategias más efectivas para proteger el poder adquisitivo de los jubilados y pensionados. El diseño de una política integral que combine ajustes periódicos más realistas, una efectiva indexación y un bono de refuerzo revisado periódicamente se vuelve imprescindible para garantizar un nivel de vida digno para todos los beneficiarios del sistema.
El aumento de diciembre, aun acompañado por el bono, no alcanza para contrarrestar la fuerte inflación y garantizar una adecuada calidad de vida para quienes reciben jubilaciones y PNC. La situación plantea un claro llamado a implementar medidas más robustas para garantizar la protección del poder adquisitivo de las poblaciones más vulnerables.