Argentina atraviesa un momento de notable incertidumbre económica y política. El reciente informe de la Universidad Torcuato Di Tella, que muestra un aumento significativo en el índice de confianza en el gobierno de Javier Milei, plantea interrogantes cruciales. ¿Refleja este aumento una realidad económica palpable, o se trata más bien de un espejismo alimentado por expectativas y factores coyunturales?
El auge de la confianza: una mirada al Índice de Confianza en el Gobierno (ICG)
El ICG de la Universidad Di Tella, elaborado desde 2001, proporciona una medida valiosa de la percepción pública sobre la gestión gubernamental. En noviembre de 2024, el índice alcanzó los 2,66 puntos, marcando un incremento del 9,86% respecto a octubre y un impresionante 88,7% en términos interanuales. Esta alza supera considerablemente los niveles registrados en el mismo mes del primer año de gestión de Mauricio Macri (5,7% superior) y Alberto Fernández (31,7% superior).
Este crecimiento se observa en los cinco componentes fundamentales del ICG: preocupación por el interés general, evaluación general del gobierno, eficiencia en la administración del gasto público, honestidad de los funcionarios y capacidad para resolver problemas. Sin embargo, es fundamental analizar las causas detrás de este aumento, ya que la realidad económica en terreno es más compleja que las cifras brutas.
Más allá del optimismo: un análisis de la situación económica
Si bien la reducción de la inflación y la mejora en el clima financiero son hechos positivos para los mercados internacionales, la realidad es más matizada para la población en general. La pobreza se encuentra en su nivel más alto en 20 años (52,9%), y el salario real ha disminuido significativamente (28% entre noviembre de 2023 y octubre de 2024). El consumo se ha derrumbado alrededor del 17% interanual. Las críticas al manejo del tipo de cambio y las restricciones al mercado de divisas, además de la sostenibilidad del superávit fiscal (cuestionado por algunos economistas), son solo algunos de los puntos preocupantes.
La recuperación económica mencionada se concentra principalmente en sectores como el financiero y los enclaves de actividades primarias y extractivas. Mientras tanto, la industria, el comercio y la construcción, sectores intensivos en mano de obra, muestran una escasa recuperación. Esta disparidad genera una creciente inquietud entre los sectores sociales que han visto su poder adquisitivo afectado por las políticas de ajuste y apertura comercial.
Factores demográficos y políticos en juego
El análisis de los datos demográficos muestra que la confianza en el Gobierno de Milei es mayor entre hombres, personas mayores de 50 años, ciudadanos del interior, individuos con educación superior y aquellos que no han sido víctimas de delitos recientemente. Esto sugiere que las percepciones económicas y la confianza política pueden estar influenciadas por variables sociodemográficas y la experiencia personal de los ciudadanos. El contexto electoral y los juegos políticos existentes también impactan significativamente en las percepciones de la población.
La gestión de Milei en la relación con el Congreso, la negociación con los gobernadores, y el manejo del conflicto gremial (con la salida de Pablo Moyano como hecho significativo) han moldeado la narrativa política y contribuido a mejorar su imagen pública. Sin embargo, el futuro dependerá en gran medida de cómo estos sucesos se desenvuelvan en el plano económico real.
¿espejismo o realidad?
El aumento de la confianza en el Gobierno de Milei, reflejado en el ICG de la Universidad Di Tella, es un dato que no puede ser ignorado. Sin embargo, su interpretación exige un análisis cuidadoso y multifacético. Si bien hay indicadores económicos positivos para los mercados, la situación socioeconómica de la mayoría de la población argentina presenta un panorama más complejo y desalentador. El optimismo generado por las expectativas económicas, las maniobras políticas, y factores sociodemográficos, debe ser contextualizado con la cruda realidad que viven millones de argentinos. Se requiere entonces, un análisis prudente para discernir entre un escenario de auténtica recuperación o una mejora momentánea que encubre desafíos económicos y sociales de mayor envergadura.
Será esencial monitorear de cerca la evolución de los indicadores económicos en los próximos meses, para evaluar la sostenibilidad de las políticas implementadas por el Gobierno y determinar si la mejora en la confianza se consolida o se desvanece, revelando su verdadero carácter: realidad o simple espejismo.